lunes, 20 de julio de 2009

¿MAFIAS BAILARINAS EN LA UNIVERSIDAD?


Por: Miguel Godos Curay

¿Cuál debe ser la función de las organizaciones estudiantiles?. A esta interrogante habría que inquirir respuestas a las agrupaciones estudiantiles que últimamente se han dedicado a la promoción de bailes en los que al filo de la madrugada se producen grescas con sus correlatos de violencia salvaje y consumo de alcohol. En la UNP estamos a vísperas de exámenes parciales pero tales grupillos siguen promoviendo -sin que nadie los controle- “fiestas de bienvenida” a los cachimbos. Fiestas en las que resultan gananciosos los promotores de tales desenfrenos que nada tienen que ver con los menesteres propios de la universidad. Lo trágitonto de este escabroso asunto es que los accesos a la universidad de pronto se han llenado de pancartas que con la indiferencia y complacencia de las autoridades promueven este divertimiento impropio de estudiantes dispuestos a acometer las empresas de la inteligencia y el estudio.

Frente a esta desmesurada proliferación de bacanales “estudiantiles” es necesaria y urgente la intervención de la Sunat, por que hay una evasión tributaria, del Municipio que autoriza sin más ni más el desenfreno, de la Policía Nacional pues existen fundadas sospechas que la violenta euforia no sólo es producto del consumo de alcohol, de la Apdayc por la forma como se evaden derechos de autoría imprescriptibles. En el fondo se trata de mafias que utilizan a jóvenes irresponsables para hacer negocio en base a la venta de alcohol con el uso de una frondosa publicidad mediática radial y panfletaria.

Lo propio de las organizaciones estudiantiles es velar por el bienestar de la población estudiantil no por su envilecimiento. Resulta por demás desproporcionado que estas organizaciones en lugar de promover el bienestar promuevan el malestar. Esto es lo que se puede colegir al leer las páginas de los diarios que dan cuenta de maltrato salvaje a algunos incautos estudiantes que en busca de ratos de diversión fueron finalmente a parar a los servicios de emergencia de los hospitales. Personalmente queremos advertir, a los estudiantes y a sus padres, los riesgos indecibles a los que se exponen concurriendo a estos cultos masivos a la estupidez y a la insensatez pues no se trata de diversión sana.

Resulta desde todo punto de vista contradictorio que estas organizaciones estudiantiles no promuevan iniciativas académicas, debates abiertos sobre los propios asuntos de la universidad. Una cosa es la confrontación de las inteligencias otro el brutal enfrentamiento de ebrios babeantes que poco aprecian su vida y el respeto a una institución como la universidad. Resulta preocupante que en lugar de promover la creación de la Defensoría Universitaria en donde se preserva y se exige el cumplimiento de los imprescriptibles derechos de los estudiantes se fomente ese negociado turbio, tufoso y vergonzoso que promueve el consumo irresponsable de alcohol y otros tóxicos en lo que se degrada la condición humana. No resulta extraño, por eso que en los últimos tres años ocho alumnos de la UNP se hayan suicidado. Es lo que señala con puntualidad la Coordinación Regional de Salud Mental

No se piense que los autores de estos negociados no tienen nombre propio. Lo tienen y los mismos son esos estudiantes revejidos que enquistados como garrapatas conforman esas mafias en las que se han convertido, muchas veces, las organizaciones estudiantiles que desnaturalizan los genuinos fines de lo que es la universidad. Por eso, nos resulta extraño, que veamos en el paisaje de la universidad alumnos responsables venidos de provincias con mucho esfuerzo a formarse en las aulas universitarias. Otros se dedican a holgar a no estudiar. Son los que viven de la buena voluntad de sus padres pulverizando presupuestos. También hay los que en vísperas de elecciones rectorales se dedican a vender su conciencia al mejor postor. Pero no sólo venden su conciencia sino su alma, su futuro, su dignidad, su decoro. Son los potencialmente peligrosos porque sin escrúpulos viven del chantaje académico, del favor, del negociado. No tienen bandera, ni dignidad, ni decencia, ni respeto elemental a sí mismos. Se deslizan con los patines de la inmoralidad. Aunque tienen el rostro joven son como esas viejas mañosas con cara de virtud. ¿Los conocen?.

No hay comentarios: