viernes, 8 de marzo de 2019

MUNDOS PARTIDOS DE MARÍA JESÚS FLORESTA VÁSQUEZ VÉLEZ

Presentación del libro Mundos Partidos de Mary Vásquez, en el
Club Grau (07.03.2019)
Miguel Godos Curay
Universidad Nacional de Piura

Advierte el crítico Ricardo González Vigil en su libro “Poetas peruanas de antología” que se dice atleta y no atletisa; gimansta, y no gimnatisa. Una de esas palabras resistentes a la determinación del género  es “poeta” que incluye a mujeres y hombres y aunque el Diccionario de la Lengua Española de  Real Academia Española registra “poetisa” para el género femenino resulta contundente emplear la palabra poeta cuya íntima connotación significativa es “creador” y “hacedor”.

Ya en el siglo XIX el término “poetisa” se usó de manera peyorativa en los cafés literarios y con propósito descarado de burla y escarnio para aludir a  aquellas mujeres cursis que escribían poesía melosa.  En Lima adquirió dimensiones tremebundas la ridiculización ofensiva perpetrada por Alberto Guillén contra la poeta Magda Portal, pese a que se autoproclamaba innovador y vanguardista. En efecto, en los Juegos Florales organizados por los estudiantes de la Universidad de San Marcos en 1923  que ganó Alberto Guillén. Por su calidad literaria y por ser la única mujer en la contienda el jurado estimó conveniente  otorgar un premio extraordinario a Magda Portal.

Guillén presa de un rapto de procaz vanidad y egolatría no soportó que se dijera de Magda Portal que estaba a la altura de Delmira Agustini, Juana de Ibarbourou y Gabriela Mistral. Tampoco admitió la decisión del Jurado para otorgar un premio de excepción a una mujer que competía con los poetas hombres a postrimerías de 1923 e inicios de 1924.

Cumplidas estas aclaraciones paso a abordar a vísperas del Día Internacional de la Mujer, el libro “Mundos Partidos” de la poeta María de Jesús Vásquez Vélez. Confieso que el mismo nombre del libro provoca profundas cavilaciones: Mundos partidos. Me recuerda ese rito cotidiano de cortar por la mitad una manzana. Algo así  como asomarse a un mundo dividido en dos partes. Confieso que Piura mismo encaja en esta división.

En días pasados con los diarios en la mano comentábamos con estudiantes de la universidad que esta división es real y no aparente. Así por ejemplo existe un carnaval de blancos celebrado en Colán y un carnaval de indios, de cholos o de cobrizos en Bernal, La Unión y Sechura. Este mundo dividido se perpetúa en las colas de un hospital del Minsa y  la comodidad de una clínica privada. El mundo partido existe a todo nivel. Una es la educación de los establecimientos públicos y otra la educación en los privados. El mundo partido tiene singulares matices para los chamanes y curanderos de Huancabamba. Como en las sociedades andinas prevalece el “hurin” lo bajo y el “hanan” lo alto. El mundo partido reconoce en el Perú dos tipos polarizados de aficionados al fútbol. Los de la U cremas y los de la Alianza Lima, negros retintos.

Un escritor tan nuestro  y poco leído como Miguel Gutiérrez Correa, profundo conocedor de la vida piurana, admite que la Piura del siglo XX dividía el mundo entre los señores de la hacienda y los cholos y mestizos claramente caracterizados en el linaje de los Villar protagonistas de la novela La Violencia del Tiempo. Nuevamente mundos partidos. En Piura, advierte el escritor, están presentes aún las odiosas jerarquías de la semifeudalidad rural. Es la misma sensación que provoca hoy en unos y otros el nuevo gobernador regional que no encaja ni por angas ni por mangas con la sucesión de los Atkins y los Hilbck.  En el desaparecido internado del San Miguel los piuranos nos distinguíamos, entre costeños y serranos, por el modo de hablar. Hoy no. Pese a que la radio satelital nos aplanó a todos. Teníamos patentes las diferencias del mundo partido. A unos les agradaban las tortillas de trigo con queso y a los otros las caballas saladas.
Mundos Partidos, de Mary Vásquez, siendo un libro de poesía con 61 poemas tiene un nombre reflexivo y provocador. Pensamos con legitimidad y con justicia que es un homenaje al Día Internacional de la Mujer.

Una lectura prolija del poemario permite el hallazgo de significaciones intensas y profundas en sus versos. Los motivos que aparecen en cada uno de sus poemas tienen una intensa apelación humana. En Mundos Partidos, el poema que abre el libro emerge una soledad que no es solamente falta de compañía. Sino una soledad desgarrada y como dice la poeta: “Siento la soledad de tu lejanía”. Es una soledad de cuatro paredes, soledad de las noches insomnes, soledad existencial insoportable, soledad poblada de silencios, soledad que destruye puentes. La soledad es un motivo patente en estos versos. Acompañan al motivo de la soledad tópicos como el paisaje del desierto, despoblado pero en el que reverberan espejismos, otro es el silencio un tópico esplendido en la letras castellanas. No olvido la magistral clase del profesor y poeta José Ramón de Dolarea en la Universidad de Piura para hablarnos del silencio. Neruda dice en el poema XV: “Me gustas cuando callas porque estás como ausente,/y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca./Parece que los ojos se te hubieran volado/y parece que un beso te cerrara la boca”.

