sábado, 1 de noviembre de 2025

TODOS LOS SANTOS, TODOS LOS DIFUNTOS

Las tradicionales velaciones congregan multitudes en los cementerios de toda la región

Por: Miguel Godos Curay

Siempre los 1 y 2 de noviembre fueron apoteósicas remembranzas de los ausentes. En Piura, en Paita, en Sullana en Santo Domingo de Morropón. En cada rincón de Piura se recuerda con el corazón y con la mente a los ausentes. No se trata de un rito puntual en las capillas de los camposantos sino de una presencia, toda la madrugada, frente a las tumbas con paquetes interminables de velas y hatos de oraciones por los angelitos y las animas benditas. Junto a los ritos cristianos brotan de los hornos tradicionales las roscas de muerto, muertos cubiertos con clara de huevo y coloridos angelitos de piña y camote envueltos en papel cometa, alfajores, empanadas, cocaditas y panecillos de dulce. Noviembre empezaba con coronas de satén y hojuelas verdes de cartón y pintura. Los tacaños recurrían al artificio de coronas de flores de hojalata eternas y descoloridas.

La feria tradicional se vive en los cementerios en Santo Domingo se vela. Las velaciones son ese reencuentro con los fallecidos, se bebe café de olleta en cantidades potables todo se comparte los panecillos con queso y las roscas. La celebración es un compartir gigantesco, se pintan los nichos y se refrescan con esmalte los nombres de los difuntos. Mis abuelos llevaban un inventario memorioso de sus muertos: José de la Rosa, Abraham, Marcelina, Isabel, Petrona, Miguel, Rebeca, Roberto en una relación interminable. Para ellos coronas de flores y muchos ruegos. El mundo de los vivos recurre en todo momento a los muertos protectores.

Al filo de la madrugada se desgranan las historias, se hilvana un ato de recuerdos, el historial de la familia el mandato de la tradición y el recuerdo. Las velas de cera por mandato de  la modernidad  son reemplazadas por asépticos focos que no lagrimean en la madrugada. Los bombillos encendidos convierten en un gigantesca panal iluminado los cuarteles de los camposantos. En Paita, la noche en vela, se reconfortaba con un nutritivo caldo de pescado con ají y limón. Al mediodía el tradicional picante con la familia reunida. Legiones de rezadores se reparten los cementerios este día se las rebuscan rezando con su personal rosarios interminables.

A los que partieron en lugares ignotos se les corona en la cruz mayor que este día reúne numerosas ofrendas. Piura, preserva sus tradiciones, los cementerios permanecen abiertos toda la madrugada familias completas pasan la noche junto a sus deudos. Frente a las escasez de las flores naturales se recurre a las primorosas coronas de satén elaboradas con bolillos en moldes de yeso. El primor está en el fino acabado. Hoy esta arte tradicional compite con los ramos de flores baratos venidos de China que se expande en los mercados. Los primogénitos en todas las familias persisten en la tradición es una obligación congénita ineludible. Una deuda con el legado familiar.

Las velaciones son una especie de reencuentro con los viajeros al más allá. Antes los cementerios se erigían en las naves de las iglesias, posteriormente se utilizaron los linderos hasta que en el reinado de Carlos III (1759-1788) se dispuso por severas medidas sanitarias se edificaran camposantos o cementerios en lugares apartados de las ciudades, ventilados y ordenados.  Tradicionalmente las sepulturas estaban en el suelo, luego se recurrió a galerías de nichos pero los pobres  eran sepultados en las fosas comunes para los indigentes. En Piura, persiste un culto  antiguo a las ánimas benditas  protectoras  cuyas cruces abundan en los filos de las carreteras que lucen sus cruces.  En el camino a Huancabamba, cerca al kilómetro 55, se venera con exquisita devoción al soldado desconocido   y en Chulucanas  en cuencos con harina se encienden cigarrillos de tabaco aromático en el nicho de “La Turquita” una gitana muerta en esta tierra cuya protección eficaz surte efecto entre jóvenes enamorados y amantes de erótica desbocada. Los camioneros que suben a las alturas de Morropón, Frías y Ayabaca  tienen sus cruces  y animitas protectoras, muchos dicen, que evitan que un sueño repentino se convierta  en un  rodar por un precipicio.

Durante mis tiempos de redactor de diario conservaba entre mis libretas y libros, la boina, tejida probablemente por su madre de un prófugo fugitivo del penal de San Miguel. El reo recibió un proyectil en la espalda cuando se asomaba por un túnel en las inmediaciones del penal. Junto con el reportero quedamos conmocionados, se trataba de un reo joven, que llevaba en el pecho un cuadro del Cautivo de Ayabaca perforado por el proyectil.  Cada rincón ignoto de Piura rinde  veneración a los ausentes, el café retinto tiene el color de la noche y el esplendor de las luciérnagas ilumina los recuerdos. Algunos las llaman “ojos del muerto” pues aparecen  durante la noche constelada de noviembre  para recordarnos el sentido genuino del morir.

El poeta Jorge Manrique (1440-1479) en la Coplas por la muerte de su padre nos recuerda con verso exquisito este final de película que nos toca vivir inevitablemente a todos: “Nuestras vidas son los ríos/que van a dar en la mar,/que es el morir;/allí van los señoríos /derechos a se acabar/allí los ríos caudales,/allí los otros medianos /e más chicos; /i llegados, son iguales/los que viven por sus manos/e los ricos. El último Conde de las Lagunas Don Gaspar Vásquez de Velasco y de la Puente, nacido en Lima en 1802 fallecido en Piura en 1847, según anotan las crónicas no pudo soportar el mal decir de un libelo difamatorio que circuló en Piura con la denominación “Gasparito en miniatura” y presa de indignación por el denuesto se fue irremediablemente. Está sepultado en una hornacina de la cripta  de don Teodoro de los Santos Fernández y Paredes del cementerio  San Teodoro.

viernes, 31 de octubre de 2025

OSCAR AQUINO LOS ATRIBUTOS DE LA CREACIÓN

Oscar Aquino Ipanaqué un maestro de las formas y la creatividad.

Por: Miguel Godos Curay

Es un privilegio mayor aprender la técnica escultórica del maestro Oscar Aquino Ipanaqué en los talleres de arte de Instituto de Arte y Cultura de la Universidad Nacional de Piura. El maestro enseña con el ejemplo. Su trayectoria despierta y abre los ojos de los jóvenes creadores y los deslumbra. Siempre hemos pensado y pensamos que la universidad es el recinto de la inteligencia. De los que saben, de los que enseñan y los que aprenden. Aquino, con su proverbial sencillez, su nobleza de corazón es una viva demostración de lo que necesita el Perú sacudido por la violencia y la desolación.

Aquino, es una viva esperanza del Perú que crea con legítimo orgullo y nobleza. Lleva el arte en la sangre y en su viva inteligencia. No pierde el tiempo y su integridad de maestro y de artista es la mejor lección para sus discípulos. Las formas de las cortezas   de cedro amargo, palo santo, algarrobo y zapotes se transforman en sus manos creadoras. Sus creaciones tienen como apremio vocación de universalidad. No es casual que sus madres, chicheras, campesinos, santeros y bailarines de tonderos y marineras rezuman proyecciones de forma y belleza para transformar el paisaje de nuestros villorrios y pueblos. La proyección para lo grandioso la crea y recrea Oscar Aquino en cada una de sus piezas.

Oscar Aquino, a sus 67 tiene una trayectoria de reconocimientos impresionante: ocupó el primer lugar en el concurso nacional "Peruanos que suman" del diario El Comercio, compitiendo y superando a casi un centenar de destacados maestros de todo el país. Hace algunos días recibió la Medalla de Honor del Colegio de Profesores del Perú por su valiosa trayectoria como docente y escultor. Según la crítica -el maestro Oscar Aquino Ipanaqué- es el único piurano en recibir esta alta distinción. Aquino es considerado un genio piurano del bicentenario. Pese a haber recibido reconocimientos el maestro preserva su generosidad y sencillez con sus discípulos.

En una ocasión entrevistando a Oswaldo Guayasamín en el salón del Hotel Esmeralda, a propósito de la construcción de la Capilla del Hombre en Quito, me advirtió, que con tanto capital humano valioso preferimos con enfermo exotismo lo foráneo ajeno deleznable y abandonábamos la arcilla, la piedra y nuestras maderas que tienen vocación de eternidad. Necesitamos, predica Aquino, arte en las escuelas y en los pueblos destruidos por la deplorable ingeniería que destruye nuestras ciudades. La modernidad pasmosa destruye los paisajes naturales y los convierte en insoportables laberintos de hierro despojados de naturalidad.

Urge rescatar el arte que inspira la enseñanza diaria a los estudiantes. Hay que llenar las ciudades de esculturas y murales que hablan sin palabras mientras los gobiernos locales sucumben por el cemento que derriba árboles y desconecta a los pueblos de su paisaje natural. Visitar el taller del maestro en el jirón Arequipa de Catacaos es descubrir las manos del artista creador tallando la madera con gubias y martillos. La madera cobra vida y se transforma, su arte crea y recrea, su taller tiene las puertas abiertas a quienes deseen aprender fiel a su arraigo y tradición familiar.

En el taller como en el aula la escena se inunda de pasión por la belleza. Las manos y la inteligencia fluyen para dar vida a las formas y proporciones. Jubilado ya en la tarea docente su taller sigue siendo aula abierta en donde los inquietos churres de la cuadra lo contemplan trabajar. Es una forma de educar haciendo. Las acciones se abren paso a las palabras y a sus personales inquietudes en las trajinadas calles y callejones de Catacaos.

Oscar Aquino es un artista esencial. Pertenece a esa memorable legión de artistas de la estirpe de los alfares de Simbilá, los tejedores de esos sombreros de paja toquilla que salidos de esta bendita tierra eran comerciados en el mundo como Panamá-Hat, de esas sabias taberneras que elaboraron para el Inca la más sabrosa chicha de la que se tiene noticia en el norte del Perú. O de esos joyeros con sus primorosas dormilonas y zarcillos para el cofre de alguna princesa mora. Hace poco una legión de turistas que visitan Catacaos buscaban su taller o algún museo que muestre sus piezas. Muchas recorren el mundo en los cinco continentes por aquello que mientras trajinas el mundo eres imperceptible en tu casa.

Nos regocijamos con legítimo orgullo por los logros y conquistas del maestro. Hoy lo acoge con acierto la Universidad Nacional de Piura. El alma mater de la inteligencia piurana debe abrir sus puertas a este legado centenario que urge rescatar del olvido. La cerámica, los mates burilados, la escultura, la pintura y la santería son múltiples expresiones de la cultura popular que urge rescatar.  Aquino, es un ejemplo, un derroche de inteligencia y bonhomía. Los devotos del Cautivo de Ayabaca le agradecen las efigies que preservan con devoción. Este es el atributo más valioso de un artista popular el saber penetrar en los sentimientos del pueblo.

El maestro tiene la virtud de despertar en sus alumnos una curiosidad inagotable y amor por la belleza. Tarea complicada en el mundo de la enseñanza en donde se repite lo que se lee. El artista interpreta  y crea con las intensas profundidades de su insondable creatividad por eso entre sus discípulos afortunados hay buena madera que continuará con sus enseñanzas. Tiene Catacaos una vieja deuda con el maestro. Muchas veces por el prurito enfermo de la envidia te olvidan y te ocultan. Mientras el esplendor de la trayectoria brilla con luz propia. Así lo sentimos en las galerías capitalinas. No es casual que, en Lima, hayamos escuchado esta frase con mucho acierto: “Aquino es Catacaos y Catacaos es Aquino”.

Piura, noviembre de 2025.

 

 

LOS CUENTOS PIURANOS DE HORACIO CUEVA BACA

 

Horacio Cueva Baca, autor de Cuentos Piuranos. Esta presente en las ferias del libro

Por: Miguel Godos Curay

Horacio Cueva Baca añade a su producción narrativa “Cuentos Piuranos” que se suman a “El perfil oculto de un ángel” (2010), “La guerra del fin año 2666”, “Vidas robadas” (2013), “Quimeras políticas” y “Violación” 2019. En plena pandemia sacó a la luz “Susurros indiscretos en el tiempo del Coronavirus” (2020) novela escrita en el encierro obligatorio y la angustia en carne viva que se expandió a nivel mundial. Para los lectores es ya un escritor conocido en las ferias del libro que pueblan parques y plazas. El está ahí presente.

En todas estas historias brota lo que Borges y Bioy Casares denominan  el tragicum principium et comicum finem , las peripecias arriesgadas y un desenlace en apariencia feliz que utilizaron para dar vida al guion de “El paraíso de los creyentes”. Piura, en buena cuenta, es el paraíso de los creyentes. Aquí habitan los aparecidos, historias repetidas de boca a oreja de tragedias con desenlaces inesperados. Rincones donde se incuba el miedo y la desesperación. Territorio poblado por chununos y chununas  (duendes)  que aparecen en rincones inhóspitos y tientan a las buenas mozas con sus silbidos. El antídoto eficaz -recomendado por las abuelas- es la inmundicia arrojada al perturbador con su encanto misterioso e inefable.

Igual sucede con los atributos mágicos del Cerro Pilan territorio estudiado por Anne Marie Hocquenghem con el hallazgo de precolombinos canales de riego sin el misterio fabulador creado por salteadores y abigeos. Ninguna de las expediciones esotéricas dio cuenta de un resultado. El cuento prosigue y se repite de boca oreja por furtivos buscadores de misterios y fabuladores ingenuos. La historia es un muñeco de paja sostenida por creyentes.

Los misterios abundan en Piura. Aquí el mismo diablo en corcel, aparecía por las estribaciones de los cerros de la Silla de Paita en donde hoy se extrae andalucita, un mineral y silicato refractario empleado en la fabricación de hornos de altas temperaturas. En Piura, el rincón favorito de don Sata era el jirón Torata. En donde los vecinos se santiguan tres veces. Hoy -según me advierten- muerde presupuestos en los municipios, universidades y el gobierno regional.

En Paita tan lleno de apariciones con la expansión de la luz eléctrica y los postes con diodos emisores de luz o luces Led   desparecieron casi todas. Desde “el mondongo”, “el pato” y “la cocha” que recorrían los callejones del puerto. Mi padre que enfilaba a su trabajo en la madrugada. Arrojaba un hato de aromáticas margaritas al mar. Hoy ha prosperado la brujería amatoria y propiciadora de riqueza en el reino de los pobres. Las “mesas”  y “amarres” son el negocio de farsantes que empapelan postes, paraderos y hasta los accesos a la universidad. Es la publicidad venenosa en el país de los cojudos.

Todavía existe el sortilegio amatorio de las fotografías y el agua de calzón para capturar de por vida a la persona amada y deseada. El agua de calzón rojo sotierra la voluntad. El de calzón negro anula a la competencia. Otras veces colocan fotografías de las rivales en tumbas de los cementerios. La gente se sublima con sus atormentadas pasiones. En Piura no hay casa que no tenga colgada, tras la puerta, una tijera de acero Solingen y su sábila con cinta roja para la envidia junto a la infaltable crucecita de palma de cuaresma. Se sahúma la casa con incienso o palo santo cuando se siente pesada cada viernes. Aunque para disimular es para correr a los zancudos. No falta en cada hogar un botellón de agua bendita que se esparce en cada rincón de la casa. Mi abuela daba agua bendita a su lora para que no diga malas palabras.

Piura, es el paraíso de los creyentes en el que Horacio Cueva Baca con el auspicio editorial de Librería Luján nos entrega una impecable edición ilustrada de Cuentos Piuranos (2024) como señala el editor textos en donde se resaltan las costumbres y la idiosincrasia del piurano. Este cuarto libro reúne tres historias: “El enigma de la niña de la chompa negra”, “La casa embrujada del malecón” y “El encanto de Juancho” escrita por Roberto Cueva Baca, hermano del autor. Los dos primeros relatos tienen como escenario la prodigiosa sierra piurana y el último las cuatro esquinas de Piura con sus misterios y fantasmagorías. Como señala su autor su propósito es deslumbrar con relatos de terror, magia y ficción.

El primer relato es una historia de camioneros que penetran por caminos culebreros poblados de niebla. Con la llovizna en la cara y el frío de la noche Mateo Aldana, el conductor del camión, se adentra por este territorio escarpado la noche del Día Difuntos.  Es en este trance misterioso, la aparición de una niña bañada de juventud envuelta en plena noche fría en una chompa negra. La niña subió al camión y en la conversa del camino dijo llamarse Juanita  y solamente tener 16 años. El camión   avanzaba con destino a Vista Florida un poblado cerca de Carrasquillo y Chulucanas.

En pleno trecho la niña señaló su casa y desapareció tras detenerse la lluvia. El amanecer lleno de luz era apoteósico pues en el día de difuntos todos concurren a los cementerios poblados de vendedores de roscas de muerto y angelitos. Aldana, conduce el timón con apremio y descubre furtivamente que Juanita había dejado, por olvido, su chompa negra. La que se le ocurrió devolver. En efecto, ubicó a la madre de Juanita. El estupor se apoderó de él cuando le dijeron que Juanita había fallecido hace tiempo.   Las aventuras de Aldana se completan con las de sus compañeros Juancho Corrales y Anastasio Julca que en la ocasión disfrutan de un buen aguardiente servido por el Teniente Gobernador, autoridad del pueblo. El relato se completa con el memorial inaudito de la niña de la chompa negra.

Recuerdo que hace una década retornaba con mis hijos a casa y en pleno trecho frente al Cementerio Metropolitano observamos una novia postrada en la puerta. El novio la contemplaba desde un rincón. Por supuesto, por mi curiosidad de reportero, pedí regresar para darme cuenta de la escena. Los pasajeros, presas de miedo, se opusieron con la firmeza de no querer contemplar una escena del más allá. En realidad, nuestro mayor temor son los vivos, los que roban lo que consideran tiene valor. Detestan los libros y los papeles. Un maletín que portaba lleno de exámenes me fue arrebatado pero lo arrojaron sin miramientos.  

