sábado, 22 de marzo de 2025

PERÚ EN PAZ CON SEGURIDAD Y JUSTICIA


La marcha por la paz en Lima y otras regiones del país tuvo una respuesta contundente.

Por: Miguel Godos Curay

La multitudinaria marcha de protesta tras el vil asesinato de Paul Flores García “rusito” intérprete de música popular y la censura del Ministro de Interior Juan José Santiváñez en el Congreso son dos acontecimientos con el que se cerró la semana. Pese a la manipulación mediática en el Congreso la votación fue de 73 votos a favor de la censura,11 en contra y 18 abstenciones. Para unos se trata del comienzo del fin frente a la ineficacia del gobierno para enfrentar el delito, la corrupción a todo nivel y la inseguridad ciudadana que enfrenta el país. Para otros escepticismo frente a las decisiones políticas de Boluarte.

La movilización de los diversos colectivos, gremios y ciudadanos en Lima y otras regiones del país fue contundente. La protesta fue un rechazo unánime a la creciente inseguridad y violencia que afecta a millones de peruanos. Entre los manifestantes, estuvieron presentes artistas y representantes de diferentes sectores, quienes con pancartas y  a viva voz exigieron justicia para las víctimas de las extorsiones, sicariato y delincuencia que afecta la paz social y tranquilidad en el país. El pedido unánime al Gobierno fue de medidas urgentes, efectivas y eficaces para frenar esta crisis de inseguridad que desangra al país.

En Lima los colectivos manifestantes se concentraron en el Paseo de Héroes Navales y la Plaza San Martín, mientras la Policía Nacional mantenía el orden público en el marco del estado de emergencia declarado en Lima y el Callao. La presencia policial garantizó la seguridad de los ciudadanos y evitó incidentes durante la movilización. La marcha de protesta fue multitudinaria y contundente. Tal como expresaron reconocidos artistas y grupos musicales: la extorsión, la delincuencia y el sicariato amenazan a todos los ciudadanos. Si el gobierno no cambia las políticas de seguridad el miedo va a paralizar la economía del país. La inseguridad no alienta la inversión y el empleo. La ola criminal crece y la paz social se desvanece.

El país exige drásticas medidas contra el delito y seguridad para todos. Como bien señala el Objetivo 16 del Desarrollo Sostenible: Urge promover sociedades pacíficas e inclusivas, facilitando el acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles. Las personas deben vivir libres del miedo a cualquier forma de violencia y amenaza para sentirse seguras en su día a día. Tras las amenazas del delito el rendimiento escolar decrece y el ir a la escuela se desalienta. Los emprendimientos que generan pequeños ingresos a las familias se esfuman. El invertir en protección y seguridad resulta más oneroso que las mejoras en la familia y el hogar. Construir una sociedad pacífica y segura es tarea de todos.

Los altos niveles de violencia e inseguridad tienen consecuencias destructivas para el desarrollo de un país, mientras que la violencia sexual, los delitos, la explotación y la tortura son fenómenos generalizados donde se vulnera el Estado de derecho, en donde urge proteger a los sectores con más riesgos. Por eso los gobiernos, la sociedad civil y las comunidades deben colaborar para encontrar soluciones duraderas a los conflictos e inseguridad ciudadana.

La lucha contra la corrupción a todo nivel y la participación inclusiva son tareas de gobierno impostergables. Las acciones de control son instrumentos eficaces en todas las instituciones: rendir cuentas, la vigilancia informada de obras e inversiones públicas arrinconan los delitos. El secretismo encubre el delito a todo nivel. Dónde no hay transparencia en las acciones y decisiones la manzana se agusana y se pudre. Si todos vigilamos y no nos callamos preservamos el bien común. Sí todos nos protegemos cimentamos la seguridad y la convivencia pacífica. El bien común es un derecho de todos. Preservando el bien común es posible implantar y mantener el orden público y el ejercicio de las libertades ciudadanas y la paz social.

 

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