Rabindranath Tagore, el excelso poeta de la India dirá: “Llena mi corazón con tu silencio y lo tendré siempre conmigo”. Este es un silencio místico, silencio de Dios que se siente y se transmite con el roce de las manos.
Otro es el silencio de Juan Ramón Jiménez: Cállate, por Dios, que tú/ no vas a saber decírmelo./Deja que abran todos mis / sueños y todos tus lirios./
 Mi corazón oye bien/la letra de tu cariño. /El agua lo va temblando/entre los juncos del río,/ lo va extendiendo la niebla,/lo están meciendo los pinos/(y la luna opaca) y el/ corazón de tu destino.../¡No apagues por dios, la llama/que arde dentro de mí mismo!/¡Cállate por dios, que tú no vas a poder decírmelo!”

El silencio de Mary tiene un estremecedor vigor de grito, una antinomia entre el sosiego y el clamor ensordecedor y es por ello pleno e intenso.
Otros motivos que aparecen en los poemas guardan un vínculo abierto con el amor apasionado a decir de su autora “que me enloquece y me convierten en hoguera de lujuria”. 

En otro de los poemas dirá “te amo como ave de rapiña, te amo en la miseria, en la rabia.” 
Hay versos que por sí solos son un poema completo: “El engaño es una hebra de cabello en tu camisa” El poema XI refuerza la cabalgata erótica en la que se sumerge la poeta: “Esta distancia no me impide/ cabalgar tu cordillera, / asirme fuerte de tus cabellos,/ entrar en tus pensamientos,/ ordenarte que vuelvas / a explorar mi orificios”.

Este último verso de una temperatura erótica incomparable nos recuerda una de las cartas del Libertador Bolívar a Manuela Sáenz donde remataba la misiva con esta frase: “Manuela…beso todos tus orificios”. Y como decía Juan José Vega esa sensualidad a borbotones del Libertador emergía en las más perdurables de sus epístolas eróticas. Con esta correspondencia erótica y amorosa sucede lo mismo que con las sonoras proclamas patrióticas que aparecen en los textos escolares totalmente dislocadas de la realidad. La mayor parte de las tropas libertarias estaban  conformadas por mesnadas de indios, mestizos analfabetos y negros sumisos. Una proclama retórica no provocaría efecto en estos escenarios en donde sólo surte efecto la lisura oronda y lironda.

Hay audacia alucinada en versos como el que dice: “Fuiste tú palomo de mirada lasciva / el que me despertó a la vida.”  O los “sordos gritos de nuestra pasión agónica”, “Sacié la sed de mi desierto”. La mención al desierto es reiterativa. “casas desiertas”. Igualmente la alusión a la sangre, “sangre negra”. “ríos de sangre negra” A las murallas inaccesibles y a las murallas derribadas. “El amor derrumbó mis murallas de piedra”. “El infortunio de un solo golpe/ derribó las murallas de mi alma…” El simbolismo utilizado es rico en significaciones y emociones. Esta es una distintiva del lenguaje literario herramienta de la poeta.

Motivo según Wolfang Kayser “es una situación típica que se repite; llena por tanto, de significado humano”. Etimológicamente motivo es un derivado de “moveré” que es la fuerza interior que emana de la poesía. En la lírica los motivos aluden a situaciones significativas y trascendentes. En esencia se trata de vivencias del alma humana que se prolongan en vibraciones intensas. El color que más aparece es el negro. “Estos versos negros/ para ti amado ausente.” “A mi alrededor los lirios negros repetían con horror: ¡Tus luceros son prisioneros dela noche! Hay también alusiones a la fauna piurana: Chilalos, grillos, sapos y macanches.

Leit motiv, es el motivo que se repite, el motivo dominante. Los  tópicos son esquemas de pensamiento  y expresión que a partir de los clásicos latinos penetran en las literaturas  nacionales. Los tópicos de la poesía de Mary Vásquez tienen una alusión simbólica reiterativa. Por ejemplo, “cierra la herida de mi corazón sangrante,” “no hay agua que limpie esas heridas cuya sangre vuelve a brotar como ríos”. “Al final de la dura batalla/ quedó libre mi alma,/ ensangrentados los versos”. Son versos escritos con el alma por una poeta dueña de una entrañable vocación literaria. A su  producción narrativa suma la cantera recién descubierta de la poesía. De sentimientos íntimos revelados y por ello intensos y plenos. Saludamos este hallazgo. Si existe la identidad genética, el escribir poesía le viene de la vena del poeta Alfonso Vásquez Arrieta, su padre, defensor de causas justas e imposibles, idealista hasta el tuétano. Si él hubiese estado aquí hubiese leído con aplomo esos versos del poema LVII Río Piura: “Los muertos del dengue/fueron a ver a las autoridades,/ los encontraron dormidos / en sus camas de laureles”. Me congratulo de haberme permitido la autora hilvanar ideas en torno a su primer poemario. Me congratulo de estar aquí esta noche a vísperas del Día Internacional de la Mujer. A todas ellas mi homenaje. Muchas gracias.

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