La casa Embrujada, existe en el imaginario popular -en Sullana- su balconería permitía contemplar las aguas cananeas del Chira.  Ahí se comía opíparamente piqueos de carne y pescado, pródigos cebiches y se bebía cerveza helada. La súbita aparición del cólera estacionó el prodigio de la economía placentera y de pronto se dejó de saborear el pez extraído en las bahías de Paita, Sechura y Máncora. Los hospitales funcionaban con los pasillos atiborrados de centenares de pacientes sacudidos por los calambres y evacuaciones incontenibles. Un mal de la edad media sacudió los cimientos del norte del Perú.

En este escenario se viven inesperados acontecimientos. Los televisores cambian súbitamente de canal. Los personajes son actores del desafío, arma en mano, para jugar a la ruleta rusa con un desenlace sorprendente. Líneas posteriores se registra el idilio sin “cuota inicial” porque un imprevisto embarazo puede sucumbir con una fuga de tondero con resbalosa incluida. Todo acontece en el mundo de las penas y aparecidos en la misteriosa casa del malecón.

El último relato presenta una ficción abominable. En donde el protagonista combate cuerpo a cuerpo, con el minchulay. El mismo diablo que aterroriza con su presencia. Sostiene la creencia popular andina que el minchulay emerge del incesto y de las malas acciones. Durante las noches se oculta entre los higuerones en donde los pobladores temen mear. Cada cerro, cada piedra en la sierra tiene vida propia. Las simoras en las huertas “jacan” con sus poderes mágicos a los inadvertidos y curiosos.

Los Cuentos Piuranos son propicios para los lectores en busca de misterios que aún se mantienen en hogaño. Los relatos son amenos y en lenguaje sencillo para jóvenes lectores o para los audaces que vislumbran el más allá de los misterios desde el más acá a la vuelta de la esquina. Su autor Horacio Cueva Baca vecino de Pueblo Nuevo de Colán (Paita) tiene mucho que escribir en el paraíso de los creyentes que es esta Piura de suelos removidos por la reconstrucción.

sábado, 11 de octubre de 2025

GENERACIÓN Z: JUVENTUD Y PODER

Por: Miguel Godos Curay

Multitudinaria marcha de GZ  en Lima como respuesta a la impotencia del Ejecutivo frente
a la agresión criminal y la violencia en el país.

La contundente marcha de los jóvenes universitarios limeños de San Marcos, Villarreal, UNI, la Cantuta y la Pontificia Universidad Católica con la secuela de una desproporcionada represión policial fueron el detonante para la crisis política. Fue el desenlace que mandó a Dina Boluarte a su casa. Se suman a ello las declaraciones del entonces Ministro de Transportes y Comunicaciones (MTC) César Sandoval emplazando al Cardenal Castillo Mattasoglio en defensa del gobierno.

El Cardenal Castillo en declaraciones a la prensa y refiriéndose a los jóvenes que tomaron las calles en señal de protesta, fue muy preciso frente a las desafortunadas declaraciones de los voceros del gobierno. “Aquí no hay terroristas, aquí hay personas con derechos, con dignidad. Y nuestros jóvenes, por más que sean llamados Generación Z, tienen mucho que decirle a la humanidad (…) Vamos a decir esperanza con Z”, dijo el cardenal peruano al referirse a esta bulliciosa y violenta toma de las calles de la capital

La Generación Z o “Gen Z”, versión peruana, está conformada por miles de jóvenes universitarios que desafían al poder político con sostenidas marchas de protesta dirigidas contra los visibles rostros de la corrupción política en el país. El gobierno no acierta en sus acciones y decisiones frente al crimen organizado. Se muestra por el contrario, indiferente e impotente frente a la arremetida de la extorsión criminal y la delincuencia. La Gen Z está conformada por jóvenes nacidos entre el 1995-2010 convertidos en protagonistas de marchas que toman las calles en diversos rincones del planeta. Es tal su unánime presencia que arrincona a los políticos corruptos que acaban arrinconados por las legítimas demandas ciudadanas.

En Nepal, la “Gen Z” logró derrocar, el 9 de septiembre, al primer ministro K.P. Sharma Oli, en menos de 48 horas, aunque con un alto precio: incendios y saqueos, y más de 70 muertos. En Lima, bastaron tres días de protestas para responder a los señalamientos de terrorismo de la presidenta. El repentino relevo presidencial es una consecuencia, con plazo indeterminado, si prosigue la indiferencia en las decisiones del congreso y el Ejecutivo. Las aguas, en aparente calma, de no cambiar la conducción política del país vislumbra una respuesta política contundente a nivel nacional. Ni los gobiernos locales, regionales y el propio Ejecutivo se libran de esta respuesta ciudadana.

En el país no se han resuelto los escándalos que responsabilizan a Boluarte por el uso excesivo de la fuerza, el enriquecimiento ilícito, el favorecimiento indebido, nepotismo y redes de corrupción a todo nivel. Otro punto de controversia es la reforma del sistema de pensiones que obliga a los jóvenes mayores de 18 años a afiliarse a una administradora de fondo de pensiones (AFP). Así como el exigir a los trabajadores independientes aportes obligatorios desde el 2028. La reforma, la Ley Nº32123 aún está pendiente. El desempleo juvenil es una cifra creciente en las estadísticas y la falta de oportunidades una respuesta ineficaz. Urge al gobierno colocar candados al nepotismo político en los municipios, gobiernos regionales y otras dependencias públicas en donde se debe asignar por ley cuotas laborales a los más calificados egresados de las universidades públicas.

En el escenario nacional. La gota que derramó el vaso fue el ataque armado, el último miércoles 8 de octubre, a los integrantes de Agua Marina, popular conjunto musical sechurano que brindaba un concierto en Chorrillos. Cuatro de sus integrantes fueron alcanzados por la ráfaga de metralla de una Uzi arma de guerra. Las facciones congresales que apoyaban a Boluarte le dieron la espalda y votaron unánimemente por la vacancia por “Incapacidad moral permanente” una figura jurídica reciente  que no deje indemnes a los partidos que la dejaron sin respaldo. Al final de acuerdo al mandato constitucional llevó al Presidente del Congreso José Jerí Oré a Palacio de Gobierno. Jerí Oré no escapa a esta serial de acusaciones por conducta impropia.

Es de advertir que la Gen Z conformada por nativos digitales es una potente red de redes no despolitizada que opera en permanente comunicación. Ahí nadie manda pues todos tienen capacidad de convocatoria.  Frente a la caída de los tirajes de los diarios y la acomedida y graciosa concesión de la radio y televisión con el gobierno son un potente medio de opinión y crítica. Los jóvenes de la Gen Z sin la acostumbrada mermelada de los medios digitales sumisos han redefinido su participación en la esfera pública. No tienen interés ni son adeptos de los partidos tradicionales, detestan la militancia rígida, repudian las militancias  y señalan en todo lugar las incongruencias políticas. Sus explicaciones ideológicas no se inclinan ni a la izquierda ni a la derecha. Ni tienen disposición para seguir candidatos ni viven de la obediencia política. La desobediencia radical es su razón de ser. Sus canales de expresión son muy espontáneos y claros en señalar las fracturas de una sociedad corrupta ante la que se invisibilizan los problemas.

Se trata de una novedosa forma de comunicarse y expresarse. Son jóvenes que han descubierto el poder de la tecnología en sus manos y les permite empoderarse frente a los múltiples rostros de la insolvencia moral, la corrupción, la manipulación ideológica y el viejo orden de repartijas y conveniencias. Frente a los viejas y anquilosadas formas de uso y abuso del poder oponen la denuncia certera y sin censuras utilizando las dinámicas de las redes sociales hasta que las manzanas podridas caigan. La indignación rabiosa de ayer se ha convertido en un inocultable emplazamiento público de los administradores del poder.

Desde esta perspectiva el joven que utiliza su dispositivo para divulgar contenidos risibles es un tonto útil frente a aquel que sintoniza sus reclamos y reorienta sus demandas y emociones a un cambio urgente y necesario. El cuestionamiento y la rebeldía brotan en las redes a través de la imagen y la palabra. Esta forma de comunicar es creativa y vigorosa. Dura y fuerte como una potente pedrada pero muy sensible como la flor de loto diría Lennon. Los Z se expanden por el mundo. Son una reacción incontenible con grandes movilizaciones en Kenia, Indonesia, Nepal, Filipinas y, Madagascar, uno de los países más pobres de África. Aquí tomó las calles como reacción ante los constantes cortes de agua y luz, que afectaban a poblaciones enteras y sobre todo a los jóvenes. Piura y el Perú no son la excepción.

 

domingo, 28 de septiembre de 2025

A PROPÓSITO DEL DIA DEL PERIODISTA

Por: Miguel Godos Curay

Antonio Ricardo, el impresor turinés, trajo la imprenta  de México a Lima en 1581. Con el apoyo de los jesuitas la instaló en el Colegio de San Pablo. Sin embargo, no pudo operar por no contar con la licencia real. La Audiencia de Lima le otorgó la licencia el 13 de febrero de 1584. El primer impreso fue la Pragmática de los Diez Días del Año que disponía la adopción del calendario gregoriano. Francisco Antonio Evaristo Cabello y Mesa que firmaba con él seudónimo de Jaime Bausate y Mesa llegó a Lima en 1789 y se dedicó a tramitar la licencia de lo que llamó “Diario Curioso, Erudito, Económico y Comercial” el que apareció el 1º de octubre de 1790. Por Decreto Supremo N.º 2521 de 1953 se declaró esta fecha como Día del Periodista Peruano. El despotismo ilustrado inaugurado por Carlos III favoreció la publicación que esperaba despertar en los limeños el hábito de la lectura.

Dos siglos después la prensa peruana enfrenta el severo impacto de las redes sociales y la severa crisis de la prensa impresa por la caída del mercado publicitario. Los anunciadores en lugar de pagar por centímetros columna y spots de treinta segundos prefieren poblar de anuncios las redes sociales sin necesidad de facturación declarada y con descarada elusión fiscal que evade la Sunat. Se usa y se abusa de las redes sociales vaciando los bolsillos de perentorios candidatos y se ofertan eventuales productos que acaban como estafas.

Los tirajes de los diarios están en el suelo. Tras la desaparición de El Tiempo 108 años después de su aparición. Ahora aparece como semanario dominical con tiraje escaso. La Hora languidece. Como indicaron trabajadores liquidados forzosamente se vendió hasta la artesanía Chulucanas  de su decoración regional. Hoy se remate el local del jirón Ayacucho. Correo el matutino de la sucesión Banchero-Agois fue comprada  por el grupo El Comercio. De las redacciones regionales no queda nada. El diario vende diariamente según los distribuidores agónicos tirajes de menos de 300 ejemplares. Según los canillitas se entera de las noticias por el celular.

Las noticias de las redes sociales acusan una deplorable sintaxis, faltas de ortografía y deplorable redacción. La manipulación, el chantaje, la indiscreta vinculación con los gobiernos locales y regional lo convierte en lo peor del ejercicio del periodismo. Oficinas de imagen sobrepobladas y la irrupción de sospechosas modelos y bailarinas de cumbia para dar cuenta maquilladas de obras inconclusas no son evidencia de buen periodismo. Se informa mal, el cebo para atraer a esas pandillas de seudo periodistas vinculadas a instituciones no gremiales avergüenza a los periodistas colegiados. La persistente diferencia entre “periodistas” y “comunicadores” profundiza marcadas diferencias. Contados con las manos son los pertenecientes a redacciones.

Hoy la mayor parte de comunicadores han recibido formación de periodistas teóricos que nunca han pisado una redacción. Tampoco tienen producción periodística visibles. Son incapaces de sostener una entrevista. Tampoco leen y no escriben sino para llenar su recibo engorda bolsillo en dependencias públicas. Los periodistas liquidados en los medios locales, algunos muy experimentados editores, se han convertido en burócratas del gobierno regional y gobiernos locales. No hay más.

Otros son los consagrados a la producción audiovisual. Algunos con éxito otros se dedican al diseño gráfico y producción editorial. Pese a que existen nuevas oportunidades laborales en comunicación en salud distante de las lubricadas relaciones públicas, las relaciones comunitarias para el fomento de la inversión, educación tributaria y promoción y divulgación cultural. Las dependencias públicas  están pobladas  de legiones políticas partidarias que acaban sobre poblando oficinas y pese a su inutilidad radical no pueden ser despedidos. Actualmente existen acreditadas ante Sunedu 45 Facultades y Escuelas de Comunicación Social y Periodismo en universidades públicas y privadas que contrastan con la cantidad de comunicadores titulados y periodistas sin empleo. Como señalan los currículos de los docentes pocos son los que tienen experiencia en el ejercicio de la profesión o desempeño en algún medio. Tampoco escriben o investigan. Muchos enseñan lo que nunca ejercitaron profesionalmente.

Otros complementan sus estudios con una nueva licenciatura en Derecho, Educación, Turismo y Archivología.  La crisis de la prensa deja sin espacio laboral a los comunicadores con una sólida formación académica y humanística. Las dependencias de Relaciones Públicas e Imagen Corporativa prefieren contratar a diseñadores gráficos para reducir sus costos. Pocos recurren a los profesionales idóneos que ponderan el ejercicio profesional ético y responsable. Muchos prefieren a populares youtubers mediocres y escasos de cultura. O políticos incondicionales que participaron en la campaña.

El propio Congreso de la República no cuenta con periodistas y comunicadores experimentados. La mayoría de ellos son improvisados estudiantes de derecho con poco conocimiento del idioma. Los resultados saltan a la vista. Los más son expertos en el “copia y pega” en la reproducción incontable número de veces de notas de prensa de archivo. Otros se dedican a adquirir boletas para las liquidaciones de gastos de los congresales. El panorama es desolador. Otros se apoltronan por sus vínculos políticos.

Los diarios en pie se cuentan con los dedos. Ya no existen los reportajes, las entrevistas reveladoras, el ejercicio activo del periodismo de opinión en la publicación de artículos. Preocupantes son las amenazas del Ejecutivo a la prensa libre. No se descarta la interceptación de comunicaciones de periodistas y reporteros. A ello se suman muchas notas elaboradas con auxilio de la IA sin pies ni cabeza. Otras descontextualizadas, y algunas sorprendentes por la hiper perfección de las frases utilizadas. El periodismo de investigación no existe. Y la mayor parte de los periodistas reconocidos por sus investigaciones sucumbieron a la corrupción fomentada por Ongs internacionales vinculadas a la gran corrupción de empresas del sector construcción que medran millonariamente de algunos estados.

Como advierte Otto Morales Benites, periodista y político colombiano, el código moral la guía insoslayable de los periodistas que pretenden influencia pública y tan aplicable para el hombre que gobierna y legisla o hace cumplir la ley, como en el que se entretiene en negocios particulares se ha abandonado. Ya no existen estos parámetros de rigor de la prensa libre y eso representa un derrumbamiento colectivo. El periodista ético y responsable fue siempre el paradigma cívico, el espejo en el cual se miran los ciudadanos en una especie de pedagogía comunitaria. Hoy se ha pervertido esta misión a tal extremo que los improvisados repiten: “¿Para qué sirve la ética? A mí me interesa el billete en el bolsillo” responden muchos.  Es así como se construyen hoy modelos de éxito con soportes de barro.

La ética busca el bien moral. Todos tenemos un conocimiento espontáneo del bien y podemos vincularlo con valores como la justicia, la verdad y la honestidad. El bien común en su sentido pleno es el bien que todos queremos en la escuela, la universidad y la propia sociedad. Por extensión en la conducción del Estado. El bien moral se subordina a la recta razón. El mal es la carencia de bien. O la privación de una perfección debida. En el ejercicio de su profesión el periodista en cada momento de su actividad profesional se confronta con hechos verificados los comprende, los analiza reflexivamente para decidir libremente los que debe comunicar públicamente ponderando las consecuencias.

Por eso, la conciencia confronta la obligación con la inexcusable omisión tendenciosa. Es posible enfrentar conflictos éticos. La deontología periodística es por ello el ejercicio de la moralidad, el honor, la honestidad, el deber y la obligación de la conciencia en el ejercicio de la profesión. No tienen ética los amorales que viven subordinados a la ley de la jungla, los inmorales, los deliberadamente transgresores de la moral. 

Reiteradamente, repetimos, entre los futuros comunicadores que el ejercicio de esta profesión es una mezcla de pasión, ilusión, estremecimiento y entusiasmo por comunicar la verdad con entusiasmo y optimismo. Pocas veces se entiende que los medios pueden ser expresión de la intolerancia y la vulgaridad. Informar y formar, educar y entretener son tareas de responsabilidad. Decía Montaigne, refiriéndose al periodismo, las palabras pertenecen la mitad al que habla y la otra mitad al que las escucha. Definitivamente los medios no son escuelas, ni los oyentes y lectores, alumnos. Nuestra misión es despertar la curiosidad y recoger la diversidad de las opiniones. Para ello es imprescindible la libertad. Sin la libertad de prensa y expresión los medios se asfixian. El periodismo es y será siempre decencia y docencia. Verdad y honestidad.

 

lunes, 22 de septiembre de 2025

AL MAESTRO AQUINO CON CARIÑO

 Por: Miguel Godos Curay


Fue en el año 1982 en compañía de Luis Felipe Angell de Lama, Sofocleto, visitamos el taller de don Félix Aquino Valverde  y doña Margarita Ipanaqué Chunga. Estaba la familia reunida en la casa taller. Teófilo pintor, Eddy joyero, Oscar, Manuel, Juan de Dios, Luis Alfredo dedicados a la escultura y pintura. Las primorosas bordadoras Carmen y Nemesia daban vida con sus manos a los atuendos de los santos de vestir. Con el talento en las manos que crean los Aquino han consagrado su vida al arte pictórico, a la fina talla y escultura de venerados Cautivos e imaginería expresiones del fervor popular. Oscar reconocido recientemente como Maestro del Perú por la Derrama Magisterial. El año 2023 El Comercio lo premió como ganador nacional de la primera versión del reconocimiento a los “peruanos que suman”.

La impresión de don Sofo fue un recado inolvidable para los que llamó gestores de las genuinas expresiones del arte popular en el norte del Perú. Estos son los artistas genuinos invisibilizados por los extravíos de la modernidad. Los artistas populares se mantienen en pie con su propio esfuerzo en sus talleres en lugares remotos e inolvidables del Perú profundo. Y muchas veces sin el reconocimiento oficial pues los alcaldes prefieren la estridencia de la cumbia. El artista crea y recrea. Oscar hace poco dejó las aulas del centenario Colegio San Miguel. Hoy está en el Instituto de Arte y Cultura de la Universidad Nacional de Piura donde una legión numerosa de universitarios concurre a sus talleres.

