Una página que reune los artículos periodísticos de Miguel Godos Curay. Siempre con una lectura polémica, fresca y deslumbrante de la realidad.
sábado, 4 de julio de 2009
PIURA Y EL INFORME LECUANDA
Por: Miguel Godos Curay
Escuela de Comunicación Social
Universidad Nacional de Piura.-
El estudio PIURA Y EL INFORME LEQUANDA, tiene significaciones extraordinarias para Piura. Siendo escrito en Piura fue editado en Polonia con el concurso de la Academia de Español Salamanca. Su autor don José Albán Ramos está ligado de manera intensa a Piura, a sus personajes como el ínclito Miguel Grau y paradigmas de la peruanidad como Ramón Castilla y Cáceres. Por vocación al derecho, la jurisprudencia y los estudios sociológicos. Don José Albán Ramos fue también docente de la Universidad Nacional de Piura por lo que la presentación de este libro no es casual en este recinto universitario.
El libro reúne abundantes citas y referencias bibliográficas que enriquecen la lectura del Informe Lequanda como el de Joaquín Helgüero y de estudiosos piuranistas recientes como Susana Aldana, Juan Alvarado Chuyes, Guillermo carnero Hoke, Hildebranbdo castro Pozo, Enrique López Albúijar, Jorge Moscol Urbina, Reynaldo Moya Espinosa y Juan José Vega. El lector descubre a través de la erudición del estudioso la inquietante vigencia del pasado en el presente. Esa Piura cargada de intensas emociones que resuma en la añoranza, en el recuerdo desagarrado como en los versos de López Albújar que dicen:
“Anoche estuve en Piura /
anoche, a media noche por ventura/
ansioso de mirarla, reandarla, sentirla/
y aspirar su terrígena fragancia /
para , como el gigante mitológico;/
recuperar mis fuerzas al pisarla”
Uno siente al leer este libro de 159 páginas que recupera sus fuerzas y su convicción por el futuro de Piura una región de la abundancia pero de inimaginables contradicciones. Advierte Albán Ramos que el nombre de Perú está ligado al de “Pirhua”, “Pirua” y Piura como sinónimo de granero y abundancia.
¿Cual es el contexto del Informe Lecuanda?
El “Mercurio Peruano” (1791-1794) pese a su corta vida fue un enjundioso producto de la Ilustración en el Perú que organizada en la “Sociedad de Amantes del País” abrió camino hacia nuestra Independencia. Los temas y preocupaciones de los mercuristas tienen un punto común de convergencia en la geografía diversa y el deslumbrante paisaje. Su objetivo ideológico: “ilustrar a los peruanos”. Se busca difundir lo nuestro, en todos los campos de la vida y la cultura, rectificar viejos errores para que resplandezca una verdadera imagen del Perú. ¡ Perú al que hay que conocer y amar!. Pues nadie quiere lo que no conoce.
Con lenguaje de nuestro tiempo podríamos señalar junto con don José Agustín de la Puente y Candamo que: “El Mercurio Peruano nace espontáneamente en el ánimo de un grupo de universitarios peruanos que quieren conocer su propio país, que tienen arraigo en él y le profesan afecto. El Mercurio Peruano se publica a fines del siglo XVIII no por un hecho fortuito ni por un mandato del Rey, se publica en esos años porque vive una noción de lo peruano que se gesta y se madura en los siglos XVI, XVIII y XVIII”
Los miembros de la Sociedad Amantes del País, en su mayoría catedráticos de la Real Universidad de San Marcos, fueron los fundadores y redactores del Mercurio. A través del Mercurio Peruano se esparcieron como reguero de pólvora las ideas de la reforma. La prensa alienta el reformismo, esa voluntad de cambio y aire fresco, que surge de la mentalidad ilustrada y el inconformismo que se manifiesta en la diversidad social de los peruanos. Durante el siglo XVII un espíritu pesimista, viejo y oscuro animaba las tertulias repitiendo la monserga que “cualquier tiempo pasado fue mejor”. La ilustración abre las ventanas de las alcobas olorosas a sahumerio y beaterío. Y alienta la lectura de libros prohibidos y el librepensamiento.
