Por: Miguel Godos Curay
De
los sesenta y dos años de existencia de
la Universidad Nacional de Piura creada por Ley 13531 el 3 de marzo de 1961. La
Facultad de Ciencias Sociales y Educación, creada el 26 de mayo de 1984, conmemora 39
años de actividad académica y formativa. En los aniversarios de bodas 39 años corresponden
a las Bodas de Ágata. La ágata es una
variedad de cuarzo. Según los manuales
mineros “es una roca dura resistente a los reactivos químicos” Su nombre
depende de su forma y color
predominante. La ágata azul es la más conocida y sus yacimientos se encuentran
en los Estados Unidos, Brasil, Uruguay, Argentina, India y Madagascar. Es muy
cotizada entre los árabes pues se le considera una garantía mágica de la
longevidad y la llevan incrustada en sus anillos. De modo que analógicamente
podemos vislumbrar en esta propicia ocasión larga vida para nuestra facultad
resistente a todas las formas de reactividad. Reactividad según el DRAE
significa: “Que produce reacción”. En psicología “es la alteración del
comportamiento o conducta de los sujetos cuando presumen son observados”.
La
Facultad de Ciencias Sociales y Educación nació junto con la Facultad de
Ciencias desde entonces ha experimentado un crecimiento vertiginoso con sus
cinco escuelas: Escuela Profesional de Historia y Geografía, Escuela
Profesional de Lengua y Literatura, Escuela Profesional de Educación Inicial,
Escuela Profesional de Educación Primaria y la Escuela Profesional de Ciencias
de la Comunicación.
Tenemos
la plena convicción que estos 39 años cumplidos son hitos de profundos cambios
en nuestra forma de pensar y hacer. La mayor parte de los genios inteligentes
se fueron en tiempo temprano. Descartes a los 53, Shakespeare a los 52,
Montesquieu a los 66, Sócrates a los 71,
Vallejo a los 46, Valdelomar a los 31, Basadre a los 77, Valcarcel a los 96,
Mariátegui a los 35 y Heraud
a los 21 siendo una joven promesa.
Nuestro
escenario natural es de profundos cambios. Hoy enfrentamos los impactos severos
del cambio climático. Mientras contemplamos el cielo amenazados por las lluvias
y las indefensas defensas en el cauce del río Piura. En Colombia se raciona el
agua por la amenaza de la sequía. Los
responsables de las decisiones políticas en nuestra región buscan la salida al
mar de este “rio loco” como llamaba al río Piura el geógrafo Gonzalo Reparaz.
El año pasado vaciamos al océano el equivalente a cuatro veces la capacidad portante
del reservorio de Poechos, reducida su capacidad en un 46% lo que equivale a 404.8 millones de
M3. Mil 619.2 millones de metros cúbicos
de agua fueron arrojados al mar. No tenemos reservorios para almacenar agua a lo largo del cauce, ni
un intento de evacuación delas aguas al desierto que permita expandir los
algarrobales y hatos de cabras.
En
Piura, dice López Albujar la cabra es la vaca del pobre. En el año 1962 Piura
producía 6 mil litros de leche de cabra con las que su nutría a los niños de
las familias pobres. En Belisario, en la margen izquierda de la carretera a
Chiclayo aún se consume leche de cabra que preservan en botellas enterradas en
la arena húmeda que las mantiene siempre frescas. El beneficio de un caprino
provee de carne a una familia entera con carne deliciosa para el seco o los piqueos. La leche en polvo Klim en lata
llegó con la International Petroleum Company a Talara. Las natillas, quesillos
y quesos –el postre piurano por excelencia- se elaboraban con leche de cabra.
Considerada el mejor lácteo porque en su
composición química es la que mejor se aproxima a la leche materna. Piura se
nutría de la leche de los hatos de cabras de Congorá.
Permítanme
ahora una reflexión sobre el futuro. La formación que brinda las Facultad de
Ciencias Sociales y Educación es una valiosa tarea académica sujeta
perennemente a la innovación. Es también, al mismo tiempo, una tarea
prospectiva, pues activa la capacidad inteligente de anticipar futuros. Este
esfuerzo cognitivo no es casual requiere de la apropiación espacial de nuestro
territorio. Piura, en efecto, no es un territorio pequeño. La Piura
invertebrada necesita conectarse mejor con sus provincias de la sierra como Ayabaca,
Huancabamba y Morropón. Hoy la energía eléctrica e incluso Internet llegan a
los lugares distantes y apartados. La sierra es nuestro principal proveedor de
granos y menestras. Pero el grueso de la producción se comercializa en Chiclayo
en donde son mejores los precios.