Los hermanos Aquino viven consagrados al arte. Teófilo es un reconocido pintor y escultor. Eddy se dedicó a la joyería como sus antepasados. Oscar destaca por sus esculturas que han dado la vuelta al mundo. Sus creaciones han sido entregadas a Enrique Iglesias del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), al Nobel Mario Vargas Llosa y  Daisaku Ikeda el líder del movimiento Soka Gakai.

Los artistas que preservan la tradición cultural no cuentan con el apoyo oficial. Al igual que los escritores viven arrinconados por la ignorancia fortuita de gobernantes torpes para contemplar la belleza y leer la producción literaria de poetas y escritores. Los compositores de piezas para las bandas tradicionales han partido y no hay como ayer esa pasión para, nota a nota, escribir partituras.  Por eso las bibliotecas municipales no reciben la atención que merecen ni se fomenta la lectura que despierta la identidad de los estudiantes.

Ya es hora de despertar las inteligencias consumidas por el tedio y la modorra. Como decía un apasionado bibliófilo nuestros escritores despliegan toda su artillería retórica y verbal para exaltar bandoleros. Nunca las inteligencias, nunca los artistas que son el legado más valioso del humanismo y de la propia identidad. Ser lector y escritor en el Perú es una tarea que requiere un esfuerzo de búsqueda, de lectura compartida y conversación larga y amena.  Hoy muchos municipios se han dedicado a las demoliciones y colocación de placas con nombres de autoridades por vanidad.

En efecto, las placas inaugurales solo buscan perennizar los nombres de innombrables pigmeos políticos e ingenieros de obras deficientes para el olvido colectivo. Esta práctica egocéntrica antepone el interés personal y desventurado prestigio sobre el bien común.  La huachafería de la autopromoción, está en todas partes y es tal la cantidad de placas que con todas ellas se podrían tapizar los accesos del cementerio metropolitano. Producto de este desatino es también la tala brutal y salvaje de más de 700 algarrobos para encementar sardineles estrechos en donde los pocos sobrevivientes de esta masacre ecológica duras penas se podrán mantener en pie. Las plantas requieren aire no sólo para sus follajes sino para la raíz que cubre la tierra. Las raíces cumplen la función de anclaje y absorción de aguas y nutrientes. Facilitan la respiración de las raíces hoy acogotadas por el cemento. ¿Intervendrá la Fiscalía Provincial Especializada en Materia Ambiental de Piura?

Conocen los artistas de la estatura de Oscar Aquino que le esencia de su existencia es enseñar el arte a las nuevas generaciones. El arte vislumbra eternidad, los denuestos se sepultan en la fosa del olvido. Quien brilla con luz propia merece la gratitud de su pueblo. A pesar de los pesares: la cultura, la lectura y el arte se mantienen en pie. El mejor monumento de una ciudad son las bibliotecas, las galerías de arte en donde resplandece la inteligencia y el saber. Bien se dice que las bibliotecas y los museos son islas en el profundo mar de la ignorancia.

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sábado, 13 de septiembre de 2025

LAS ANGUSTIAS DE LA CIUDAD DE DIOS


Por: Miguel Godos Curay

Las ciudades como sus habitantes tienen personalidad. Una ciudad es un espejo que refleja el modo de ser de sus vecinos. Cada rincón tiene una nota distintiva que la hace diferente de otras. Hay ciudades que agonizan efímeras, urbes de vida corta pobladas por fantasmas que ayer le dieron sustancia a su existencia.  Otras quedaron postergadas para siempre, olvidadas en los litigios familiares por herencias que se reparten como botín de filibusteros que todo se lo comen a pedazos.

Otros desprecian el pasado y festinan la destrucción de las viejas casonas que se caen a pedazos. Otras son rincones apacibles, silenciosos donde moran lo sueños y los deseos. Otras temen la arremetida y los arrebatos de la caprichosa modernidad aún recuerdo se enlosetó el ayuntamiento con baldosas que hoy están hechos añicos.

Hasta los tristes árboles de la plaza principal languidecen heridos de muerte. Hoy son el gimnasio decrépito de las ardillas donde se reproducen cada 40 días. Las nuevas camadas sin tener que comer en los árboles lánguidos buscan las manos de los visitantes en pos de galletas y no mueren. Se han tornado en ardillas sociales por las urgencias del hambre. De la última remodelación estofada y estafada sólo quedan las visibles huellas de la mala factura de los trabajos.

Las pilastras de la plaza se han llenado de placas conmemorativas del bicentenario de la libertad de la patria. Aún queda el inocultable recuerdo de los yerros de la improvisación y la huachafería. La libertad, marmórea escultura observa la ciudad con curiosidad estupenda. Le impresiona el vaivén del cabildo convertido en una tramitadora interminable. En el sopor de la tarde su presencia es obligatoria en todos los registros fotográficos.

Sus ojos son testigos del infortunio e inolvidables recuerdos. La Pola como la llaman. Es un misterioso  recuerdo de Policarpa Salavarrieta la patriota colombiana. La Pola en tiempos de montoneras vio desfilar las turbas de la comuna y horas más vio sacar los chicharrones humanos de la más criminal tragedia. A balazos se mataron los hermanos. Y las madres y las viudas concurrían a la plaza rosario en mano rezando por los muertos invocando le guarden turno al Prefecto Fernando Seminario Echeandía en el infierno. Aquel enero de 1883 la hacienda se enfrentó con la comuna.

La ciudad se desmorona en el olvido en la matraca histórica risible de fundir y confundir la fundación de San Miguel de Tangarará, Tangarara o Tangaralá como anotan los cronistas en 1532 con la fundación de San Miguel del Villar después de muchos trajines en 1588. No hay documento escrito que confirme el aserto se trata de un cálculo aproximado que ignora la plena vigencia de la Pragmática de los diez días del año adoptada en 1584 que dispone se debían omitir diez días (del 4 al 14 de octubre de 1582) para adoptar el calendario gregoriano. Con estos ajustes y desajustes la ciudad celebra dos fechas en una como si se tratara de una pirueta histórica. En realidad desconocen la historia.

La ciudad  y sus habitantes han olvidado la historia y su pasado. El alcalde de la cuadrilla ha convertido la ciudad en capital de la cumbia sanjuanera. Un híbrido colombo panameño con sanjuanito ecuatoriano que divierte a las masas en coros multitudinarios de letras tortuosas de infidelidades desbocadas, añoranzas furtivas, sed interminable por aguardiente de la caña. Es el nuevo gusto que compite con los coros que imploran el perdón y el diezmo obligatorio para los pastores y pasto para sus ovejas.  Católicos y evangélicos compiten por la fidelidad de sus prosélitos. Creyentes, creyentes torrejas y no creyentes son parte del rebaño de Dios.

Así andamos. Con un pie en el cielo y la otra pata en el infierno. Sucede lo mismo en la administración pública en donde se dilapidan los dineros públicos. Se roba descaradamente y se engaña impunemente. Si viniesen las lluvias diluviales en el próximo verano se desnudarían nuestras debilidades y flaquezas. El agua es vida en todo el planeta en la aldea en que vivimos es un tormento que inunda ciudades y vierte océanos inmundos de basura arrastrados por las aguas. Entonces vivimos del frejol de palo y las zarandajas. De los choclos del temporal y las sandías.

Nuestra ciudad con visos de pueblo ya no planta árboles los tala salvajemente por su adicción al cemento y el asfalto. Olvido de pronto que el suelo respira y que los árboles lo protegen. Se improvisa por la falta de seso e ignorancia. Los modelos producto de la copia y la falta de identidad creativa nos han llenado de losetas resbalosas, fierro, árboles talados sin sus bancas de madera para el refresco de los abuelos. Hoy las bancas empotradas de losetas queman los culos por los que nadie se sienta. 

La peor amenaza  de la modernidad  es el poco inteligente “copia y pega”. Los estudiantes  no piensan “copian y pegan” las tareas escolares, no leen como antes tampoco entienden lo que leen. Lo que los convierte en brutos potenciales y consumados. Igual sucede en las aulas universitarias  en donde docentes que no leen obligan a sus alumnos a leer. El resultado es un fiasco grosero en dónde los trabajos monográficos son “copia y pega” descomunales.

Otros con el pervertido auxilio de la IA inventan autores y endilgan hipótesis sin fundamento citan a autores inexistentes. Junto a la cibernética avanzada, existe otra subdesarrollada de softwares piratas que convierte las tesis monográficas en papelería inútil. Tesis de licenciatura y doctorales se copian  por cientos y por millares. Los artículos en revistas indexadas son un fiasco risible y repugnante. Pocos trabajos de investigación nacionales se incorporan a los rankings mundiales. La mayor parte de nuestros doctores tienen mala ortografía y sintaxis. Los buenos son pocos. Y los que hablan y escriben correctamente en inglés son como manzanitos solitarios.

