Un fiasco que descosió la desconfianza en Piura fue la colocación de la primera piedra de lo que sería el Centro Cultural Vargas Llosa en el desvencijado local del Colegio San Miguel y posteriormente sede de la Dirección Departamental de Educación. Hubo bombo, fotos con el Nobel y la promesa incumplida del gobernador Atkins. Ahí el extinto INC instaló piezas de la imprenta de El Peruano, una librería de la producción editorial nacional de vida corta. El municipio la pinacoteca del legado Cossío del Pomar. Un enigma aún no resuelto fue la desaparición de la Condecoración Orden del Sol de don Felipe. Como de costumbre fue un fofo rito para el olvido. Brutal fue la demolición de la Casona Eguiguren del jirón Lima se hizo añicos todo. Se arrancaron las baldosas y losetas, los pisos de madera y los pasamanos de hierro de la escalera. Sólo quedaron ruinas y una letrina gigantesca en el corazón de la ciudad. Hoy es un corralón frecuentado por drogadictos e indeseables.
Vista de la Plaza de Armas de Piura, kuce ya la escultura de mármol dnada por el Presdiente don José Balta en 1872 |
La incuria y el poco afecto por la cultura son visibles en lo poco que queda de la vieja Piura urbana. Se arrancaron de cuajo las placas conmemorativas en los lugares donde nacieron piuranos ilustres: Sánchez Cerro y Merino en el jirón Arequipa. La única que se mantiene en pie, en el jirón Lima, es la de la casa donde nació y vivió don Miguel Gerónimo Seminario y Jaime el artífice del grito libertario del 4 de enero. Las placas conmemorativas, muchas de ellas colocadas por el Grupo Literario y Artístico Piura (GLAP) fueron arrumadas y arrinconadas para siempre en el depósito del INC. ¿Dónde estarán?
Una cereza en la torta de la destrucción patrimonial fue la demolición de la célebre casona de López Albujar ubicada ahí en donde hoy funciona el Banco Continental. Al inicio de su actividad financiera asignó al segundo piso a una sala bien dispuesta para muestras y exhibiciones. Hoy ya no existe La apariencia de una compensación gozosa por la destrucción monumental realizada. La salita, del premio consuelo desapareció por la magia de la indiferencia y el olvido. Ni los persistentes agentes del banco saben que pasó. Hoy el único rincón que se puede visitar es la sala de exposiciones del BCR al costado de la Catedral.
La protección del patrimonio monumental de Piura definitivamente no existe. Lo que hay son declaraciones bien intencionadas y una que otra publicación. Después no hay nada. La realidad oronda y lironda. Se requiere presupuestos e inversiones que ni el gobierno nacional, ni el gobierno local ni el regional disponen. Todos miran al techo cuando se habla de patrimonio. En realidad sin financiamiento y con buenas intenciones no se hace absolutamente nada. Los patronatos diligentes son una cofradía sin santo que haga milagros para salvar lo poco que Piura preserva. Realmente como en el Estadio Miguel Grau y el Teatro Municipal: ¡Aquí no pasa nada!
En Piura ni el Ministerio de Cultura, ni el Municipio ni el Gobierno Regional y el Colegio de Arquitectos disponen de soles efectivos siquiera para pintar los muros, enmasillar y tapar los huecos de los portones de las casonas antiguas. Otros consumidos por la modorra soporífera esperan que la Cooperación Internacional venga a rescatar lo que Piura no conserva. Ingenuidad pueril pues los pocos fondos disponibles se asignan a las urgencias inmediatas de la ola migratoria que sacude Europa.
Las ocurrencias maravillosas de los piuranos son otra amenaza para el patrimonio de la ciudad. Alguna vez se le ocurrió a un patriótico hincha de Grau arrancar de cuajo las placas conmemorativas del pedestal de La Pola y colocarlas en la Casa Grau. La recordada directora de la Casa Museo Grau Isabel Ramos Seminario tuvo que darle vida al jardín de la casa ante una amenaza de despojo papeluchero. En Aypate, refirió la arqueóloga y antropóloga, Anne Marie Hocquenghem se arrancaron piedras del Qhapac-Ñan (Camino Inca) para levantar armatostes de concreto del gobierno local ávido de indulgencias.
