miércoles, 23 de noviembre de 2011

SOMOS GRAU SEAMOSLO SIEMPRE


Lic. Miguel Godos Curay
Universidad Nacional de Piura


Discurso del acto central de lanzamiento de la campaña promotora de valores: "Somos Grau seámoslo siempre"

Se llamaba Miguel Grau y amaba el mar en cuyas orillas perdió el miedo corriendo olas. Tenía profunda la mirada y era bueno. Se reía a carcajada sonora como los marineros y era devoto de Santa Rosa de Lima. Aprendió a navegar antes de cumplir los nueve y lo dio todo por el Perú cuando sólo tenía 45 años. No era el viejo patilludo que nos muestran los monumentos. Era un hombre que sabía sonreír ante sus numerosos hijos. Predestinado, vino al mundo en la víspera del día patrio un 27 de julio. Su sola evocación une al Perú en una cadena de generosidad interminable. Supo en el fragor de la guerra ser valiente y con el vencido un adelantado de los Derechos Humanos.

Grau no practicó nunca los excesos sangrientos de la guerra. Fue un ajedrecista inteligente en el tablero inmenso de la mar. Sus fichas blancas siempre sorprendieron a las negras de la sombra. Y en el momento supremo se batió como un león. Su efigie en las escuelas convoca cívicos ejemplos. Los niños en las escuelas lo contemplan con admiración. Su imagen bendita está presente en la inmensidad del océano y en cada nave donde flamea el pabellón nacional. El ennoblece a la Marina y con él la Marina de Guerra del Perú se ennoblece”.

De él podemos decir: su forma de respirar fue el navegar. Grau es como una centella que cruza el anchísimo pecho del océano y no teme a las tinieblas y brilla intensamente por el esplendor de sus virtudes. Sírvannos de prolegómeno, aquellas palabras que un 28 de Julio de 1906, Germán Leguía y Martínez, pronunciara al colocarse una placa conmemorativa en su casa:

“La América lo venera, el mundo lo admira, no hay corazón peruano que no se abra ante su nombre como un templo, y vierta ante su gloria el incienso de una gratitud y un orgullo tan legítimo como perdurable. Bendito sea ¡Bendita la tierra que lo vio nacer! Bendito sea el rincón en que meció su cuna venerada.”

Grau es un modelo de integridad moral. En la vida como señala el poeta Pierre Réverdy: “no hay amor sino pruebas de amor”. Grau es una prueba de amor al Perú, a la familia y al deber. Grau es un paradigma vivo en un momento en donde la desintegración de vida es la demostración del divorcio entre la palabra y la acción. Cuando se inmola en Angamos tiene 45 años. Una foja impecable y la promesa de una vida apacible en el hogar.

La mayor de las virtudes de Grau fue la gravedad, expresada en la dignidad y la seriedad de un hombre de vida intachable y austera lo que le confiere una especie de autodominio en cada uno de sus actos. A ello podemos sumar la parsimonia del hombre preocupado por atender en todo momento y circunstancia las necesidades de su familia y de los propios empleados de su casa. Su vida familiar, desde el momento de su matrimonio, entre 1867 y 1879 es demostración de una delicadeza extraordinaria. Grau disfruta del cariño de su esposa y la ternura de sus hijos. También fue un puntual cumplidor de los deberes para con Dios y con la patria. Como ciudadano se adhirió a la ley y a la palabra empeñada. Por eso, durante la revolución de los Gutiérrez, Grau expresa su rechazo a la autoridad ilegítima en defensa del orden constitucional.

Fue un hombre virtuoso en el sentido clásico. La “virtus” romana es el valor, la característica propia del “vir” del hombre fuerte, del héroe. Fue asimismo respetuoso del legado de sus mayores. Y en el fragor del combate generoso y magnánimo cualidades que exaltan sus propios adversarios.

En él se cumplió ese sentido del honor que como ley no escrita prevalece en los hombres de mar. No olvidemos, como puntualiza, el historiador José Agustín de la Puente y Candamo: “Se embarca cuando tiene 9 años de edad y regresa a Lima cuando cumple los 19”. En esta etapa de su vida Grau penetra en el mundo de lo marinero a través de una singular experiencia personal y no de los libros.

Grau entre 1843 a 1853 recorrió un total de 102 mil 854 millas. Cuando en 1853 su padre pide la incorporación de sus hijos Miguel y Enrique a la Marina de Guerra del Perú, tienen ya una experiencia en buques mercantes. En 1854 Miguel Grau ingresa como guardiamarina de la Marina de Guerra del Perú, tiene veinte años y es una promesa para el Perú.

La escritora Emilia Serrano de Tornel (1843-1922) conocida como la baronesa de Wilson, lo describe del siguiente modo:

“Tenía Miguel Grau varonil figura; dulce afabilidad en el semblante; cutis tostado por el sol de los trópicos y curtido por las salobres brisas que desde muy niño habíanle acariciado. La estatura pasaba de mediana, la complexión robusta y vigorosa, propia para hacer frente a los peligros y vencerlos con titánica entereza. La frente era alta y espaciosa como forjada para ceñir laureles. Los ojos negros, hermosos y rasgados, traducían el valor indomable la serena intrepidez del hombre resuelto a sacrificar su vida en defensa de los sagrados intereses patrios. “

Guillermo Thorondike quien recogió valiosos testimonios en la familia pudo conocer del Embajador Oscar Grau Astete que su abuelo don Miguel Grau tenía tanta fuerza en las manos que podía partir en dos una baraja española. En otras ocasiones podía desenroscar piezas que nadie más podía conseguía mover solo con las manos. Tenía la voz delgada. Tenía una mirada perfecta, penetrante. Le gustaba jugar con las palabras.

Grau es una lección humana: La vida que vale la pena vivir, tiene que ser intensa y no extensa. La “Moral Nicómaco” tratado profundo sobre la conducta humana, escrito por Aristóteles, precisa que hay tres formas de vida que distinguen a los hombres en su búsqueda de la felicidad: “Las naturalezas vulgares y groseras creen que la felicidad es el placer, y he aquí por qué sólo aman la vida de los goces materiales. Después están la vida política o pública; y por último, la vida contemplativa e intelectual.”

La vida del Almirante Grau encaja con los atributos de quien se entrega a la vida política o pública. Su impecable trayectoria ciudadana es una demostración de su talante humano. Advierte Aristóteles que el fin más habitual de la vida pública es la gloria y el honor. El sentido del honor tiene una preeminencia sobre la gloria porque finalmente quien conduce su vida por el camino de la virtud se consagra a ella como el fin verdadero de su existencia.

La práctica de la virtud no es un acto casual, explica Aristóteles, y recae sobre los actos voluntarios de la persona. Los actos involuntarios son producto de la fuerza mayor y hasta de la terca ignorancia. Grau, actuó en plena conciencia de sus actos con la serena convicción de cumplir con su deber y hacer el bien. Actuó libremente y en plena inteligencia de sus actos y los asumió con patriotismo. Sus actos fueron voluntarios y por ello admirables. Esta es una lección de integridad de vida para todos los peruanos.

Hombre virtuoso es aquel que dirige la actividad de su alma por el camino de la virtud y estando en la posesión de diversas virtudes, la más elevada de alta y la más perfecta de las que practica dirige a las otras. En Grau la felicidad es un admirable amor a su familia, amor a la patria y amor a Dios expresado en sus personales vivencias cristianas. Fue un hombre de principios.

Advierte Aristóteles que sólo los que obran bien pueden aspirar en la vida a la gloria y la felicidad. No se puede decir lo mismo del hombre que con una doble vida muestra una deformidad repugnante. En donde lo que se dice no guarda correspondencia con lo que se hace. En donde la inconsecuencia se convierte en inmadurez humana.