Así andamos como cangrejos solitarios en el mundo de la ciencia. No hay producción editorial ni investigaciones serias que aporten significativamente a la ciencia. Los anaqueles universitarios de investigación están llenos de “huevadas” me dijo un conserje. “Eso no sirve para nada ni resuelve nada” prosiguió. Y estamos por creerle. La revolución para el cambio tiene que empezar en la raíz de la universidad que está en las aulas. El diálogo entre maestros y estudiantes convertidos en discípulos en el gobierno mismo de la universidad que no puede ser un refugio del festín de sus presupuestos. Tampoco es una cofradía de favorecidos por el resorte de la incompetencia. La universidad de los cangrejos inmorales no es otra cosa que el injustificado retroceso de la dignidad, la decencia y el decoro.

domingo, 31 de agosto de 2025

LAS ANIMAS MILAGROSAS

Por: Miguel Godos Curay

Nuestros pueblos y villorrios están llenos de ánimas milagrosas que despiertan la devoción y la piedad de las gentes sencillas. Así en Chulucanas no hay feligrés que no haya colocado un cigarrillo encendido en el anónimo nicho de “la Turquita”. Una extraña gitana que murió cuando su tribu visitó la tierra de los mangos y los limones hace mucho tiempo. Camino a Huancabamba, en el kilómetro 55, está el soldadito desconocido al que los camioneros cada lunes colocan velas y flores. Otros le ofrendan tortas de canela y hasta aguardiente de caña. A él se encomiendan y le piden protección contra los salteadores que ahora abundan por los caminos de la sierra.

Mi padre, en Paita, arrojaba flores al mar porque sentía la presencia de los ahogaditos. Estaba convencido que lo acompañaban en la madrugada y marchaba seguro, por el largo trecho, hasta la zona industrial entre los grises farallones del puerto. Nunca enfrentó ningún percance al filo de la madrugada. Pero sus margaritas, que arrojaba al mar, eran infaltables todos los lunes. En Sullana, todas las tardes, es muy concurrida la peanita de Juan de Dios. Otro muerto milagroso que protege del infortunio a mototaxistas, vianderas y gente sencilla que ora ante él con envidiable fervor.

En Tumbes, entre las zarzas del camino a Zorritos está la tumba de “la chilenita” una mujer que fue encontrada muerta en el camino y en cuya blusa tenía como única seña el escudo de Chile. No había otra forma de identificarla. Aquí concurren los contrabandistas, comerciantes que vienen desde el Ecuador y hasta peloteros. Son personajes de leyenda que convocan un fervor profano y una confianza ciega en su intercesión. Se trata de un sincretismo y simbolismo al filo del cristianismo formal.

De los caminantes de la sierra aprendí a respetar los restos de animales muertos. Perros y caballos, cuya lealtad indoblegable, nos recuerda que la amistad es perdurable más allá de la muerte. A los perros hay que enterrarlos junto a un árbol al que con su carne sirvan de abono y su alma se consustancie con la naturaleza. Son criaturas de Dios y merecen respeto -me dijo un viejo arriero- que me transmitió un profundo cariño por los perros extintos que son distintos que los “perros muertos” de la mala fe y el avivato. Son almas que guían y protegen de eso estoy seguro.

Las cruces de cerro son también una bendición. Una crucesita en la punta del cerro salvó al pueblo de Morropón pues ahí una noche de tormenta calló un rayo cuyo impacto hubiese provocado destrucción en el pueblo. En el tablazo de Paita se venera con singular la devoción la “Cruz de Cisneros”. El tal Cisneros no fue ni un santo ni un fraile predicador del que se tenga memoria. Fabricio Cisneros fue un bandolero de la afamada Villa de Querecotillo que quedándole corto el camino tenía como escenarios de sus fechorías los caminos entre Macará y Tumbes.

Refiere López Albújar, en “Los Caballeros de Delito”, que andando Cisneros por Máncora le cayó en pleno cumpleaños a un tal Ruiz quien se defendió a balazos y logró capturarle. Conducido a Tangarará, el subprefecto de Paita Abelardo Garrido lo remitió a Paita custodiado por un capitán de gendarmes apellidado Matos quien no tuvo reparos en fusilarlo en pleno tablazo cerca al cementerio de Paita. Entregado el cuerpo a sus deudos éstos en represalia lo enterraron en el mismo lugar donde fue fusilado y en donde hoy se erige una capilla. Y por aquella tradición tan nuestra el que alguien fuera ladrón en vida no es impedimento para que más tarde se convierta en alma milagrosa en la muerte.

EL MACHISMO QUE AÚN NOS QUEDA



Chichera de Catacaos en el fotoóleo de don Manuel Quiroz. 

Por: Miguel Godos Curay

En Piura la violencia contra la mujer es de origen remoto pero está a la vuelta de la esquina. Durante la colonia los señores de los feudos adquirían negritas para el trabajo doméstico o para nanas de leche. No estaban exentas de abusos y excesos repudiables. La educación para las niñas fue un esfuerzo pionero de religiosas y normalistas que tuvieron que soportar la agresiva resistencia de muchos padres y hasta los caporales de las haciendas. Hemos alcanzado algunos logros pero aún hay que vencer la mezquina pretensión de funcionarios perversos para quienes una cara bonita es botín del que manda. El chantaje en todas sus formas. La deshonestidad desembozada.

El asesinato de la joven universitaria Xiomara Alejandra Huertas Santiago (18), victimada salvajemente en su entorno familiar próximo no debe quedar impune. Reportada como desaparecida movilizó al vecindario en su búsqueda. Posteriormente se produjo el hallazgo del cuerpo maniatado y enterrado en el corral de la casa de su tío y presunto asesino. Según el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables en lo que del año se han registrado 79 feminicidios en el Perú y 04 en Piura. Las denuncias de violencia contra la mujer superan ya las 5,540. Sería advertencia de una ola de agresión en el seno del hogar.

LA VIOLENCIA LESIONA LA DIGNIDAD DE LA PERSONA

Según las estadísticas del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables el año 2022 se reportaron 8 casos de tentativas de feminicidio, en el 2023: 9 casos, en el 2024:  9 casos. Las secuelas de violencia obligan a las víctimas a hospitalización por la gravedad de las lesiones. Sin embargo, la violencia psicológica crece explosivamente. Los casos de desaparición denunciados ante las autoridades policiales suman más de 9 en especial de jovencitas. Otra papa caliente es el embarazo adolescente de menores de 14 años. La situación se agrava por la resistencia en los hogares al sostenimiento de una nueva familia sin la posibilidad de una subsistencia digna y decorosa.

Preocupante es en Piura la trata de personas convertida en próspero e impune negocio favorecido por centenares de jovencitas migrantes que merodean a vista y paciencia de los vecinos establecimientos hoteleros en diversos sectores de la ciudad. Los casos Bello Horizonte, avenida Gulman, 18 de Mayo son las cerezas de la torta. La displicencia de las autoridades sectoriales del Mincetur, Municipalidades, Salud y Policía Nacional no enfrenta aún este problema cuyas aristas delincuenciales comprometen a pandillas promotoras del meretricio, a establecimientos hoteleros sin registros que favorecen el negocio carnal. “Cuando manda el billete nadie se mete” sostienen irritados vecinos atemorizados en la tierra de nadie. El VIH está también a la orden del día.

EL 50.2% DE PIURANAS SUFRE VIOLENCIA PSICOLÓGICA

A nivel nacional, la región Piura ocupa el puesto número 13 en violencia contra la mujer, mientras que el 50.2 por ciento de las piuranas sufren alguna forma de violencia psicológica, ya sea propiciada por su pareja, intrafamiliar, el espacio laboral, la escuela y la propia universidad según el registro del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.

A este cuadro desolador habría que puntualizar que el piurano es tradicionalmente machista, se nutre de la posesión excluyente de la mujer. Las hijas recién nacidas son chancletas. El espacio de la mujer casada se constriñe al trabajo del hogar junto a su prole. Las pocas posibilidades de socialización fuera del hogar se trasladan a los grupos parroquiales y grupos evangélicos cristianos. Antes predominaban las familias numerosas hoy se prefiere tener los hijos que se pueden mantener.

CASOS DE INCESTO ADVIERTEN  AGRESIÓN A MENORES

A pesar de los pesares aún el estupro es una institución perversa del machismo en los pueblos apartados. Los casos de incesto son también preocupantes en algunos asentamientos humanos y poblados de la sierra. De los ocho casos reportados las menores tenían menos de quince años. En el mundo rural  y campesino es visible la marginación social que aún impide a muchas niñas concurrir a las escuelas. Otro es el caso de padres irresponsables que entregan a sus hijas bajo la falsa promesa de brindarles buena educación que acaba en la esclavitud del trabajo doméstico, mal pagado y en condiciones inhumanas. Pese a todo existe hoy una actitud diferente frente al maltrato y el abuso.

Piura recuerda con generosidad al Padre Alberto Gallo, párroco de la Catedral que acogía semanalmente en la iglesia a muchas trabajadoras del hogar para el aprendizaje de costura, cocina y repostería al mismo tiempo instrucción para la defensa de sus derechos laborales. Por supuesto la iniciativa del Cura Gallo escaldaba en su conciencia a algunas feligresas maltratantes. Su magisterio dejó muchos frutos en esta ciudad de enredaderas y muchos prejuicios. Pese a que el Ministerio de Trabajo promueve el trato laboral justo y equitativo con acceso a la seguridad social, un horario y trato justo. Aún queda mucho por hacer. Muchas jovencitas que trabajan hoy en los grifos -hasta ayer oficio privativo de varones- lo que mayor temen es la agresión delincuencial.

