Por.
Miguel Godos Curay
Portales arequipeños |
Piura
fue fundada en 1532, Arequipa, ocho años
después , un 15 de agosto de 1540 festividad de Nuestra Señora Asunta. Por Cédula
Real de Carlos V se le llamó Arequipa topónimo de origen pukina derivado de las
voces “ari” (puntiagudo) y ”kiapi” que significa rezongador y que se traduce como “volcán que se enoja”
por analogía “cerro que habla”.
Los
cimientos de Arequipa son de sillar, roca volcánica producto del enfriamiento
del magma ardiente. Piura, es arena que
mueve el viento en el desierto. Arequipa es solidez, Piura es volatilidad
químicamente pura. En Arequipa los potajes de camarones, res y puerco se sirven
con abundante papa, leche, ají y queso en plato enorme. En Piura el pescado, las
carnes aliñada y seca, los chicharrones son para uno y se comparten solamente
si se sirven como piqueos. La cortesía es potaje aquí y allá.
La
chicha para la sed del montonero se sirve en tradicionales jarras de barro que
la mantienen fresca y sabrosa. La chicha de guiñapo (maíz negro) se bebe en
vaso de vidrio hasta “los portales” como se denomina al cogollo del recipiente
esplendido. En Piura la chicha de jora se toma en poto (mate) y hoy se sirve en
plebeyo balde. Socarronamente hay potos grandes y chicos. Los diminutos se
llaman cojuditos. En Arequipa reina la jarra de barro fabricada por la artesanía
local. En 1750 anotan las crónicas 3 mil
chicheríos. Verdaderos santuarios de la amistad y la conversa amena. Los arequipeños
debaten de política inspirados en Mostajo.
En
Piura se compone el mundo, se ríe y se raja entre bebe y bebe. Los piqueos con
abundante recado son el cariño de la chichera. El mentidero solaz de los piuranos
es el chicherío. Según el censo de 1875 en el Departamento de Piura registraron los siguientes chicheríos: En el Distrito de Huancabamba: 2 chicheras.
Distrito de Paita: 10 chicheras. Distrito de Castilla: 1 chichero y 244
chicheras. Distrito de Catacaos: 29 chicheros y 77 chicheras. Distrito de
Morropón 23 chicheras. Distrito de Piura 1 chichero y 168 chicheras.
Botijas de chicha de guiñapo (maíz negro) |
En
Piura de antaño abundaban las tabernas en donde hervía la jora. La chicha
reposa en botijas para más tarde transportada en barriles venía el consumo tras
la faena. Junto al chicherío se orea sobre sacos de yute el pachucho. Insumo
esencial para la elaboración de chicha. En Piura como en Arequipa la buena
chicha no necesita bandera. Pero banderas blancas aquí y rojas allá son
anticipo de un bebe generoso. Para los cronistas la chicha es una cerveza de
maíz que refresca, desanuda la lengua y embriaga. Otros le atribuyen energía
para el trabajo pesado y vitalidad reproductiva. Pródiga es la chicha mellicera
endurece el alma en el lecho natural de
un buen petate. La chicha se toma en mate y la cholita en petate. Dicen las
lascivas lenguas.
Las
cholas arequipeñas son macizas producto del caminar en cuesta por los
callejones empedrados. Las piuranas son regordetas y blandas del trajinar por
la arena recaliente abreviando la sed con chichita. El gimnasio de nuestras
abuelas es el trajín imparable. El sol requema aquí y requema allá. El sombrero
es una prenda de uso obligatorio para grandes y chicos por la radiación
insoportable. Allá las calles se mantienen limpias por el celo de los vecinos.
Aquí abunda el desperdicio por todas partes por la falta de civismo. El aseo
urbano según las entretelas del arequipeñismo es ley para cada ciudadano. En Piura se cree que
es atributo del municipio. Y no es así.
Santísima Cruz, en Iglesia La Compañía |
Piura,
es con justicia tierra de poetas y escritores empezando por Diego de Villegas y
Quevedo un humanista admirado y protegido por el sabio don Pedro Peralta y
Barnuevo, Rector de San Marcos. Don Diego fue el primer indiano incorporado a
la naciente corporación de la lengua. Arequipa tiene una viva presencia en los
versos de Mariano Melgar transidos de amor humano y patriotismo. María Nieves
Bustamante periodista y escritora sólo es comparable con Josefina Ramos
Cabredo. La arequipeña en la narrativa y la catacada en los estudios de arqueología.
Ignacio
Escudero Valdivieso en Piura y Francisco Mostajo Miranda en Arequipa representan
la palabra viva del liberalismo. En el fecundo campo de la novela destacan Mario
Vargas Llosa y Oswaldo Reynoso Díaz allá.
