domingo, 19 de octubre de 2008

¡ALTO PIURA POR JUSTICIA Y POR DERECHO!


Por: Miguel Godos Curay

En el salón de actos de la Municipalidad se han colocado, como un desafío a la memoria, las efigies de los alcaldes de Piura. Algunos están vivos y otros muertos. De los que Piura recuerda por su coraje podría enumerar a don Antonio Leigh, a Orlando Balarezo a Lucho Paredes salvajemente asesinado y a José Aguilar. Podría compararlos por su origen. Podría cotejar sus historias personales sin desmerecerlos. Estaban ahí en el imaginario presentes para concurrir a la instalación del Frente de Defensa del Proyecto Hidroenergético del Alto Piura. Algunos precisaron que se trata del frente de defensa del agua y cómo todos tenemos necesidades innumerables. Todos recordaron que la sed nos mata a todos y que nuestro problema principal son las rebosantes alcantarillas.

Concurrieron como era de esperarse las autoridades en ejercicio, los congresistas Jose Carlos Carrasco Távara y Marisol Espinoza, como testigo de excepción Guido Raffo Varona. Estuvieron ausentes las universidades. El reto lo puso en la mesa el Obispo de Chulucanas Monseñor Daniel Turley Murphy quien aceptó este desafío histórico de hacer realidad un proyecto tan manoseado por los estadistas de turno, tan ganancioso para los ejecutores de estudios, tantas veces utilizado como bandera electorera. Pero al mismo tan construido con lágrimas y esperanzas. Proyecto tan soñado por los pobres que viven para el presente y no esperan sino el pan de cada día. Proyecto que consume las últimas fuerzas a Guido Raffo y que nos recuerda que esas hoy tierras polvorientas son las más ubérrimas y apetecidas del Perú. Tierras que piden a gritos las aguas frescas del Huancabamba.

Ahí esta el desafío. En este frente cívico están todos. Los que creen en la inversión y los que encuentran en el griterío, la protesta y el bloqueo de carreteras la diversión. Los que se rompen el alma haciendo producir la tierra y los que en la ebriedad de la demagogia piensan que es la hora de hacerse visibles y pueden ser candidatos. Quienes concurrimos a estos actos, advierto, sabemos de antemano realmente quienes se la juegan al lado del pueblo y quienes sólo aparecen para la foto de los diarios.

Que conste que Monseñor Daniel Turley, quien podría desentenderse de estos combates terrenales por la naturaleza de su dignidad asume por los altopiuranos lo que muchos no quieren hacer. El es un hombre de Dios al que le sobra la fe lo que a nosotros nos falta. Por eso no le tiembla la voz, ni aparece en la planilla de los que siempre andan en busca de lana para esquilar. Tampoco tiene tierras que regar sino un rebaño de ovejas – no de carneros- a quienes conducir por los caminos de la dignidad, la justicia y la honestidad. Es una tarea apremiante, pesada y fatigosa. ¿ No les parece un acto de desprendimiento descomunal que un hombre que ha venido desde lejos ponga su espalda como Cristo al cargar la cruz por los que más ama ?. ¿No es una vía crucis que nos duele en el corazón este Alto Piura que queremos por unanimidad que se haga realidad?

Se habrán dado cuenta de estos detalles los retóricos inflamados, los vocingleros de todos los partidos. Los que hablan y los que callan. Los que sufren y los que sueñan. Los que gobiernan y los que en el extravío de sus coloridas frases ofrecen la energía de los brujos de las Huaringas. Los que buscaban protagonismo se fueron con el rabo entre las piernas.

Ahí estuvo el Presidente Regional Trelles Lara tan altopiurano como el mango y el limón. También el Alcalde Eddie Farías. Estuvieron también los dirigentes agrarios y los que piensan que este proyecto es impostergable. Monseñor Turley, claro y esclarecido, nos dijo la verdad: “No podemos seguir viendo como los lambayecanos se unen por Olmos cuando aquí nos dividimos”. Parece que en la escuela nunca no enseñaron bien la tabla de sumar sino la de dividir en todo aquello que pueda ser asomo de progreso y mejora de la calidad de vida.

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