LA MUJER TRABAJADORA ACTIVA LA ECONOMÍA REGIONAL

Centenares de mujeres trabajan en los mercados y servicios de transporte urbano iniciando su jornada muy temprano. Son un vigoroso resorte de la economía regional. Sin embargo, urge promover el buen trato. Los más deliciosos platos de la cocina piurana son fruto de su sazón. Otras son tejedoras de sombreros en Narihualá y  diligentes chicheras pendientes de sus tabernas en Catacaos, La Arena y Belisario. Oficio milenario ligado a la tierra y a la  faena agrícola.

La producción de chicha es un rito gozoso que preserva la tradición.  Grande es también el esfuerzo de las obreras municipales que limpian el rostro de la ciudad. Otras venden diarios a lo largo de la avenida Grau. En el esplendor de la cumbia también hay memorables intérpretes como Edita e Irma Guerrero que hicieron de  esos emocionados sanjuanitos letras de cumbias. Tienen su espacio y su lugar en el corazón del pueblo.  

MEMORIAL DE NATACHA

No es casual que en el habla urbana se discrimine con desprecio a las cholas, a las negras y a las   serranas. Por la década de 1970 se llamaba a las trabajadoras del hogar “Natachas” en alusión a la telenovela peruana emitida por Panamericana Televisión. Natacha Cervantes, una pollerona provinciana, al quedarse huérfana, gracias al padre Florencio consigue trabajo en Lima en casa de la familia Pereira. Raúl Pereira, uno de los hijos queda prendado del trato humano espontáneo de Natacha. La telenovela obtuvo elevados raitings hasta el final  y popularizó a Gustavo Rojo y Ofelia Lazo en los roles principales. La canción que popularizó la serie fue una creación de Raúl Vásquez que la interpretó junto a la Peña Ferrando en todo el Perú.  El guion exitoso fue escrito por el argentino Abel Santa Cruz.

EDUCACIÓN UNNA APUESTA DE LA JUVENTUD PIURANA

Es gracias a la educación que muchas jóvenes profesionales tienen acceso a los estudios universitarios y a una profesión liberal. Sin embargo, es necesario un mayor esfuerzo en favor de los derechos de la mujer. En los últimos reductos de la descascarada burguesía de la hacienda aún persisten estos distingos. Sin embargo, la lucha contra el mal trato a la mujer se mantiene en pie. Las mujeres profesionales en los campos del derecho, economía, ingeniería y la medicina. Las que forman parte del cuerpo policial y las Fuerzas Armadas tienen la buena fama de su integridad a toda prueba lo que es una buena señal. En general en el mundo universitario las mujeres obtienen mejores calificaciones que sus pares varones en los cursos de ciencias. Sus elecciones profesionales son muy precisas: educación,  enfermería, obstetricia, medicina, ingeniería, educación, comunicación y derecho. Hoy tienen voz propia y demandan y exigen respeto. Se puede afirmar categóricamente que los logros en la formación profesional de la mujer vislumbran un porvenir diferente en donde se revalore la vida y el respeto a los derechos humanos elementales.

Es de advertir que la Piura del siglo XVI era gobernada por las señoras Capullanas, llamadas así por su traje parecido al “capuz” o albornoz morisco con el que se vestían. Tenían mando y autoridad en sus curacazgos. Según los cronistas Reynaldo de Lizárraga y Martín de Murua era tal su poder  que podían elegir al marido de su preferencia y arrinconaban al aborrecido que lagrimaba con tristeza. Las señoras  Capullanas aparecen en muchos documentos sobre herencias y sucesiones durante el siglo XVII exigiendo se reconozcan sus derechos conforme al fuero castellano,

jueves, 28 de agosto de 2025

LAS ÍNSULAS EXTRAÑAS

Por: Miguel Godos Curay


Parece ser que el manual de la notoriedad y la figuración es el recetario de nuestros gobiernos locales donde nuestras autoridades aparecen para la exhibición y la reelección. A contrapelo desaparecen por arte de birlibirloque frente a sus responsabilidades. Por eso la censura ciudadana está por venir en las próximas elecciones. Nos recuerda el Drae que ínsula viene: Del lat. insŭla 'isla', 'casa aislada'. En su primera acepción: f. Lugar pequeño o gobierno de poca entidad, a semejanza del encomendado a Sancho en el Quijote. Esta es la forma visible de nuestros municipios: Islotes comedidos para  la temeridad de dilapidar recursos públicos, “gobiernos de poca entidad” para muchos ciudadanos; “buenos para nada” para otros y el afortunado tesoro de la corrupción y de la cutra para todos.

En buen romance mucho ruido y pocas nueces. Mucha cumbia sin resultados a la vista. Nuestra ciudad es muestra de ello no tiene ni pies ni cabeza. Nadie defiende a Piura de los arboricidios premeditados ni las demoliciones anunciadas. Ni los remedos del parque de las aguas en una urbe que se muere de sed.  Se recurre mucho al artificio, a la pólvora y la foto para el momento. A la estridencia de la cumbia, al pintarrajeo de los muros con el rostro de chicheros consumados. Al empapelamiento grotesco y chocarrero de toda la ciudad. Condecoras a los mejores por ser ejemplos, pero no pintas su faz para la admiración cívica de su ciudad.  

Somos el lejano oeste en donde por falta de autoridad nadie está libre de la agresión brutal de delito. Somos una ciudad invadida por pedigüeños que simulan limpiar los parabrisas en las intersecciones viales alentando la mendicidad de menores.  Cuando en la ciudad de los ciegos el tuerto es rey los problemas irresueltos se invisibilizan. El tuerto aparenta que te mira. En realidad mira la punta de su nariz.

El aspecto urbano de Piura es desolador. Sus monumentos históricos se desmoronan con la complacencia del Ministerio de Cultura. Poco queda del pasado y con el velo de las cortinas se cubre la lenidad de las instituciones. La Piura señorial a la que cantaban los bardos ya no existe. De la biblioteca nadie se acuerda. No se compran libros hace mucho tiempo esperanzados en donaciones que nunca llegan. Se dilapidan los dineros públicos en la capital de la cumbia y en la notoriedad pervertida antes de invertir en la cultura y la inteligencia. Esta crisis contagiosa corroe hasta nuestras instituciones en donde las renuncias colectivas son el hedor de lo mal con que se hacen las cosas.

La anomia nos consume. Esa indiferencia concesiva que admite y tolera la cutra y el robo es una vergüenza. Piura huele a caca y todos estamos contentos sonriendo para la foto en la plaza desarmada, sin bancas, con don Enrique López Albujar. Sin embargo, la procesión va por dentro. El caos del mercado central es la demostración visible del relajo de la autoridad. Ahí rejas, calles invadidas, el desorden son la evidencia de lo mal que se administra y los pocos esfuerzos por ordenar. Apena observar que lo poco bueno que se hizo se vino por los suelos por el desorden reinante y contagioso. Tapas de alcantarillas destrozadas por cebicherías ambulantes que ahí arrojan desperdicios y aguas servidas. Con espacios lotizados por la informalidad y las mafias que engordan en nuestro principal centro de abastos. Con semáforos de adorno que congestionan los accesos al extremo y que nadie respeta. Con drenes colmatados por falta de mantenimiento. Con desorden en todas las esquinas sólo es posible afirmar que la autoridad no existe.  En esta materia estamos hasta las huevas me dijo un asiduo concurrente a los puestos de venta de libros. Razón no le falta.

Un operativo inopinado de la Sunat, Enosa, Defensa Civil, Compañía de Bomberos, Dirección de Trabajo y la propia fiscalización municipal son urgentes y necesarios para acabar con la elusión fiscal que no da comprobantes de pago y contrata personal sin  ningún beneficio social; la tugurización de la informalidad que lotiza accesos y espacios libres y de modo irresponsable tolera y fomenta las conexiones eléctricas clandestinas que en cualquier momento provocan siniestros de dimensiones incalculables. El desorden empieza con furgones y mototaxis que invaden y bloquean los accesos. Comerciantes que salen de sus puestos y se apropian de la vía pública. A este problema se suma la congestión vehicular provocada por el desorden en la avenida Sánchez Cerro.

La avenida Sánchez Cerro desde la intersección con la avenida Sullana está sitiada por las casas comerciales y el comercio ambulatorio que han convertido la vía pública en estacionamiento privado de vehículos y motocicletas causa de la estrechez de la vía, congestión y desorden. La inmediata sanción del mal uso de zonas rígidas y ocupación indebida del espacio público la avenida Sánchez Cerro se descongestiona en un santiamén. Causa del desorden es la falta de autoridad municipal. Los supervisores municipales de tránsito hoy dedicados al webveo con su celular en mano. Sí solo registraran al vehículo o establecimiento infractor y reportaran a una central notificadora -foto a la vista- su tarea facilitaría el ordenamiento y se incrementarían las rentas municipales por cobro de multas e infracciones.