El hombre virtuoso pese a los azares de la fortuna no pierde su dignidad. Y tal como sucedió con don Miguel Grau murió para el tiempo volátil de la historia, pero nació para el tiempo inmarcesible de la gloria y la inmortalidad. Este es el Grau que debe resonar en las aulas universitarias, en el Congreso de la República y en todo espacio en el que debe prevalecer el elemental sentido de nación, justicia y respeto a las leyes.

Entre las virtudes más grandes de Grau está el valor. El valor es un punto medio entra la temeridad y la cobardía. El verdadero valor se enfrenta con serenidad a los mayores peligros y a los males más terribles. El mayor peligro es el de la muerte en los combates, quien se entrega hasta el sacrificio se eleva a la dimensión de una muerte gloriosa. Grau fue valeroso. El valeroso se presenta sin temor ante una muerte honrosa y ante peligros que cada instante pueden caer sobre él. El valeroso sabe que hay que darse del todo, entregarse del todo: es preciso que el sacrificio sea holocausto.

Aristóteles distingue cinco tipos de valor: El valor cívico es propio de los héroes y de los soldados que obedecen a sus jefes. Este es uno de los atributos de Grau. Otro es el valor de la experiencia que nace del conocimiento y de la vida. La vida de Grau fue un gran conocimiento del mar. Grau aprendió de las circunstancias inesperadas y su temple marinero lo forjó en la vida del hombre de mar.

Otro es el valor de la cólera, que según el estagirita no es otra cosa que la indignación. Tener capacidad de indignación ante la injusticia y el menoscabo de derechos es una virtud. En donde resulta fácil y cómodo es dejar pasar las cosas. También hay un valor de la confianza en la que se sostiene la intrepidez y la sangre fría ante los peligros. Grau dio numerosas demostraciones de audacia y con justicia simbolizó al Perú a bordo del Huáscar.

Finalmente esta el valor de la ignorancia que desaparece delante del verdadero peligro y se convierte en arrojo. La vida de Grau resume el valor cívico, el valor de la justicia, el valor de la experiencia y el valor de la confianza.

A raíz de la axiología aristotélica un asomo a su vida demuestra que en la mayor parte de sus actos practicó la templanza que es el punto medio entra la corrupción y la insensibilidad. En el manejo de sus asuntos económicos practicó la liberalidad que es un punto medio entre la prodigalidad y la avaricia. No desatendió en ningún momento a su familia y a sus amigos. Otra de sus cualidades fue la magnificencia que es el punto medio entre la insolencia y la bajeza. Practicó la verdad en cada uno de sus actos. Es la veracidad el punto medio entre el disimulo y la fanfarronería. También practicó la amistad que es el punto medio entre la adulación y la aspereza. Nunca lo asaltaron los raptos de vanidad y se hizo querer por toda su tripulación. Ejercitó la política con decencia como un servicio a la patria.

EL PERU DE GRAU

Veamos el escenario nacional: En 1876 el Perú tiene según el censo 2 millones 704 mil 998 habitantes. Según Basadre al estallar la guerra con Chile el Perú se encontraba en pleno desarrollo industrial. Anota el historiador de la República lo siguiente: “Una auténtica revolución económica había estado desarrollándose en el Perú debajo de las frecuentes y nominales revoluciones políticas.”

En efecto desde 1845 y con gran impulso en 1852 el país había empezado a crecer. Quien construía en 1869 gastaba más porque buscaba la comodidad de disponer de cañerías de agua e instalaciones de gas. El banco Hipotecario empleaba sus fondos para impulsar la industria agrícola antes que desarrollar la construcción urbana. Entre los años 1865 y 1866 se generalizó en Lima el uso del carbón de piedra.

Las fondas y hosterías se habían generalizado en la capital, en general existía un relativo aumento del bienestar y una mejora del modo de vivir. Se esperaba con ilusión que el ferrocarril trasandino trajera productos de agrícolas del campo a la ciudad con el consiguiente abaratamiento de sus precios. La industria peruana, sin embargo, es incipiente pero entre ellas destacan la Compañía que se dedica a la fabricación de hielo, la Refinería de Azúcar, la Compañía de kerosene de Piura, tres compañías salitreras, las Compañías de Gas de Alumbrado para Lima, Arequipa, Chorrillos y Callao.

En Lima hay fábricas dedicadas a la elaboración de galletas, chocolates, fideos, cerveza, fundiciones y molinos. La actividad textil crece en Vitarte. Sin embargo, el país, es un archipiélago de “islas agrarias” en la costa y la sierra con dificultades de comunicación y transportes. El Secretario de Hacienda Manuel Pardo formuló, durante este período, un plan de aumento de rentas, disminución de los gastos y mejora de la administración. Para ello defendió los intereses del Estado ante los consignatarios del guano y creó nuevos impuestos.

Entre 1876 a 1878 el sol billete se cotizaba al cambio con la Libra Esterlina a 40 peniques. A fines de 1878 a 26.5 peniques a consecuencia de la crisis y depresión en países como Inglaterra y Estados Unidos. La caída de los precios a nivel mundial afectó la economía peruana. En conclusión la guerra con Chile detuvo el proceso de modernización del aparato productivo peruano.

Grau el 4 de febrero de 1868 asumió el comando de monitor “Huáscar” el que dejará el 5 de agosto de 1876 para incorporarse como Diputado por Paita. Este, sin duda, fue un acontecimiento afortunado en el que prestó solemne juramento por Dios, por la patria y por Paita. Grau en su Cámara es gestor de importantes iniciativas para modernizar nuestra Armada. Se ocupó de la Marina, la exploración de las islas guaneras en el litoral, la preservación del orden constitucional, reparación de caminos y el juicio que sigue el Perú a las casas consignatarias de Europa así como de la reforma de los códigos. Su preocupación se concentra en todo lo que atañe al país. Servir al país es su consigna.

Los méritos cívicos de Grau como Diputado le fueron reconocidos por la Resolución Legislativa Nº 23680 promulgada el 14 de Octubre de 1983 que establece que en el Hemiciclo de la Cámara de Diputados habrá permanente una curul con el nombre del Diputado por Paita Miguel Grau Seminario y la lista de asistencia al iniciarse las sesiones de la cámara comenzarán con el nombre de Miguel Grau Seminario tras cuyo enunciado la representación nacional dirá: ¡Presente

LA GUERRA CON CHILE
En 1872 el armamentismo chileno era una preocupación del Presidente Balta quien solicitó al Congreso le autorice una empréstito por cuatro millones de pesos para adquirir dos acorazados. Pese a que el empréstito fuera aprobado por el Congreso el consignatario de turno se negó a efectivizarlo. Asesinado Balta la crisis política postergó la adquisición. Posteriormente asume la presidencia Manuel Pardo hasta que en 1876 fue elegido Mariano Ignacio Prado.

En Febrero de 1879, concluido el período legislativo, Grau, vuelve al Ministerio de Guerra y Marina. El 14 de Febrero Chile ocupa Antofagasta posteriormente ocuparía Mejillones, Cobija y Tocopilla. El 15 de mayo de 1879 el “Húascar”, la “Independencia” y los transportes “Chalaco”, “Limeña” y “Oroya” abandonan la rada del Callao, hace cuarenta días que Iquique se encuentra bloqueado. A borde de la “Oroya” viaja Prado. Quien iba a dirigir desde Arica la campaña del Ejército aliado. El objetivo naval es romper el bloqueo.

El 21 de Mayo Grau hunde a la Esmeralda. Lo que viene luego es una “campaña de Guerrillas” en el mar. El 25 detiene al pailebot “Recuperado” en Iquique, recupera la goleta “Clorinda”. El 27 rastrea y corta el cable submarino que comunica a Antofagasta con Valparaíso. El 28 recupera la goleta “Coqueta”. El 29 se encuentra con el “Blanco Encalada” y la corbeta “Magallanes”.

El escurridizo monitor se había convertido en una leyenda. Para colmo la pequeña cañonera “Pilcomayo” había hundido al buque “Matilda”. El 8 de Julio Grau es recibido en Arica jubilosamente. El 25 de julio captura al “Rímac” un transporte chileno. El hecho provocó reacciones contra el gobierno en Santiago. El 28 de agosto está en Antofagasta con la intención de cortar el cable submarino encontrándose con las corbetas “Abtao” y “Magallanes” a las que dejó averiadas. Grau se había convertido por su audacia, su generosidad y valentía en una leyenda. El 18 de septiembre Grau se encuentra en Arica preparando una nueva expedición y pide se le proporcione vestuario para la tripulación y municiones para los cañones. Además de ametralladores y fusiles. El 23 parte para Ilo convoyando al Chalaco. El 24 retorna al sur en la misma misión. El “Chalaco” conducía tropa para reforzar la guarnición de Iquique en donde arriban el 28. El 30 de septiembre Grau remite el último parte desde el “Huáscar” al Comandante General de la Marina. Se trata de un pedido de bombas para los cañones del monitor.

El monitor tiene los fondos recubiertos de crustáceos y algas pero se encuentra cumpliendo su misión. Un nuevo recorrido por el sur, entre Tocopilla y Coquimbo. El Director de Guerra ha dispuesto que el monitor “Huáscar”, la corbeta “Unión” y el transporte “Rímac” salgan en convoy bajo las órdenes del Contralmirante Grau. El objetivo hostilizar cuidando de no enfrentarse a los blindados chilenos para evitar que el “Huáscar”, único buque de poder que dispone el Perú no perezca.

El 30 de septiembre a las 4 de la mañana zarparon de Arica el “Huáscar”, “La Unión” y el “Rímac” rumbo a Iquique. Este mismo día Galvarino Riveros, Comandante de la flota chilena ha decidido atrapar al “Huáscar” por lo que reúne la flota en la bahía de Mejillones con el propósito de doblegar el poderío naval del Perú. El gobierno chileno al borde de la exasperación ordena que se persiga al “Huáscar” y con este propósito se presenta en Arica.

Por este motivo el 5 de octubre en la mañana la Escuadra chilena conformada por el “Blanco Encalada”, el “Cochrane” y el “O`Higgins”y la “Covadonga” y dos transportes aparecen en Arica. El “Huáscar” no se encuentra en el puerto pues ha salido al sur.

El “Pilcomayo” un buque de madera que comanda el Capitán de Fragata Carlos Ferreyros leva anclas en seguimiento de la escuadra chilena. A seis millas del puerto y a 3,000 yardas de distancia abre fuego sobre la corbeta “O`Higgins” y con certeros disparos desmonta el cañón y causa doce bajas. La Pilcomayo sólo tuvo dos bajas.

El “Huáscar” ajeno a la concentración de fuerzas zarpó de Iquique el 1 de Octubre acompañado de la Unión. El 4 interceptan a la goleta chilena “Coquimbo” cargada de harinas pero que indebidamente enarbola la bandera inglesa. Remitida la goleta al Callao prosiguen su desplazamiento al sur hasta Coquimbo el día 5. En un rapto de audacia el “Huáscar” y la Unión prosiguen hacia el sur hasta la caleta Tongoy. Están a pocas horas de Valparaíso. La escuadra chilena ha abandonado el bloqueo de Iquique porque han iniciado el acecho del “Huáscar”. El 6 y el 7 el “Huáscar” y la Unión se dirigen hacia el norte.

El monitor experimenta averías que lo obligan a detenerse para resolver los desperfectos en altamar. Al empezar el día 8 llegan a Antofagasta. A la 1 de la mañana el “Huáscar” recorre silenciosamente la bahía con la esperanza de encontrar alguna nave enemiga, la “Unión” hacia guardia desde afuera. A las 3 abandona el puerto para reencontrase con la “Unión”. A poco se divisan tres humos en sentido contrario lo que les obliga a cambiar de rumbo, primero al oeste luego al norte, separándose de la costa y de los enemigos.

Los barcos avistados son el acorazado “Blanco Encalada”, la “Covadonga” y el “Matías Cousiño” de la primera División Naval de Chile. La persecución se inicia. Al cabo de tres horas las naves chilenas no provocan temor. A las 7.15 de la mañana aparecen tres humos en el horizonte por el Noroeste. Es la segunda División Naval chilena formada por el acorazado “Cochrane” y las corbetas “O”Higgins” y “Loa” que se dirigen rectamente a la proa del “Huáscar”.

La situación es difícil Grau desde la torre ordena rumbo al oeste primero y norte después para rebasar la punta de Angamos el “Huáscar” no da más de 10 millas el “Cochrane” con fondos limpios supera al monitor.

La primera división no preocupa porque está lejos. La segunda división se despliega en abanico sobre la punta de Angamos. La Unión logra evadir a la escuadra enemiga salvando a un buque que no hubiese podido enfrentar a los acorazados chilenos.

Mientras tanto el “Huáscar” toma el rumbo de la costa y se dispone a combatir. El combate es inevitable. Afirma el pabellón y abre fuego sobre el “Cochrane”. A las 9 de la mañana el “Huáscar” se bate con coraje contra los acorazados chilenos. Los proyectiles del “Huáscar” no pueden atravesar el blindaje de los acorazados chilenos. Grau lo sabe pero no deja de disputar con fiereza. Al primer cañonazo contra el “Cochrane” siguen otros. El monitor rebasa ya la bahía de Mejillones en la punta de Tames en recta dirección hacia Cobija, al Norte de Angamos, cuando es alcanzado por el “Cochrane” que lo ataca por la popa a doscientos metros de distancia para evitar el espolón del monitor.

A las 9.50 una granada Palliser del “Cochrane” impacta en la torre de comando demoliendo la blindada torre de mando desintegrando el cuerpo de Almirante. El cuerpo del Contralmirante voló por los aires de quien sólo quedaron los dientes incrustados en las paredes de hierro y algunos restos óseos, no todos ellos identificables. Era una inmensa llaga negra sobre el puente. Grau había emprendido su viaje hacia la inmortalidad, para ser grande entre los grandes.

Sólo en el océano Aguirre comandando el buque. Doscientos tripulantes. Mandingas crecidos en el Callao, oscuros sechuranos, mangaches criados en Paita, cholos macizos del Batallón Ayacucho, también ingleses y norteamericanos de cabezas amarillas y rostros color jamón, artilleros griegos, Mozos de París, filipinos de corta estatura, un batallón políglota cierran filas bajo las planchas de hierro.

Fue un combate cruento. Carvajal recibió impactos en la cara. A Palacios un trozo de hierro le desarticuló la mandíbula inferior la que tuvo que sujetar con un pañuelo para seguir combatiendo. Santillana perdió el conocimiento a consecuencia de un impacto en la sien izquierda y en el pulmón.

Cortada la driza que sostenía el pabellón ordenó Aguirre izar el pabellón para lo que se ofreció el artillero Francisco Maze de nacionalidad francesa. Una voz al unísono se escuchaba: “Nadie se rinde en este buque” Pese a que la nave se encontraba sin gobierno las máquinas continuaban funcionando. El monitor se encontraba entre los fuegos del “Cochrane“ y el “Blanco Encalada”. La torre de combate del “Huáscar” estaba imposibilitada de girar y el único cañón se encontraba a la buena de Dios.

En estas circunstancias un proyectil que impactó en la torre mató instantáneamente a Aguirre y a Rodríguez. La cubierta se encontraba llena de muertos con un olor penetrante de pólvora. El Alférez Herrera colocaba aparejos para recuperar el gobierno de la nave. Palacios y Santillana retornaron tercamente al combate. En breve Junta de Oficiales presidida por Garezón se acordó hundir el buque antes de que fuera presa del enemigo. A las once de la mañana del 8 de octubre todo era escombros. El “Huáscar” no se rindió, el pabellón que con arrojo Grau y sus hombres habían defendido fue arrojado al mar envolviendo una bala de 40 libras. Al ser capturado el “Huáscar” estaba cubierto con más de tres pies de agua en la sentina superior. No es acaso esta una página de imperecedera gloria.

En Piura, refiere Enrique López llegó equivocada la noticia del triunfo del Huáscar sobre los chilenos, La noticia causa conmoción porque la victoria piurana de Grau es victoria patria. Todo Piura sale a celebrarlo. Entonces la mujeres de Piura bandera en mano y presididas por la Cuyusca a la que seguían los colegiales repetía a viva voz: ¡Viva el Perú! ¡ Muera Chile!. La antítesis de la alegría vino al día siguiente cuando se rectifica la noticia erradamente dada. Refiere López Albújar:

“Cuando entre yo, ya en el patio del colegio habían muchos alumnos. Todos estudiaban llenos de recogimiento y con los semblantes tristones. Casi ninguno levantó la cabeza para verme. -!Buenos días señor!- -le dije a uno de los bedeles. No se dignó contestarme. Estaba estufado y farfullaba gangosamente, con el libro a la altura de los ojos. Después de colgar el sombrero en la percha, abrí un libro y aparenté estudiar, pues la curiosidad de por saber la causa de la tristeza me tenía desosegado. Al primero que le pregunte me lo dijo por lo bajo: ¿Cómo, que no sabes lo que pasa?. ¡Hemos perdido!. ¡Los chilenos han echado el Huáscar a pique!.”

El historiador chileno Benjamín Vicuña Mackenna, el 8 de Octubre de 1879 escribió la siguiente nota: “Ignoramos en los momentos en que escribimos los detalles de su fin. Pero, Miguel Grau el vencedor de Arturo Prats, el que lloró su muerte y recogió sus prendas con piadosa ternura sus prendas de amor, no puede haber sucumbido sino como mueren los bravos: al pie del cañón.”

¡Grau nuestro alabado sea tu nombre! No profanen tu memoria los jactanciosos que se aúpan pretendiendo la heredad de tu gloria. Ni los saltimbanquis de los pervertidos circos del patriotismo de plazuela. Tú que inspiras a nuestros escolares con la epopeya emocionante de tus hazañas, tu que enciendes las hogueras del fervor y la esperanza enséñanos el abecedario de la responsabilidad y la coherencia.

Tú que hiciste de tu vida la entrega y el valor en cada gesto muéstranos el Perú de tus sueños. Tu ejemplo se expanda entre los hombres y mujeres de este Perú agradecido que corona tus sienes de grandeza.
Grau esencial, materia y forma de le heroica huella. Grau en acto y potencia, facultad purificadora de la vileza. Grau lógica y pensamiento, raíz cuadrada del sacrificio y fórmula matemática del deber cumplido. Grau nuestro catecismo de civismo. Grau de genética genial para olvidar los meandros caprichosos del destino sin perder la sustancia del amor que se desprende de las entrañas de la tierra.

Grau esencia del Perú y del Perú la esencia. ¡Grau como el mar de Valencia! Grau verbo, acción y pensamiento. ¡Grau de Piura y Piura de Grau! Grau en tiempo presente agitador de las conciencias. Grau universidad de todos los deberes, catedrático de amor por el Perú para todos los peruanos. Grau, fórmula de bondad para todos los humanos. Ideal de calidad para todos los empresarios. Grau es también un desafío para todos los piuranos.

Mirándonos en el espejo de su vida podemos construir las coordenadas de la patria que progresa. Grau, que teniendo sustancia humana nos enseñó una lección inconmensurable de grandeza. Grau síntesis genial de la patria. Miguel Grau que estás en la gloria, nunca olvidado sea tu nombre. Venga a nosotros siempre tu ejemplo y consecuencia. Hágase siempre tu patriótica voluntad en todos los rincones de la patria.

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