domingo, 13 de noviembre de 2011

LOS PATETICOS EUFEMISMOS



Por: Miguel Godos Curay

Entre los piuranos abundan los patéticos eufemismos. Así, por ejemplo, cuando queremos mostrar una absoluta falta de seriedad hablamos de “un saludo a la bandera”. Igual sucede cuando se habla de la “misa de cuerpo presente” lo que hace presumir en misas de cuerpo ausente. Un piurano que afirma “hará todo lo posible por ir” esta diciendo que no concurrirá. De Ripley es la denominación “Quebrada de las Monjas” a la que colinda con el prostíbulo que no tiene ápice de santidad. Algunos buses ofrecen servicio “normal” lo que significa que existe un servicio anormal.

El piurano, contra toda categoría lógica, nunca afirma que está bien o mal. Sino que está “más o menos”. Lo que equivale a afirmar que algo puede ser y no ser al mismo tiempo. ¿Qué significa el más o menos? Los estudiantes después de los exámenes afirman también que están más o menos. Lo que significa que no están bien ni están mal. Sólo en Piura se puede leer en la parrilla del camión, junto a los reflectores, “los ojos de mi madre iluminan mi camino”. Otra advertencia en las inmediaciones del mercado dice “prohibido orinar bajo pena de incautación del vehículo”. Un camión destartalado tiene la siguiente anotación “yo también fui último modelo”. O aquel que dice “las curvas y los huecos me tienen en mal estado”

Todos saben que los kilos en el mercado tienen 700 gramos y que los sacos de arroz o azúcar no tienen el peso exacto que indica en el empaque. En la Iglesia de Sechura hay un cartel que advierte lo siguiente: “En este templo con el único con quien conversamos es con Dios por eso: ¡Apague su celular!”. Podemos continuar con “se espera puntual asistencia”, “no arroje basura” que son letra muerta.

“Aquí le dejo para la gaseosita” significa aquí le pago su coima en cualquier institución pública. En algunos periodistas y policías inescrupulosos “deje para la gaseosita y el cebichito” es lo mismo. Todavía se puede leer en algunos carteles: “Se necesita muchacha, cama adentro”. Lo que significa que también hay cama afuera y la inadvertida a la que pueden encamar. En algunos estudiantes deshonestos y pocos afectos al estudio, no falta el pedido a boca de jarro “profesor otra oportunidad” o el ¿cómo es profesor?.

No faltan el “aquí atendemos de corrido”. En algunas dependencias públicas un recurso tecnológico “para amarrar la chiva” es el decir “no podemos atenderlo porque no hay sistema”. No faltan los anzuelos comerciales: “2 x 1” el gran “cierra puertas” y las ofertas que no lo son pues lo precios fueron ajustados el día anterior. Muchas de las grandes promociones anunciadas están referidas a productos de poca salida como alimentos para mascotas que el incauto lector entiende como una rebaja de productos de primera necesidad. Igual sucede con los seguros de reposición de artefactos que ofrecen al momento de la compra. Todos son estafa descarada justificada por la letra diminuta.

Están también las “cabinas para llamadas a larga distancia”, “puerta escape”, “vehículo monitoreado por satélite”, “Libro de quejas y denuncias”. “La boda se realizará en estricto privado” lo que debe entenderse como no queremos invitados. El clásico “hoy no se fía mañana sí”, “pase a la otra ventanilla que mi amigo lo atenderá”. “hora peruana, hora exacta”, “se atienden partos sin dolor”. Los pobres tienen sus curiosas alternativas “Casa vigilada” o aquel cartel que dice “Cuidado con las abejas”. O aquel otro que dice “tengo mangos de planta”.

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