Por: Miguel Godos Curay
La noche se hizo silencio. Fue un
homenaje estentóreo al intérprete de la cumbia popular. Entre recuerdos y
coreando las recordadas letras de sus canciones el pueblo le tributó una
sentida evocación a Paul Flores García “Rusito” al filo de la carretera
Panamericana en el AH Avelino Cáceres. Lágrimas en los ojos, la rabia contenida
frente a un gobierno indiferente frente a la expansión brutal de la
criminalidad. El pueblo clamó a viva voz ¡justicia! En algunas horas se
realizarán las exequias y el adiós final de su familia, de sus amigos que lo
lloran. Como remarcó Ernesto Pimentel Piura siente con todo el corazón la
ausencia. La demanda de Piura es hoy una voz de legítimo reclamo nacional que
nos enerva con rabia y dolor. Es
ineludible la responsabilidad del gobierno, la apatía de legisladores
indiferentes frente a esta tragedia cotidiana que desangra al Perú entero.
¿Quién controla el comercio de armas
de fuego y municiones? ¿Quién arma a los sicarios adolescentes? ¿Por qué ese
trato blandengue a los asesinos a sueldo? ¿Por qué no podemos cohesionar al
Perú en una cruzada contra el terror criminal? Esta forma de desangrar a la
patria es peor que la ideología demencial del terrorismo senderista. ¿Por qué
esa lenidad sospechosa en el control migratorio que permite que ingresen al
país con la etiqueta de refugiado a todo un contingente de bandas criminales de
Colombia y Venezuela? ¿Por qué crece impunemente el delito en las instituciones
obligadas a garantizar el orden público y la paz social?
Si el Ejecutivo y el Legislativo no tienen el coraje y el decoro
de preservar la seguridad ciudadana y la paz necesaria para el progreso social de todos los peruanos. Están
demás. Con farsantes redomados no se puede preservar la democracia. Con
ignorantes y patanes los Derechos Humanos y la justicia se arrinconan ignorando
la majestad del derecho y de las leyes. Esta es una genuina tragedia disfrazada
de ingobernabilidad que demuestra que no tenemos lo mejor de nuestras
inteligencias en la conducción del país.
Como decía con aserto y puntualidad
Marco Tulio Cicerón: “La fuerza es el derecho de las bestias”. La violencia
criminal es ese postre artero de los asesinos de un padre de familia que
recogía a su crío en el primer día de clases. Hoy el adiós postrero a Paul
Flores García “Rusito” es también un día
de respuesta cívica al crimen y una protesta que surge del corazón y de la conciencia de peruanos
con dignidad y decoro que no quieren
seguir siendo testigos de la insania de
arteros asesinos. Si no forjamos una respuesta firme de reclamo y de protesta
estamos perdiendo el tiempo. Piura, el Perú mismo ya se cansó de la
indiferencia, del abuso y esa agua de malvas de los que no saben gobernar.
Definitivamente, debe entender el
gobierno que los pueblos no prosperan con un revólver sobre las sienes. Ni la
zozobra ni el temor son los ingredientes para sacar adelante al país. Esas
conductas delictivas demenciales destruyen nuestros valores, el afán de
progreso de todos los peruanos que ganan el pan de cada día con honestidad. El
Perú nunca sucumbió como hoy al caos y el abuso criminal. El miedo desalienta
la inversión, la violencia criminal es tan perversa porque alienta el miedo y
el terror. No podemos continuar así derramando la sangre de inocentes.
El Perú de nuestros abuelos era fiel a
ese lema que decía “Firme y feliz por la unión” con el que en 1825 se acuñaron
las monedas de plata de ocho reales y
posteriormente en las monedas de
oro de ocho escudos. Urge hoy la unidad de todos los peruanos contra el delito
y la violencia criminal. Una posición firme que se convierte en demanda
nacional dejará sin piso a los malos gobernantes y legisladores. Una posición
firme que despierte unánimemente la conciencia de todos los peruanos es una
arma poderosa para combatir este cáncer social que nos consume y al mismo
tiempo fuente viva de inspiración para alcanzar el bien común. No hay que
temer a las respuestas enérgicas contra
el delito, a medidas inmediatas como el
bloqueo de de todos los dispositivos celulares reportados como robados. El
estricto control migratorio como ayer en que se reportaba a la autoridad los
ingresos ilegales al país e intervenir con todo el peso de la ley. Igualmente
el control de flujos dinerarios sospechosos, propiedades, vehículos y comercio
de insumos de procedencia ilegal. Frente
al caos y el desorden se impone el orden en todas las actividades productivas.
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