Piura
tiene una extensión de 35,892
km², que representan el 3,1 por
ciento del territorio nacional. Para que tengan un referente comparativo.
Israel tiene 22,145 km², El
Salvador 21,041 km². Las
potencialidades económicas de Piura son enormes. Algunas veces hemos escuchado
decir que “Piura es la California del Perú. Es mejor reafirmar que Piura es en
el norte del Perú el primer exportador frutícola de uvas, mangos, arándanos, banano
orgánico entre otros productos como el limón y el espárrago. Sólo en la
producción frutícola superamos las 15 mil hectáreas. En la minería destaca por la producción de
hidrocarburos, minerales no metálicos como los fosfatos, calizas, diatomitas y
salmueras. Junto a las salmueras hay depósitos de litio el oro del siglo XXI
utilizado en la fabricación de baterías de los autos eléctricos.
Una
de las actividades económicas florecientes en Piura son los negocios
inmobiliarios que se enriquecen con la venta de departamentos de 60 mts2.
Cuando apareció San José, los lotes eran de 400 metros y se podían dividir con
el crecimiento de la familia. Las posteriores urbanizaciones y asentamientos
humanos disponen de lotes de 160 a 200
metros. En donde el piurano habita con perro, gato y perico. Sechura, antes de
la invasión oportunista de la Comunidad Santo Domingo de Olmos y Mórrope, hasta
hace poco, podía colocar cien habitantes por kilómetro cuadrado. Sechura ha
crecido económicamente. Que los trabajadores de la empresa Miskimayo hayan
recibido de utilidades 17 sueldos correspondientes al año pasado es un
referente de bonanza económica. Otro es observar con detenimiento qué hacen con
el efectivo que ganan. Compran camionetas, edificaciones en zonas residenciales
y otros migran a Chiclayo y Trujillo que resulta muy atractivos para crecer.
Por
la expansión de estos negocios la usurpación mafiosa se apoderó del tablazo de
Paita en lo que se proyectó el futuro Aeropuerto de Piura. Piura, que es más
extensa que un estado conocido. Podríamos decir que es un país a decir de Luis
Felipe Angell Lamas, Sofocleto: “en donde el sol nunca se devalúa, la chicha
nunca se evapora, la amistad nunca se extingue y a sus mujeres nunca se les
olvida”.
No
hay razón para vivir en ciudades que se hacinan al borde de las pistas, se
acumula la basura y se deteriora irresponsablemente sus servicios públicos.
Piura, produce diariamente 400 toneladas de desperdicios que urge reciclar.
Toda la hermosura del paisaje se desploma por el negligente abandono de
desperdicios. Para que tengan un referente de su riqueza. El primer pozo
petrolero se perforó en el Perú en 1863, cuatro años después que los EE.UU.
Este pozo se encontraba en la localidad de Zorritos, jurisdicción entonces de
la provincia de Paita, en los predios de la Hacienda Máncora arrendada por don José de Lama. 160 años
después de este hito se realiza el suministro de gas domiciliario en Piura. En
Piura los saltos de progreso demoran pero llegan. Recuerdo con puntualidad que
cuando se instalaron en Piura los comercios con escaleras eléctricas, piuranos
y piuranas, subían y bajaban por las escaleras arrobados como si ascendieran al
cielo.
Nuestra
población estimada es de un millón 800 mil habitantes. De este total
aproximadamente 534 mil 600 son la población escolar de Piura. 82 mil en
educación inicial, 241 mil en primaria,
151 mil en la secundaria, 43 mil en educación superior universitaria y no
universitaria, 10 mil 300 en otras modalidades educativas y alrededor de 7 mil
300 en educación ocupacional no escolarizada. De modo que el desafío del futuro
está en educar a los nuevos ciudadanos. Este proceso formativo no es un
acontecimiento casual sino una aproximación conceptual a la realidad de
naturaleza dialéctica. Es probable que miremos como el entorno influye en las
personas. La universidad brinda un bienestar subjetivo a los jóvenes
estudiantes. Aún no tenemos una
dimensión precisa de los impactos cognitivos y emocionales en las personas.
El
espacio físico mantiene una relación interdependiente con la universidad y la escuela,
la comunidad que habita el ambiente y los contextos en los cuáles se despliega
y se asume el proceso de apropiación.