En aquel entonces se creía que los cambios e innovaciones solo servían para alterar los ánimos de los hasta entonces pacíficos súbditos de la corona y el orden moral establecido. Como telón de fondo la hipocresía social silenciaba los amores secretos del Virrey y el bucólico relajamiento del clero. En el siglo XVIII surge una visión de cambio y de reforma basada en la convicción de que el hombre puede y deba cambiar el mundo para mejorarlo y alcanzar un futuro perfecto. Los pensadores de la época estaban convencidos de que el estudio y el saber encienden una luz del entendimiento de los hombres y abren las puertas para una vida más justa, más libre, regida por la fraternidad humana. Si todos los seres son iguales todas las diferencias son odiosas e insoportables. A estos afanes de cambio es lo que se le denomina “Siglo de las Luces” y al movimiento, “Ilustración o Enciclopedismo”. Se piensa que la cultura debe abordar e mayor número de temas y llegar al mayor número de personas posibles. De pronto en los cafés se empezaron a tratar asuntos pocas veces abordados en las discusiones como la educación, la economía y la política hasta antes inexplorados. Se editaron periódicos, se tradujo libros, se fortaleció la
Estos deseos de cambio y de reforma tienen variadas expresiones como la de don José Baquíjano y Carrillo, y del propio Hipólito Unanue, criollos peruanos que creen en la monarquía pero desean fervientemente una sociedad justa y no violenta y abusiva. También hay un reformismo cristiano ilustrado como el de Toribio Rodríguez de Mendoza que transita por el humanismo evangélico. Otro esclarecido reformista es don Pablo de Olavide un transformador de la vida española en los fecundos campos de la beneficencia Pública, reforma agraria, reforma de la enseñanza y reforma del teatro. También bulle el separatismo representado por Juan Pablo Viscardo y Guzmán.
El Perú de 1792 políticamente se encontraba distribuido en 7 Intendencias con 51 partidos. La población se estimaba en un millón 76 mil 12 habitantes de los cuales 608 mil 912 (56%9 eran indios, 244 mil 437 mestizos (23%) 141 mil 032 españoles (13,15) de los cuáles 4 mil 721 eran religiosos; 41 mil 404 mulatos y negros libres (4%) y 40 mil 3387 Esclavos (4%).
La expedición científica de Alejandro Malaspina (1790-1793) que realizó observaciones astronómicas, recogió especies vegetales desconocidas y practicó reconocimientos hidrográficos del mar peruano despertó en los integrantes de la Sociedad Amantes del País y redactores del Mercurio un deseo vehemente por conocer el Perú y comprenderlo. “Malaspina es un ilustrado, producto de su tiempo, culto, defensor de la Razón y del Razonamiento por encima de los Dogma, de la Tradición y la Intransigencia. Y los viajes que hizo por todo el mundo eran reflejo de su necesidad insaciable de adquirir sabiduría”.
Entre los integrantes de la Sociedad Amantes del País había funcionarios de la Administración Política y Hacienda que compartían su labor con la cátedra en la Real Universidad como Vicente Morales Duarez y Jacinto Clero y Moreira. Había personajes vinculados a la administración municipal como don José María Egaña Teniente de la Policía de la Capital. En los campos de la administración de la Hacienda estaban don José Ignacio de Lecuanda Contador de la Real Aduana y Don José Rossí y Rubí consultor del Real Tribunal de Minería.
En el siglo XVIII después de la expulsión de los jesuitas, existían en el Perú tres universidades: la de San Marcos (1551) en Lima, San Cristóbal de Huamanga (1677) en Ayacucho y la de San Antonio de Abad del Cuzco (1598). Las reformas eran punto de conversación de los ilustrados catedráticos pero las mismas no eran más que un tema de preocupación personal antes que una conquista académica. José Ignacio de Lecuanda, uno de los autores del Mercurio compartía esa pasión por conocer mejor el territorio el que lo había recorrido al lado de su inquieto tío el Obispo Martínez de Compañón. En este sentido podemos decir como Braudel que la geografía es elemento clave en la comprensión del discurso histórico y político.
Considera Lecuanda que un espacio territorio se desenvuelve en torno a sus potencialidades económicas. Lecuanda maneja estadísticas sobre importaciones y exportaciones. Contratación de mano de obra y el rol ordenador que juega la economía en el desarrollo de un territorio. Igual minuciosidad y cariño se observa en José Eusebio de Llano Zapata preocupado por el mejor conocimiento de la imagen física del Perú y punga por que se conozcan nuestras tradiciones y literatura.
¿Quién es Juan Ignacio Lecuanda?.