Aquí Miguel Gutiérrez Correa y los
nuevos narradores. En la ciencia deslumbran Pedro Paulet Mostajo visionario de
la conquista espacial, En Piura Ronald Woodman Pollit estudioso investigador de
la atmósfera mediante la aplicación del radar. En las luchas políticas y
sociales destacan Horacio Zevallos Gámez el fundador del Sutep en Arequipa, en
Piura Luciano Castillo Colonna fundador del Partido Socialista y el mártir
petrolero Alejandro Taboada
Escudo de Arequipa tallado en sillar |
Ambas
ciudades tienen personalidad propia. San Miguel para Porras Barrenechea es una
sonrisa del oasis en medio del arenal. Arequipa es un valle entre el mar y la
cordillera. Aquí cachemas para las jaleas, caballas para el cebiche. Meros y
cabrillones para el sudado allá lenguados y corvinas para el cebiche y el
chupín. El común denominador es el ají limo y rocoto. Las lenguas aquí y allá
disfrutan el ají hasta el delirio.
Bebidas
destiladas para el bajamar arequipeño son el pisco y el anís. En el ande
piurano el guarapo, la pócima, la primera y el cañazo. Uva y caña de azúcar.
Políticamente el piurano es volátil, un migrante capitulero. El arequipeño es firme
como el sillar, muere en su ley con su lealtad a tope. Las coordenadas del
ciudadano arequipeño son la legalidad y la legitimidad. En Piura priman la ilegalidad y la
legitimidad: La informalidad oronda y lironda. Todos tenemos derechos nunca
deberes. El ciudadano arequipeño tiene derechos y deberes. El metro para el
negocio predial e inmobiliario allá no se mueve. En Piura prima el metro de
jebe se estira al mejor postor. El hurto de agua es la práctica usual. Sacar la
vuelta en el consumo de agua y energía es un deporte vecinal. Allá un anuncio
de “Amarres de amor” da lugar a una persecución implacable. Aquí es el menú de
la credulidad barata e ingenua. El consuelo de los cojudos.
Artesanía e hilados de vicuña |
En
fervor religioso tenemos un común denominador la devoción popular a la Virgen. En Paita la advocación de La Merced,la
amorosa Mechita. En Arequipa la chaposa
Virgen de la Candelaria de Chapi es la
mejor protección contra los temerarios
sacudones de los volcánicos terremotos. En deporte el Melgar y el Atlético
Grau.
En
la música, sentimiento puro, destacan en Piura Celso Garrido Lecca (1926) Pedro
Miguel Arrese Arisméndiz (1912-1987),Héctor Rojas Goyeneche ( Miguel Correa
Suárez (1913-1984) Adrián Flores Albán (1926), Rafael Otero López (1921-1997),
Luis Cruz Núñez (1934), Guillermo Riofrío Morales (1915-2010), Segundo
Campoverde Celi (1939). Los compositores piuranos son bardos inspirados que
recorren chicheríos y aderezan las jaranas.
La tumba de Alberto Hidalgo Lobato (1897-1967) |
Arequipa
tiene el esplendor de la academia. Sus compositores otorgaron a la música
popular la densidad del esplendor instrumental Luis Duncker Lavalle (1874
-1922), Manuel Aguirre de la Fuente (1863-1951), Benigno Ballón Farfán (1892-
1957),Roberto Carpio Valdez (1900 - 1986) ,Carlos Sánchez Málaga (1904 - 1995),
Aurelio Díaz Espinoza (1897 - 1983) ,Octavio Polar (1856 - 1916). Partitura en
mano se interpretan con emoción telúrica sus composiciones. A los vientos los
sones alegres del carnaval. El yaraví
arequipeño compite con el pasillo ecuatoriano tan sublimado y querido en Piura.
Piura dista de Arequipa mil 997 kilómetros. Es un trecho largo.
El
cuzqueño Alonso Carrió de la Vandera,
Concolorcorvo, en su Lazarillo de Ciegos y Caminantes al referirse a los
arrieros que recorren el sur menciona a
los chifles como bocado de los trajinantes. Los chifles de antaño elabporados
con plátano verde eran gruesos acompañados de cancha y cecina picante. Los de
hoy son finos y crocantes. Para abreviar La sed la chicha. Para las largas
jornadas chifles y camote horneado. El compositor piurano Rafael Otero López en
1962 a pedido de Víctor Dávalos escribió las notas del sentido vals Ciudad
Blanca considerado el segundo himno de Arequipa. Rafael se inspiró sin conocer
Arequipa y al Señor Misti. El alma del poeta hizo el milagro. La pura
inspiración piurana perforó con ternura el corazón del sillar.
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