Antes
los símbolos distintivos en Piura eran el bicolor nacional, la bandera blanca del chicherío y la bandera roja
del frito en Chulucanas. Podría ser la
bandera de los comuneros de Chalaco que el 28 de enero de 1883 tomaron Piura como afrenta a los abusos de los
hacendados que se apropiaban
abusivamente de los territorios comunales. Refieren los testimonios orales y
escritos que lo hicieron con la bandera roja de la Comuna de París. Hoy no
hay villorrio que no tenga bandera y
símbolos perversamente caprichosos. Miren las Plazas de Armas con media docena
de mástiles. La bandera de Paita, mi provincia, parece un símbolo del Islam. La
de Talara es granate. Esta profusión de simbolismos podría entenderse como un
afán de identidad. Pero también como
expresión profusa de un extravío de la identidad.
Es
cierto, este vínculo se encuentra
mediado por significados socialmente
elaborados que el entorno transmite a los individuos y que éstos lo interpretan
y reelaboran en este proceso de apropiación espacial. Son los colectivos
sociales lo que transmiten y enervan categorías representativas que forman
parte de la percepción de sí mismo y los demás. En el caso nuestro las aulas
universitarias son un espacio de encuentro de jóvenes de las diversas
provincias, con sus propias aspiraciones y maneras de ser y hacer. Creo que
deberíamos asomarnos a estas construcciones afectivas y cognoscitivas que
enriquecen ese cúmulo de aspiraciones que son parte del futuro de una región.
Son parte de su bienestar y su visión del mundo. Esta es una gran posibilidad de lograr aprendizajes que permanezcan en lo
estudiantes con el paso del tiempo y les
ayuden a ser una personas mejor preparadas.
Una
de las claves para generar un aprendizaje efectivo y eficiente es el poder
discernir qué conocimiento es el relevante dentro de un curso. De modo general
podemos orientar un plan de estudios y
observar cuales son los aprendizajes esperados al final del curso. Discutimos y
debatimos sobre las competencias en muchos casos, este es un proceso ineludible de apropiación de la
realidad. Nuestra primera tarea es distinguir
entre los contenidos relevantes y reforzar en mayor medida los contenidos de
menor relevancia. De esta manera podremos tener un aprendizaje efectivo,
eficiente y sobre todo, un aprendizaje que permanezca en el estudiante con el
paso del tiempo y les ayude a ser mejores personas.
Hoy
vivimos con mayor intensidad la heterogeneidad de los estudiantes producto
de su diversidad de origen, cultural,
diferencias de capacidad, social, religiosa y económica. Su opción de género en
muchos casos. Se trata de personas que forman su personalidad y la asumen. No
podemos permanecer indiferentes a sus interacciones significativas y a su desarrollo
social y emocional. Necesitamos una búsqueda esencial a partir de la
apropiación de la realidad. Muchas vemos no entendemos que los alumnos se
nutren más de nuestras actitudes personales que de los discursos en las aulas. Si
somos ordenados los estudiantes también lo son. Si somos puntuales aprenden a
ser puntuales. Maestros que leen tienen alumnos lectores.
Como
al inicio de esta reflexión advierte Anthony Giddens el cambio impredecible es
parte de nuestra realidad: “Hoy
algunas de las tendencias que se suponía harían la vida más segura y predecible
para nosotros, incluido el progreso de la ciencia y la tecnología tienen el
efecto contrario. Por ejemplo el cambio climático global y sus riesgos
inherentes son probablemente producto de nuestra agresión al medio ambiente.
Nos enfrentamos a situaciones de
riesgo que nadie en la historia ha tenido que afrontar -el calentamiento global
sólo es una de ellas- Muchos de los riesgos e incertidumbres nuevos nos afectan
independientemente de donde vivamos y de lo privilegiados o marginados que
seamos”.[1] En este nadar contra la
corriente el mayor desafío es apropiarnos de nuestro espacio. Es parte de
nuestra tarea inmediata sobre todo cuando los responsables de las grandes
decisiones se solazan en el océano de su ignorancia. Como advierte Agustín de
Hipona: El presente de los hechos pasados es memoria, el presente de los
hechos presentes es visión, el presente de los hechos futuros es esperanza.
[1] Giddens
Anthony, UN MUNDO DESBOCADO Los efectos de la globalización en nuestras vidas,
Editorial Taurus, junio 1999.
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