Por:
Miguel Godos Curay
Humberto Requena Oliva, el popular charro. |
No
podía sustraerme al encargo del señor Presidente del Centro Piurano don José
María Chávez Ullauri para tributar en el Día del Padre un homenaje
a Humberto Requena Oliva. Un hombre de una vitalidad envidiable y
un sentido de la vida extraordinario. Por
mi memoria pasaron como en una película mejicana en blanco y negro y también a
colores pasajes de su vida inolvidables. Mis palabras son de evocación y la
hago con profundo cariño y con la admiración que provoca una singular
trayectoria vital y por ello humana. Su vida bien se puede resumir en el
desempeño impecable en la actividad pública y un irreductible vínculo con la
tierra.
Sus 26 años de trabajo agrícola en Cabredo Hermanos S.A hablan por sí
mismo de su pasión por los campos cultivados de algodón. Una Piura cuyo esplendor económico se sintetizaba en el
oro blanco de su algodón pima y en el oro negro de su petróleo.
No
nos imaginamos a Humberto desenredando entuertos y haciendo justicia como Juez
de Primera Nominación o defendiendo los intereses del agro piurano en la Liga
Agrícola y Ganadera de Piura o Presidiendo el Comité de Derivación del Chira al Piura o como Alcalde de Catacaos
manteniendo el ánimo a tope defendiendo a su pueblo de las turbulentas aguas
del Río Piura en las crecientes del 72.
Los diarios dieron cuenta de su coraje y su persistencia valerosa contra el
agua que arrastraba ramadas enteras sembrando desolación. El Río facineroso, a
decir de la poetisa Elvira Castro de Quiroz, arrastró cultivos y todo lo que
encontró a su paso.
Humberto, es también un hombre institucional, Presidente
del Automovil Club de Piura, miembro del Aeroclub de Piura, integrante de la
Asociación de charros de los Estados Unidos Mexicanos y Congresista de la
República por el Frente Independiente Moralizador. Deportista
consumado. De él podemos decir no hay deporte que no haya practicado.
Apasionado por el automovilismo. Corredores como Arnaldo Alvarado, Bradley,
Astengo, Caferata, Zoeger, Higueras, Seminario, Kuber, Manareli y muchos otros le son
contemporáneos. No hay deporte que no
haya practicado. Ciclismo, motociclismo, baloncesto, fútbol y es muy probable
que siendo churre haya competido por las ligas mayores en los torneos
interminables de ñocos, trompo y bolero hoy desplazados por los drones y los
alucinantes juegos virtuales responsables del embobamiento colectivo de muchos
niños que renuncian al aire fresco y al ejercicio físico.
No hay en Catacaos
obra pública en la que Humberto no haya tenido una prodigiosa participación.
Fue el promotor de la reconstrucción de la Iglesia San Juan Bautista de
Catacaos, pero también hizo el Estadio, la malla olímpica, consiguió el terreno y construyó el Puesto de la Guardia Civil hoy
Policía Nacional. Siendo alcalde dotó a su pueblo de agua y alcantarillado iniciativa que mejoró
la calidad de vida y fue un salto de impulso al progreso pues el paso siguiente
fue el pavimentado de sus calles.
Pero
un hombre con una estadística tan noblemente
memorable. Sus ahijados superan los tres mil, ha conducido 26
telemaratones para llevar alegría en navidad a muchos niños y ayudar a
instituciones como el Centro de Reposo San Juan de Dios. Sin duda, es el
catacao que a más mundiales concurrió pues es un apasionado del fútbol. Hoy
promueve una valiosa iniciativa educativa. Me refiero a la Institución
Educativa “San Juan Bautista” una propuesta educativa donde no se han eliminado
la educación cívica que forma ciudadanos, ni la educación física que prepara a
niños y jóvenes en La sana competencia.
Los
numerosos recortes de periódicos que preserva en su despacho y que deslumbran
lo definen como “un apasionado de las relaciones humanas”. Y en efecto lo es.
De su indeleble amistad con el doctor Alejandro Alberdi Carrión puedo dar
fe y de un itinerario inagotable de
anécdotas. En todas ellas brota con sinceridad la jocosidad piurana. El afán de
servicio, la celebración de la alegría y el recuerdo. He dejado para el final
la referencia biográfica de Humberto nació el 6 de junio de 1928 y tiene 88
años. Como se dice en Piura tras un gran hombre siempre hay una gran mujer. No
puedo dejar de mencionar a doña Zoila Paspaera Maldonado su esposa. Y a sus
hijos Serafín Humberto, Juan Roberto, Luis Miguel, Cristian Raúl
–prematuramente fallecido- Lorena del Carmen y Viviana. Es feliz abuelo de 14
nietos.
Humberto
bien puedo decirle humorísticamente no es un hombre de bigotes sino unos
bigotes con hombre. No es un hombre de corazón sino un corazón de hombre al
servicio de los demás. A él y en nombre de él. Mi personal homenaje a los
padres de familia aquí presentes pero también ausentes. Mi profunda gratitud al
Centro Piurano, próximo a conmemorar su centésimo vigésimo sexto aniversario,
por su gentil invitación -como anota el doctor Marco Saldaña- de “golondrino” a
esta casa piurana por excelencia en donde se cultiva la amistad y en donde se
venera la ínclita memoria de Grau que también fue un amoroso padre y tuvo diez
hijos. Acabo como cuando empecé formulo votos de gratitud por la salud de
Humberto. Y bien puedo concluir diciendo hay Charro Requena para rato. Muchas
gracias.
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