La historiadora piurana doctora Rosas Zeta anota que: “Fue vasco, contador del profesión, y sobrino del célebre obispo de Trujillo don Balizar Jaime Martínez de Compañón; bajo su protección y la de don Miguel Feijóo de Sosa prosperó en su carrera hacendaria. Entró en la Sociedad como socio consultor en el área de Real hacienda y recién en 1794 como socio académico. Como Contador Real de la Aduana de Lima, preparó todos los informes comerciales. De los Resúmenes de los caudales, frutos y efectos de las diversas embarcaciones, la razón de las cargas de los navíos, los valores de registro, las balanzas de comercio y los estados de importación y exportación que se publicaron en el Mercurio Peruano, 46 de estos informes fueron firmados por Lecuanda.
Lecuanda empieza a escribir artículos, con su nombre, el último cuatrimestre de 1793 Al que corresponden las descripciones geográficas de los partidos de Piura, Cajamarca, Saña o Lambayeque. En estos informes y descripciones encontramos una estructura común: Noticias históricas y geográficas, la población carácter y clase de sus naturales, su recursos naturales en los tres reinos, sus producciones y comercio.
Uno de sus trabajos es el “Discurso sobre el destino que debe darse a la gente vaga que tiene n Lima” sin duda un estudio sociológico sobre la distribución del trabajo abordando el daño el que significa tener población sin dedicación. Critica que muchos de los trabajos de las mujeres sean realizados por los hombres. Distingue entre los desocupados honestos y los delincuentes. A los primeros, propone debería acogérseles para realizar determinadas obras y a los segundos debería destinárseles a los trabajos de las minas y no a los presidios donde perfeccionan sus malas artes. Amigo personal de Baquíjano junto con Hipólito Unanue redactó parte de la memoria del Virrey Gil de Taboada. Logró en Madrid el Título de Contador Mayor de la Aduana de Lima pero no pudo ejercerlo pues la muerte los sorprendió en Cádiz el 13 de septiembre de 1800”.
Don José Alban Ramos, refiere que Lecuanda fue uno de los más acreditados funcionarios de hacienda en el Perú. En 1782 era Contador de Resultas del Tribunal de Cuentas, en 1785 Tesorero de Huamanga y en 1790 contador oficial real de Trujillo. Su trayectoria vital ha sido trazada por don José Toribio Medina. En su obra la imprenta en Lima, 1584-1824.
La “Descripción Geográfica del Partido de Piura, perteneciente a la Intendencia de Truxillo” T VIII 263-267, Fol. 167-203; 268 fols 207-213; 269-270. Fol. 215-229. Reúne amplia información sobre Piura. Noticias históricas y geográficas, información sobre v la población, sobre las especies animales, producciones vegetales, sobre los minerales, tesoros y especies curiosas que se encuentran en los sepulcros de los gentiles, agricultura y de la industria y el comercio. El mérito de don José Alban Ramos es la erudita penetración en lo que Lecuanda acopia desde la perspectiva del pasado en el presente y que se proyecta hacia el futuro.
Lecuanda observa con detalle los ríos de Morropón y Tangará. Se impresiona con las preciosidades en sus tres Reinos Animal, Vestal y Mineral. Menciona el caudaloso Río de la Chira que tiene algún pescado y lagartos. Hoy a consecuencia del impacto del reservorio de Poechos se estima que no menos de cien especies antes abundantes en las aguas cananeas del Chira han desaparecido. Socarrona y elocuentemente los sullaneros sostienen que los únicos lagaros sobrevivientes están en las Municipalidades y en la Subregión.
Lecuanda se admira del verdor paradisiaco de la delta del Chira. “Cuyas vegas amenas y frondosas están pobladas de muchas gentes destinadas a la Agricultura”. Menciona el río de Sechura, “que pasa por su capital Piura, abundando más que los otros en peces, Este tiene su nacimiento en la Laguna de Mamayaco, por otro nombre Guarinja, inmediata a la Cordillera Real”.
Anota Lecunada que mucho se podría hacer con pequeñas obras de irrigación para fecundar la tierra estéril. Recuerda Lecuanda que el puerto más importante es el de Paita, a catorce leguas de Piura, en los cinco grados y cinco minutos al sur. Y anota que un aciago 26 de Noviembre de 1640 el Vicealmirante inglés Jorge Anson incendió el puerto. También refiere a Sechura “donde surcan algunas barquillas dedicadas a la pesca del tollo”. En Sechura abundan muchas salinas y una yerba conocida como lito que es la barrilla con la que en Europa hacen los vidrios. En Piura y Lambayeque disfrutan de su utilidad para hacer las cenizas de las lejías con la que fabrican jabón. Mantiene este desierto muchos caballos, mulas y burros.
Refiere como dato Lecuanda las mudanzas de la antigua ciudad desde Piura La Vieja o lugar de Santa Ana y advierte una nueva mudanza porque muchas veces sus calles y casas las va cubriendo la arena. Añade que el clima de Piura con sus aires de los más puros, sus aguas de las más delicadas, su cielo sumamente despejado es lo más adecuado para la convalecencia de enfermos poseídos del mal venéreo. El Partido de Piura cuenta con 44 mil 497 personas de todos sexos conforme a la numeración que se efectuó en la visita personal del Ilustrísimo Señor Doctor don Baltasar Jayme Martínez Compañón.
Refiriéndose a los pobladores dice que: “Su vicio dominante es, como en todos los de su nación, la bebida; y quando les falta la proporción para el aguardiente, nunca carecen de la chicha, que es una agua común fermentada con maíz y miel de caña, a imitación de la cerveza del Norte, que componen de la cebada.”
Refiriéndose a la fauna de Piura habla de la Gran Bestia llamado Danta por unos y que abunda en los montes de Guarmaca cuya principal enemigo es el tigre – el más feroz y corpulento del reino-. Abundan también los osos hormigueros y los de la especie llamados frontinos que se distinguen por su natural fiereza. Otras especies bien apreciadas son las tarugas o venados y las inquietas ardillas. También menciona los Pacasos parecidos a las Iguanas y las lagartijas. Dentro de los reptiles peligrosos menciona las Corales o Cumbilulos, los Colambos y Macanches que alcanzan hasta dos varas de largo.
Entre las aves destacan el Pájaro Carpintero, las pavas de sabor exquisito y el Paují se finísima pluma y el Guerequeque que limpia de cucarachas las casas. Otra son las perdices, por su canto armonioso destaca el Chiroque. En la sierra habita el cóndor, los gavilanes y halcones. También so conocen papagayos y loros de gran variedad.
Dentro de los peces destaca el Tollo fino, la Churucutula, los Bagres, las Tintoreras, el Berrugate, los Cabezudos y las Ballenas tan corpulentas como las de Noruega. No faltan el Pez Espada, el Pez Sierra, el Perico, el Pámpano, El Volador. Las costas están pobladas de los Lobos Marinos y en los ríos Ala y Frías se crían lobitos pequeños (nutrias) cuyo largo es de poco más de media vara. En los ríos de agua dulce se capturan los Róbalos, Preñadillas y Cascafes de buen gusto.
“En quanto a los árboles, cuyas maderas son apreciable para las fábricas y otras obras de adorno, son el del Cedro, Naranjo agrio, el Bojo, el Olivo, el Lloque colorado, el Chachacomo, el Alizo, el Espino, el Guayo, el Algarrobo incorruptible, la Chontilla, por otro nombre Boba, el Sapote, Sioque, el Cocobolo solidísimo, el Lúcumo, la Palma, el Moral, el Roble, el Sauce, el Gualtaco, el Palillo el Tailís, el Guachapelí, el Limonillo, el Guayacán cuya madera es olorosa y dura, y el árbol conocido por de la tara.”
Son admirable los Tamarindos por su particulares virtudes son aprovechadas en las Boticas de América como purgantes. El árbol de la Cascarilla, cuyo palo es el mejor febrífugo para las tercianas. El cual se consume mucho en Europa. El algarrobo de cuya vaina los indios aprovechan el Puño, que es el cogollo de la flor y una especie de engrudo jugoso obtenido de la vaina llamado “Tupisin”.
En el reino mineral describe como se muele en tahonas o batanes laa tierra minerable para extraer el oro con agua y azogue. Se tiene noticia de Minas de Plata en el cerro de San Lorenzo perteneciente a la Hacienda Chipillico. En un cerro inmediato al pueblo de Ayabaca refiera la mina de plata de don Bruno de Saavedra. En este mismo pueblo se da cuenta otro cerro que no tiene nombre en donde se ha descubierto un metal raro de color verde subido que hasta la fecha nadie explota. En el campo de la agricultura abundan en la sierra, pallares alverjas, raíces y hortalizas, papas, arracachas, ollucos, ocas, yucas y achiras. Algodón se produce en Piura de modo abúndate y se vende mucho en rama para Loxa y Quito el algodón se vende a real la libra y a diez y seis pesos el quintal. Con hilados de algodón se hacen mantas, camisas, anacos, lonas para el velamen, costales y otras manufacturas. En Piura abunda el ganado cabrío de los cuales se obtienen los cordobanes y jabones de sebo. Un producto de importancia es la Cascarilla que viene de Guancabamba, Sóndor y Loxa que se comercia por Paita a Lima y del puerto del Callao a España.
La cascarilla fue uno de los productos exportables durante el siglo XVIII. El secreto de uso fue transmitido por el cacique Pedro Leiva a un jesuita en 1630 este a su vez lo transmitió al Corregidor de Loxa y más tarde fue aplicado a la Condesa de Chinchón esposa del virrey del Perú que padecía de fiebres. La cascarillla requería de condiciones climáticas especiales ni mucho frío ni mucho calor. La cascarilla se comercializaba en cajones de 8, 9 y 10 arrobas, casi toda era enviada a España y almacenada en los depósitos de la Real aduana en donde se pagaba cuatro pesos por 100 cajones. Según Lecuanda, entre 1785-1789 ingresaron por el norte 790,000 libras, es decir 31 mil 636 arrobas, un promedio de 6,372 arrobas por año. La cascarilla procedía de Paita. A partir de 1794 decrece el comercio de la cascarilla y el cacao y habrá que esperar a que en el siglo XIX se ponga nuevamente este negocio en marcha.
Paita, era el gran puerto de entrada y salida de los productos de la región. Allí llegaban todos los navíos que hacían viaje del Panamá al Callao, ya sea en armada de galeones o en forma individual. Se descargaba allí todo lo que podía averiarse por mar, para que vaya por tierra a Lima, quedando sólo los artículos muy pesados o de mucho volumen en los barcos para su transporte por mar al Callao Pero además del comercio formal era Paita también puerto de entrada del contrabando en gran escala, como lo comprueba y relata escandalizado done Jorge Juan Antonio de Ulloa, en su informe, al punto que los sobornos a los funcionarios de aduanas ya estaban regidos por una tarifa.
Había entonces una articulación comercial importante con los otros espacios económicos del virreinato, además de la estrecha conexión que había al interior del ámbito del obispado de Trujillo. Se puede hablar de la existencia de un mercado urbano importante en esta región, si tenemos en cuenta la población de las principales ciudades a fines del siglo XVIII:
Trujillo 5,515 habitantes;
Piura 7,203 habitantes;
Lambayeque 12,024 habitantes;
Cajamarca 12,846 habitantes
Entre las provincias de Saña, Cajamarca, Trujillo y Piura se daba una importante complementariedad económica, lo que sucedía desde el siglo XVII. Otro factor de integración es el comercio arriero de Piura con Saña y Trujillo.
Fuera de la cascarilla o quinina cuyo uso se propagó en tiempos del virreinato, ya desde el momento que los españoles pisaron tierra tallán se conocieron las propiedades curativas de la taya, del molle, del palo santo, el culén, el cardo santo, el oberal, la cucharilla, la zarzaparrilla, la calagua, la yerba centaura, la chilca macho, el botoncillo, la guayusa, la ortiga de león, la desflemadera el incordio, la monadilla, el payco, el culantrillo, la verdolaga y otras más que Lecuanda menciona en su obra “Descripción Geográfica del Partido de Piura”.
Releer el Informe Lequanda es una tarea pendiente en la universidad en donde la busca de la identidad regional es una necesidad para comprender mejor qué somos y hacia donde nos proyectamos. Conocer es un descubrimiento de la razón ilustrada pero también una exultante emoción. Y como diría Aurelio Miro Quesada: “pero en la alegría y el lamento, bajo el algarrobo o en la duna, al borde del río o junto al mar, palpita ….. la misma nota orgullosa y resonante, que en la clásica letra de un tondero ha logrado el arranque y la osadía de un pregón:
San Miguel, San Miguel
San Miguel al amanecer,
San Miguel , San Miguel,
San Miguel al anochecer.
Bien vale la pena recordar que el maestro, que entrega un texto a sus discípulos y convoca la lectura lo envía como regalo, como una carta. El maestro igual que el que envía un regalo o una carta, está inquieto por si su regalo será aceptado, por si su carta será bien recibida y merecedora de alguna respuesta. Puesto que sólo se regala lo que se ama, al maestro le gustaría que su amor fuera también amado por aquellos a los que envía su mensaje. Y puesto que una carta es como la parte de uno mismo que uno envía a los que ama esperando respuesta, al maestro le gustaría que esa parte de sí mismo que da a leer despierte el amor de los que van a recibirlo a través de sus respuestas. El autor de este libro sentirá en cada lectura que en el fondo de este cariño entrañable vive y habita el amor a Piura.
* Gráfico:El Ilustrado Obispo don Baltazar Jaime Martínez de Compañón tío de Juan Ignacio Lecuanda, autor del informe sobre el Partido de Piura.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario