Piura debe preservar sus fuentes de agua frente a la arremetida de la minería . |
Por: Miguel Godos Curay
Los
piuranos de hoy le temen al agua como los gatos. Ayer las lluvias eran anticipo
de la bendición de los temporales, de la siembra generosa y natural de
algarrobos en el desierto. De ello se encargaban los asnos y los hatos de
cabras que asomaban por todos los rincones. En la Piura de antaño a los
lecheros que proveían a la familia se les conocía como “pura leche”. Atendiendo
a la pureza y calidad del producto. A los de leche “bautizada” como “leche
aguada”. El mismo apelativo tenían los recién
casados que no acertaban con la preñez esperada por toda la familia. El extremo
mayor era llamara “pistolita de agua” al que sus disparos personales no surtían
efecto.
En
el inventario de aguas fragantes no faltaba la lavanda de Yardley comerciada
por los contrabandistas de Paita. En
Morropón “agua de lavanda” se llama al lavado de los genitales utilizado como
ingrediente esencial de la magia amorosa. El menjurje no falla. Las brujas lo
recomiendan con chicha aguada o con refresco. Surte rápido efecto. En algunos
lugares se llama “agüita de cualquier cosa…”a la que cumple el mismo propósito
pero su origen es diferente. Lavativa
era esa práctica de las abuelas para acabar
con el empacho y el estreñimiento
infantil. Se elaboraba con manzanilla, agua tibia, glicerina y jabón. Para la tortura se empleaba una bombilla parecida a la del peluquero. Los
futbolistas se purgaban antes de un encuentro con refresco de tamarindo espeso
y sen.
Al
bebedor compulsivo se le llama “aguachento”. A las paltas blandas y remaduras
aguachentas. Y el agua que se emplea en la Santa Misa “agua de cáliz” y se
utiliza en los rituales para restituir
la salud. En el mismo instante de la
muerte de un deudo se colocaba inmediatamente
cerca del lecho y durante nueve días un vaso con agua para la invisible
sed del alma. El agua se evapora con una velocidad increíble según el estado
del alma.
En
Piura el agua hervida es conocida como “agua de olla” se siente el hervor. El
agua de río es color de la chicha por su nivel de turbidez. Aguatero en Tambogrande, Chulucanas y Morropón es el dispensador
de agua fresca para las tinajas y para anticipo de su proximidad suena la campanilla.
El agua se expende por latas al igual que los granos de trigo en la sierra.
Aguatero es el utilero dotado de sus botellas prodigiosas acompaña al equipo de
fútbol. En los tradicionales prostíbulos es el proveedor de agua para “la
higiene” de las niñas.
En
las rancias familias piuranas no faltaba el aguamanil para el obligado lavado
de manos, antes y después, de las
comidas. El agua filtrada en la
piedra de estilar caía , gota a gota, en los cántaros obesos. Era agua fresca y
helada, pura y deliciosa. Agua salobre brotaba
de los pozos perforados cuando el acuífero empezaba a agotarse. El agua
de malvas es parte del recetario familiar de las abuelas. Una tisana medicinal
antinflamatoria con propiedades cicatrizantes. Por extensión alude a las
soluciones que no son solución.
Agua
de pasas es el producto del remojado de las uvas secas negras utilizada para
desinflamar los orzuelos. Agua bendita de la Pascua Florida el terror del
demonio. Los abuelas bendecían cada rincón de la casa y en especial del
vestíbulo para que don sata no atraviese
el umbral. El piurano bebía agua de botella con el calificativo de mineral
embotellada por Cassinelli. Y competían por su calidad el agua de Catacaos en
donde se encontraban las embotelladoras de gaseosas, la del Chira en Sullana y
la del Arenal de Paita. Agua negra es el agua servida de los albañales y
alcantarillas. Un decir de nuestras viejas era el “agua que no haz de beber
mejor déjala correr”.
Agua
es vida pero en Piura las poblaciones
aledañas al río Piura las poblaciones tiemblan por los desproporcionados
desbordes que arrasan con todo. Ayer nuestros abuelos se santiguaban cada vez
que llovía porque el agua en el desierto extenso es una bendición. Es el preludio
de los sembríos temporales, las verduras, los frijoles y las sandías
silvestres. En el desierto de Sechura los burros cimarrones que habitan libres
en el despoblado acuden a las silvestres yucas de monte naturales reservas de
agua. Agua de acequia corría por el canal Miguel Checa. Agua robada es la
obtenida en conexión clandestina y no pagada. Ladrones de agua hay grandes y
chicos, ricos y pobres. Roban agua los que colocan sus motobombas sin pago de
ningún derecho en el canal Daniel Escobar.
Aguadito
es el caldo con arroz y frejoles preparado con el esqueleto del pavo navideño.
Su sabor es divino y la repetición obligada. Acompañado siempre del limón y ají
limo. Achicar el agua es el primer oficio de los futuros pescadores que con
lata en mano devuelven al mar el agua
marina que ingresa por los intersticios de la embarcación. Hacer agua es el
ingreso desproporcionado de agua a la embarcación. Pero si el termino se
refiere a un individuo equivale a la frase “juega por el otro equipo” Así se llama a la sospechosa virilidad. La
frase de remate es “se le quema el arroz”.
Aguacero
es la lluvia repentina e inesperada. El agua que consume Piura viene de los
páramos andinos amenazados por la minería. El peor veneno para nuestra
agricultura es el relave minero. Ahí en donde hay minería informal es patente
la amenaza para todas las formas de vida. No se trata de una prohibición para
sacarle la vuelta sino del futuro de nuestra agricultura. Todo se contamina y
se destruye. Oro para los bolsillos muerte para las poblaciones. Defender el
agua es defender la vida. Ayer dar de beber al sediento era obligación bíblica.
Hoy una botella con una ración de 625 mililitros cuesta sol y medio.
Aguafiestas
es el que por sus malos aires y conducta personal acaba con la cordialidad de
una reunión o celebración. Aguas de vieja se llama en el Ecuador y en el norte
del Perú a los tradicionales emolientes de canela, manzanilla, lanche, boldo
con fines digestivos. Aguarrás se llama al solvente de trementina utilizado
para ablandar barnices y pinturas. Agua tibia es la que no está ni fría ni
caliente. Ni fu ni fa. El tibio no sabe lo que quiere y aún no ha decidido.
Stress
hídrico es la consecuencia inmediata producto de la escasez de agua para las
poblaciones. El 22 de marzo se conmemora
el Día Mundial del Agua, fecha establecida por la Organización de Naciones
Unidas (ONU). El Perú es uno de los países con mayor estrés hídrico en la
región. La escasez es preocupante en Lima, Ica y Arequipa pero también en Piura donde las
empresas agroexportadoras utilizan en su provecho la costosa agua de los
proyectos de irrigación. El canon de
agua es una obligación y compensación justa para la preservación y el uso
responsable del recurso.
Preocupante
resulta que prosiga de modo incontrolable la deforestación y que los vecinos continúen convirtiendo sus espacios verdes en sepulcrales losas de cemento. Tampoco se usan en Piura las
aguas grises, producto del uso doméstico en las duchas y lavado, para las áreas
verdes todo se arroja por los sumideros
irremediablemente. Aún en el cotidiano paisaje urbano contemplamos a vecinos y
vecinas en mano regando con manguera jardines imaginarios pues riegan la tierra
para que el polvo no se levante. El problema lo pueden resolver los árboles tan
ausentes en nuestro paisaje. “Pero yo he visto beber / hasta en los charcos del
suelo. / Caprichos tiene la sed”. Escribe el poeta Antonio Machado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario