Una página que reune los artículos periodísticos de Miguel Godos Curay. Siempre con una lectura polémica, fresca y deslumbrante de la realidad.
sábado, 5 de septiembre de 2009
COMO PERROS, PERICOTES Y GATOS
Por: Miguel Godos Curay
Las vísperas de las elecciones rectorales cambian el rostro de nuestros dirigentes estudiantiles. Los grupos en contienda asumen actitudes de revejidos políticos capituleros y venden su conciencia y las entre suelas de su alma al mejor postor. Es el rito del poder por capturar votos. Es la indecente práctica que históricamente se repite en las asambleas universitarias. Si el voto fuese universal no tendrían lugar las mafias compra votos. Hoy las malas prácticas tienen nombre propio. Quien pierde en este circo nauseabundo de intereses es la universidad. Al debate y mérito intelectual se impone con saña el negociado mafioso.
Quienes promueven el negociado son los grupos que esperan capturar la conducción de la universidad. Sin escrúpulos cuentan los votos que les faltan y rompen manos sin ningún prejuicio. Por eso no resulta extraño que de una misma agrupación, surjan en apariencia, grupos antagónicos. En realidad no lo son comen del mismo plato como el perro, el pericote, la paloma y el gato de Fray Martín de Porres. En política se juega a la escopeta de dos cañones. Al sí y al no al mismo tiempo.
De pronto hasta esos académicos candorosos y compungidos se mueven por los resortes del interés propio en busca de una colocación con la que sobrevivivir en la nueva gestión. Todo está movido. Los sindicatos digitados desde arriba, los abogadines que buscan blindar a la autoridad saliente de toda imputación, los incondicionales de hoy que sienten que se acaba la veleidad de la confianza y como las pulgas del perro en infortunio buscan a donde migrar y conservar sus privilegios. ¿Con Pipo o con Purizaca?
Por supuesto que menudean los convites para sumar fuerzas a los posibles candidatos que acompañarán a la nueva autoridad. Todos se tornan incondicionales de uno y de otro bando. Los avispados juegan a dos cachetes y en secreto se juntan y rejuntan para ubicarse al momento del resultado final. Las imprentas que quieren olear y sacramentar sus servicios durante la gestión que viene ofrecen el oro y el moro. Los volantes, los afiches, los panfletos para deshonrar. Todo lo entregan con ánimo de pescar a río revuelto.
Personalmente seguimos pensando que la universidad está por encima de sus miserias interiores y de la estupidez tan inhumana que por estos días nos asalta, perturba y transforma en una merienda de caníbales. Y es que como institución la universidad pública sigue siendo la morada de los maestros y los alumnos. De los magíster, etimológicamente “el que hace más” y de los doctores los “maestros distinguidos por el éxito singular de sus investigaciones y desinteresados aportes a la ciencia”.
En la universidad se crea y recrea en el conocimiento y el saber. Una universidad, en sentido estricto, no puede reducirse a sus edificaciones materiales sino a sus perdurables construcciones intelectuales mediante la investigación, el estudio, la tolerancia y el respeto. Lo propio de la universidad son las buenas prácticas democráticas. Donde la verdad buscada se proyecta y defiende, en contraste de libres opiniones, por la razón hablada. El casino de los mafiosos y truhanes, el negociado de los pillos no es ni será nunca modelo ni propuesta de universidad.
Cuando la sinrazón se impone se conculcan los estatutos y derechos. La ley se acomoda como el preservativo de jebe. La tiranía del interés propio se impone y los merecimientos intelectuales son aplastados por la indecencia y el abuso. No pueden tener otro origen los fracasos de la universidad. Cuando se desprecia la tradición fundacional se enturbia la legitimidad. Cuando se convierte a los estudiantes en cómplices del contubernio y se les disfraza con el antifaz de los delincuentes se les reduce a la miserable condición de convidados de la inmoralidad. Tengo la plena certeza de lo que digo y de lo que pienso. Creo que en la Universidad Nacional de Piura, por dignidad y decoro, existen docentes con la suficiente salud moral para cimentar el cambio y que son insobornables servidores de la verdad. Son la reserva moral de la UNP. ¿Y qué es la UNP?. Abran los ojos y los oídos estudiantes y profesores. ¡La más elevada conquista de todos los piuranos.! No el bofe de disfrute de cuatro miserables y podridos gatos. Con el perdón de los felinos, por supuesto.
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