Piura, una ciudad cálida y apacible. Una región promesa tan grande y tan rica por su producción agrícola, minera y pesquera no puede continuar creciendo desordenadamente. Tampoco puede ser el escenario de las inciertas aventuras de políticos improvisados siete suelas y tramposos que buscan servirse del erario y a los que poco importa el bien común. Piura, con siete universidades debe ser el esplendor de las inteligencias, el cambio y la transformación social con dignidad y decencia. En donde es posible vivir en ciudades ordenadas, respetuosas del agua, la vida y el ambiente. Ciudades en donde las bestias no talen impunemente los algarrobos con la creencia infeliz que las mordeduras del cemento y el asfalto son progreso. No es así. Las severas lecciones del impacto ambiental apuntan a direcciones diferentes para preservar la calidad de vida y el bien común. Vendrán diluvios y los ríos anchurosos e indetenibles abrirán sus cauces ahí en donde la improvisación sentó sus reales. Entonces sólo nos quedará en la conciencia la certeza de vivir en la carencia y la necesidad teniendo todo.

sábado, 21 de junio de 2025

“QUO VADIS” PERIODISMO

 Por: Miguel Godos Curay


Causa extrañeza el escozor con el que a veces escribimos, después de leer, pensar y enseñar. Es lo que hacemos a diario. Sin miramientos, vivimos entre libros comprados cuando sentimos irresistibles ganas de penetrar en sus contenidos. O cuando están a bajo precio en el suelo. Hoy no está de moda el buen pensar, la guerra, los misiles y las hostilidades mundiales son como el afán de notoriedad a cualquier precio. Capturan la atención en el momento. La violencia y la pornografía buscan ganar adeptos en las redes sociales. En este escenario hay quienes detestan los libros, los dejan asolear en los techos y creen en su inutilidad porque acabaron sus estudios sin aprender nada. Otros los odian y se deshacen de ellos como si perturbaran su existencia. Hoy son más lo que no leen que los que leen.

Los que no leen y olvidaron lo aprendido son analfabetos funcionales: saben leer pero no leen. Para ellos leer es un lejano recuerdo. Son como los lectores de diarios que van a la página de deportes o leer las rebuscadas mentiras de los horóscopos. Quienes desconocen el trabajo en las redacciones. Ignoran, por ejemplo, el refrito del que se nutren los augurios para cada signo. La mentira a la orden del día. La superstición al galope algo así como los sortilegios de los chistosos chamanes de la Laguna Negra de Huancabamba. Realmente entonan huevadas y escupen babas a los buscadores de suerte y fortuna.

Los buenos lectores son escasos como los telegrafistas código Morse. Leer distrae, informa, activa el cerebro, alienta y apasiona en el buen uso del lenguaje. En cada página se aprende y en otras se corrigen los yerros del corrector. Al fino humorista don Augusto ”Pelau” Feijó autor y editor de Chilindrinas los correctores de pruebas del periódico eran “jodedores” de pruebas pues cada vez que empleaba términos del habla popular los corregían con el diccionario y le quitaban el sentido humorístico de su perversa lira. Una flecha sin veneno es como el impacto del matacojudos. Ayer parte del ornato de la ciudad.

Don Vicente Seminario Reto distribuidor puntual de El Peruano en su local del jirón Libertad aprendió mucho en la lectura de la gaceta. Y cuando no leía, se entregaba a su negocio piurano de alquimista y vendía por varas, libras y onzas: azufre en barra y en polvo, alumbre, sal de soda, piedras de destilar agua traídas de la Silla de Paita, la pez que regateaban los violinistas; los ebanistas finos encontraban goma laca, trementina y, alcohol de su propia destilería. En su tienda había desde jaulas para perico, raticidas fulminantes y una serie de reliquias misteriosas como los pistolones que guardaba debajo de su cama. Y el sable del finado don Miguel Gerónimo Seminario y Jaime. Vicente era un genio. Fabricó un motor para auto que funcionaba con kerosene. Y su fascinación era una cocina solar construida con cartón de empaque y platinas de cajetillas de tabaco. Otro una terma para tibiar el invierno. Sus inventos funcionaban. Era muy ameno en la conversación e impresionante en sus memoriosos relatos. Elocuente en la historia de Piura. Un narrador inagotable con fabuloso ojo de vidrio.

Frente a la Plaza Pizarro, que pretenden demoler, los pisa huevos del gobierno regional, estaba la imprenta de don José del Carmen Rivera, el editor de Ecos y Noticias, el primer diario del Perú impreso en papel de colores. Riverita no tuvo mejor rapto creativo ante la escasez de papel que utilizar pliegos de papel cometa de colores. Su diario no dejó de aparecer. En muchas ocasiones el periodista y editor, frente a la eventualidad de amenazas, colocaba candado al enrejado de madera de su redacción y taller. Sucede que muchas veces olvidaba el escondite donde guardaba la llave. La memoria se iluminaba cuando el recuerdo fluía tras la misteriosa cerradura.

Un lector acucioso mezcla de corrector ortográfico y analista profundo fue don Evaristo Lozada Valencia en la redacción de Correo. Leía hasta los avisos y se percataba de detalles insospechados. Empezaba con la lectura de los diarios capitalinos El Comercio y La Prensa, proseguía con La Crónica, Expreso posteriormente con La República y los tabloides locales El Tiempo y Correo. Les extraía el néctar noticioso. Los acontecimientos políticos nacionales y locales. Era el guardián de la redacción. Ahí transcurría el día desmintiendo rumores como cuando se robaron mil millones del blindado carro porta valores del BCR. El robo concentró la atención en los jirones Libertad, Callao y se perdió en las inmediaciones de la urbanización Los Cocos cerca al Club Grau. La balacera dejó un efectivo de la Guardia Republicana muerto. “¡Evaristo se llevaron todo el billete del BCR!” Le dijeron. A lo que respondió seguro. “En el centro de Piura sólo se roban monederitos”.

Caustico en política, acucioso en los datos, cordial y amable a la antigua, solemne en las respuestas por teléfono. Memorioso en las anécdotas y puntual en la cena en el comedor del diario Correo. Vivía sólo a inmediaciones de la Plaza Pizarro y era conocido por todos los fotógrafos ambulantes de cajón que ocupaban este rincón de la ciudad. Con sus carillas dobladas y su bolígrafo era un buen datero del acontecer citadino. Puntual en la entrega de sus notas, escrupulosamente impecable con sus camisas almidonadas. De gestos sorprendentes. Una mañana nos sorprendió con un paquete de libros de Eduardo Congrains Martin sobre la guerra con Chile y un releído ejemplar:  "Diez días que estremecieron el mundo" de John Reed, periodista norteamericano testigo y autor de esta crónica testimonio sobre la revolución Rusa de 1917.

El periodismo siempre fue una pasión existencial profunda y desbocada. Una aventura incierta en busca de primicias. La primicia marcaba la distancia con los colegas de otras redacciones. No solo se trataba de estar primero en los escenarios de los acontecimientos sino extraer con precisión el tuétano de la noticia. El compartir noticias con el dispositivo celular en mano -como se acostumbra hoy- es una perversión poco periodística. El periodista es un indagador metódico, un cuestionador insatisfecho, un analista de respuestas. Un buscador solitario de noticias. El periodista de ayer nunca daba pelota a las notas de prensa recomendadas por los relacionistas públicos.

Los redactores de ayer se secaban las manos con las notas de prensa que llegaban a la redacción. Al hacerlo repetían a boca de jarro ¡cuidado con la mermelada! Nada de lo que decían interesaba ni se publicaba. “Lo que diga el Alcalde en la nota de prensa -pásatelo por las pelotas- Noticia es lo que no dice, lo que oculta y no quiere que se sepa”. Repetían los jefes de redacción.  Las notas recomendadas se elaboran para el ocultamiento misterioso de los malos manejos. La melaza de la deshonestidad. Los eufemismos de la Caja Municipal sobre funcionarios malandrines y sin idoneidad son agua de malvas. La caca envuelta está por dentro. Las conexiones deshonestas, hoy invisibles pero ayer visibles, comprometen al directorio. Son a todas luces podredumbre a investigar por la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS). Como dicen en Sechura “el pescado se pudre por la cabeza”.

Hoy las redacciones adelgazan y los periodistas trabajan sin protección social y están expuestos a riesgos al momento de cumplir su tarea. Hoy disponen de enormes ventajas tecnológicas. El celular es una computadora en miniatura. Pese al impulso el periodismo es un cachuelo pesetero. Cualquier hijo de vecino con un buen celular puede presumir de periodista. Se fabrica una colorida credencial, se coloca un chaleco y concurre a disfrutar de los bocaditos en todas las conferencias de prensa. Igual sucede con las gerencias de comunicaciones y prensa en diversas dependencias públicas. En algunas de ellas mantienen a no menos de dos redacciones de diario. Pobladas de camarógrafos de celular, redactores de deplorable ortografía y sintaxis, ayayeros a sueldo incondicionales y comisarios políticos. Nadie pregunta, nadie indaga y nadie contrasta fuentes informativas. Un genuino aplastamiento inmoral a la ética. Otros son frustrados demoledores de honras ajenas. Una especie de lepra injuriosa en vísperas de contiendas electorales. Una forma sutil de sicariato político.  Sin duda, cambian los tiempos y también los actores.