Por.
Miguel Godos Curay
Ezequiel Ataucusi |
La
Misión Israelita del Nuevo Pacto
Universal fundada por Ezequiel Ataucusi Gamonal ,(Cotahuasi,10.04.1918-21.06.2000) en
Chanchamayo en 1968. Cuyo brazo político el Frente Popular Agrícola del Perú
(FREPAP) participó en las tres últimas contiendas electorales con su símbolo
“el pescadito” lanzaron a su singular profeta Ezequiel como candidato a la
Presidencia de la República. Ezequiel,
una especie de Mesías Inca, vestía a la manera de un profeta bíblico y sus
seguidores ofrendaban corderos en una especie de Israel andino hermético. En
donde las otrora tribus bíblicas se convirtieron en ayllus benditos. Hombres y
mujeres ataviados con túnicas irrumpieron en los escenarios de la sierra y
selva central y en sectores populosos de Lima.
Según
el Antropólogo Juan Ossio en treinta años el movimiento israelita contaba con
200 mil prosélitos. Actualmente la
congregación israelita se extiende y expande en los Estados Unidos,
México, Ecuador, Colombia, Bolivia y
Europa. Ezequiel Ataucusi Gamonal es un genuino mito construido desde sus
sueños infantiles con la imagen de una estrella y el descubrimiento del camino
gracias a un anciano iluminado que le abrió los ojos a los textos bíblicos que
aprendió de memoria.
Refiere, el considerado por sus prosélitos profeta andino, sobrevivió al ataque de un pez gigante
mientras atravesaba un río amazónico por la acción providente. La salvación en
este percance selló su compromiso eterno y se dedicó sin tregua a la misión.
Durante su vida se desempeñó como zapatero, carpintero y calambuqero, experto
en perforar socavones mineros.
A
su muerte fue colocado en urna de vidrio ataviado como rey en cuyas sienes
resplandecía una corona recamada con piedras preciosas. Todas las tribus
elegidas esperaban su resurrección al tercer día lo que no sucedió. El consejo
de sucesores indicaron que se trataba de
una "resurrección espiritual" porque Ezequiel ya estaba en el cielo.
Una de sus profecías guarda mucha relación con el crecimiento explosivo del
Frente Popular Agrícola del Perú (FREPAP).
Su
moral de inspiración bíblica es drástica e inflexible. Los varones barbados
ocultan bajo los gorros su larga cabellera. Y las mujeres visten atuendos
arrancados de viejas tradiciones bíblicas. Velo, largas faldas y sobrio
calzado. No usan cosméticos. Son responsables de la vida doméstica y la
educación de los hijos en el hogar. Su volátil combustible es la oración y el
cumplimiento de los mandatos bíblicos a rajatabla.
Su
acentuada identidad los caracteriza en donde se encuentren. Aunque usan, en justa medida las herramientas de la
modernidad no se sienten subyugados por el celular y las redes sociales. Su
formación no admite el aborto que consideran un crimen nefando, las uniones de
personas del mismo sexo y hasta la homosexualidad. La tribu se distingue por
estar conformada por varones y hembras. Su vida es una entrega a Dios y al
trabajo, ayunan y descansan los sábados. Gracias a la perseverancia y el trabajo han
hecho posibles milagros en el desierto en la producción agrícola, defensa del
ambiente y control de la criminalidad.
En
sectores sitiados por el la drogadicción y el delito, conocen quienes
infringen la ley, que no se enfrentan a un miembro más del grupo sino a
toda una inmensa tribu. Con su ejemplar vida se han ganado el respeto y
consideración. En sus alforjas y mochilas está presente siempre la biblia, la
síntesis de la moral andina. El Ama Llulla (no seas ocioso) Ama Sua (no seas
ladrón) y el Ama Quella (no seas mentiroso) están en la punta de la lengua.
Mientras el Perú oficial trata con desdén al quechua y al aymara. Ellos los dominan a la
perfección.
Su
ética de inspiración bíblica es en esencia formalista. Prevalecen en ella los
mandamientos. La irrupción en el escenario político nacional no sólo es el
cumplimiento de una de las profecías de Ezequiel, cuyo nombre en hebreo
significa: "Fortalecido por Dios" o "Aquel que Dios es su
fortaleza". El FREPAP tiene ya
aseguradas 6 curules en el Congreso. El simbólico pez, no es una alegoría
reciente, en griego, se denomina
"Icthus" y está representado por dos arcos que se intersecan formando
el perfil de un pez. También simboliza la verdad profunda sumergida en las
aguas que se oculta para ser atrapada y salir a la luz. Pedro, para los
cristianos, es el pescador y Jesús el camino a la verdad. Duc in Altum dijo el
Señor. “Remar mar adentro” en donde arrecia la tormenta pero donde la pesca
rinde preciados frutos. De modo, que no se trata de una caballa salpresa en su
punto. Ni un cabrillón fornido para el pasadito por agua caliente. Ni una cachema proletaria o un mero afortunado
para la buena mesa. Chalhua, es la
palabra pez en quechua. En antigua lengua de Sechura, según el glosario del
Obispo Martínez Compañon, "jum". En las lenguas de Colán y
Catacaos "llas". Este pecesito cuando nade en las turbulentas aguas
del Congreso va a hacer historia. Está entrenado para no dejarse atrapar.
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