No nos extraña tampoco esa pervertida y extendida práctica huachafa de colocar letrones con los nombres de las ciudades para la foto. No nos extrañen tampoco los cambios de nombres de calles y avenidas para inmortalizar memorias de santos e hijos de la guayaba. Dicen los filósofos sechuranos de la plaza: “Cuando en los gobiernos locales no hay nada qué hacer. Alcaldes y regidores se dedican a joder”: Tumban pérgolas para hacerlas nuevamente, someten a dieta a Grau que era fornido y fuerte con onerosos presupuestos. Se despilfarra dinero en parques de las aguas en momentos críticos de stress hídrico. Se talan árboles para que se vea la placa. Se levantan tribunas para contemplar desfiles.
Se hace y deshace con los dineros del erario sin resolver las urgentes necesidades de la ciudad. La siembra de cemento es un tumor canceroso de la urbe. Prima la decoración y la demolición en todas partes para ocultar los vergonzosos dispendios y descarados robos. Muñones de algarrobos, ficus y neem talados abundan en toda la ciudad. Aquí sólo aquí se cortan árboles para que se exhiban negocios con la complacencia municipal.
Otrosí: San Miguel de Piura es la primera ciudad hispánica fundada en el Pacífico Sur. Antes que nosotros está Santo Domingo fundada por Bartolomé Colón el 5 de agosto de 1496. San Miguel de Piura se fundó por Pizarro en 1532. Notables piuranos amigos del Presidente Luis Miguel Sánchez Cerro en 1932 fijaron como fecha celebratoria el 15 de julio. Unos dicen porque era el cumpleaños del gestor de la iniciativa don Enrique del Carmen Ramos nacido el 15 de julio de 1866.
Otrosí. por un cálculo aproximado sin tener en cuenta la Pragmática de los diez días del año que dispuso el cambio del calendario juliano al gregoriano (1584). La fecha por un acuerdo de historiadores, que no consta en papel, se fijó el 15 de agosto que también conmemora la fundación definitiva de San Miguel de Villar en el sitio del Chilcal. En esta discutida materia como dicen los sechuranos: “En lo único que estamos de acuerdo es que no estamos de acuerdo”.
Faltan exactamente ocho años para conmemorar el medio milenio fundacional. Es probable que la pereza e indiferencia con la que actuamos no caiga en el inaudito recuerdo de los 450 años de Piura en donde a la Plaza Pizarro se le rebautizó como Plaza de las Tres Culturas (¿?). Se erigió la Paloma de la Paz obra de Víctor Delfín. Como reacción Juan Ricardo Olaechea erigió en la desaparecida Quinta Julia el monumento al burro. Hoy como ayer un monumento al asno es necesario. Sobre todo porque ha desaparecido del paisaje rural convertido en provisión de carne industrial para la elaboración de salchichas, chorizos y alimentos para gatos y perros. Dice el poeta Teodoro Garcés Negrón: “Quien trazó caminos / y soportó el rudo/trabajo del campo, / y siempre fue pobre,/ y siempre fue manso./no merece olvido/ del pueblo piurano. Lo que hizo el burro, /no lo hizo nunca/ningún diputado.” Un monumento al asno es un acto de soberana gratitud en una ciudad que se nutre del floro demagógico, la notoriedad y el mal gusto.
RAE:
Cojudo(a): 2. adj. malson. coloq. Méx. y Perú. Tonto, bobo. Sin.: tonto, bobo, estúpido, dundo, menso, maje, suato, mudo.
Reconcomio: Desasosiego o agitación por una molestia moral o por un deseo persistente. Sin.:desasosiego, inquietud, angustia, nerviosismo, intranquilidad, preocupación, impaciencia, desconfianza, sospecha, recelo, concomio, concomimiento.