jueves, 14 de noviembre de 2024

EL RECONCOMIO DEL PATRIMONIO MONUMENTAL

 Por: Miguel Godos Curay 
Un fiasco que descosió la desconfianza en Piura fue la colocación de la primera piedra de lo que sería el Centro Cultural Vargas Llosa en el desvencijado local del Colegio San Miguel y posteriormente sede de la Dirección Departamental de Educación. Hubo bombo, fotos con el Nobel y la promesa incumplida del gobernador Atkins. Ahí el extinto INC instaló piezas de la imprenta de El Peruano, una librería de la producción editorial nacional de vida corta. El municipio la pinacoteca del legado Cossío del Pomar. Un enigma aún no resuelto fue la desaparición de la Condecoración Orden del Sol de don Felipe. Como de costumbre fue un fofo rito para el olvido. Brutal fue la demolición de la Casona Eguiguren del jirón Lima se hizo añicos todo. Se arrancaron las baldosas y losetas, los pisos de madera y los pasamanos de hierro de la escalera. Sólo quedaron ruinas y una letrina gigantesca en el corazón de la ciudad. Hoy es un corralón frecuentado por drogadictos e indeseables. 

Vista de la Plaza de Armas de Piura, kuce ya la escultura de mármol dnada por el Presdiente don José Balta en 1872

 La incuria y el poco afecto por la cultura son visibles en lo poco que queda de la vieja Piura urbana. Se arrancaron de cuajo las placas conmemorativas en los lugares donde nacieron piuranos ilustres: Sánchez Cerro y Merino en el jirón Arequipa. La única que se mantiene en pie, en el jirón Lima, es la de la casa donde nació y vivió don Miguel Gerónimo Seminario y Jaime el artífice del grito libertario del 4 de enero. Las placas conmemorativas, muchas de ellas colocadas por el Grupo Literario y Artístico Piura (GLAP) fueron arrumadas y arrinconadas para siempre en el depósito del INC. ¿Dónde estarán? 

Una cereza en la torta de la destrucción patrimonial fue la demolición de la célebre casona de López Albujar ubicada ahí en donde hoy funciona el Banco Continental. Al inicio de su actividad financiera asignó al segundo piso a una sala bien dispuesta para muestras y exhibiciones. Hoy ya no existe La apariencia de una compensación gozosa por la destrucción monumental realizada. La salita, del premio consuelo desapareció por la magia de la indiferencia y el olvido. Ni los persistentes agentes del banco saben que pasó. Hoy el único rincón que se puede visitar es la sala de exposiciones del BCR al costado de la Catedral. 

La protección del patrimonio monumental de Piura definitivamente no existe. Lo que hay son declaraciones bien intencionadas y una que otra publicación. Después no hay nada. La realidad oronda y lironda. Se requiere presupuestos e inversiones que ni el gobierno nacional, ni el gobierno local ni el regional disponen. Todos miran al techo cuando se habla de patrimonio. En realidad sin financiamiento y con buenas intenciones no se hace absolutamente nada. Los patronatos diligentes son una cofradía sin santo que haga milagros para salvar lo poco que Piura preserva. Realmente como en el Estadio Miguel Grau y el Teatro Municipal: ¡Aquí no pasa nada! 

En Piura ni el Ministerio de Cultura, ni el Municipio ni el Gobierno Regional y el Colegio de Arquitectos disponen de soles efectivos siquiera para pintar los muros, enmasillar y tapar los huecos de los portones de las casonas antiguas. Otros consumidos por la modorra soporífera esperan que la Cooperación Internacional venga a rescatar lo que Piura no conserva. Ingenuidad pueril pues los pocos fondos disponibles se asignan a las urgencias inmediatas de la ola migratoria que sacude Europa. 

Las ocurrencias maravillosas de los piuranos son otra amenaza para el patrimonio de la ciudad. Alguna vez se le ocurrió a un patriótico hincha de Grau arrancar de cuajo las placas conmemorativas del pedestal de La Pola y colocarlas en la Casa Grau. La recordada directora de la Casa Museo Grau Isabel Ramos Seminario tuvo que darle vida al jardín de la casa ante una amenaza de despojo papeluchero. En Aypate, refirió la arqueóloga y antropóloga, Anne Marie Hocquenghem se arrancaron piedras del Qhapac-Ñan (Camino Inca) para levantar armatostes de concreto del gobierno local ávido de indulgencias. 

No nos extraña tampoco esa pervertida y extendida práctica huachafa de colocar letrones con los nombres de las ciudades para la foto. No nos extrañen tampoco los cambios de nombres de calles y avenidas para inmortalizar memorias de santos e hijos de la guayaba. Dicen los filósofos sechuranos de la plaza: “Cuando en los gobiernos locales no hay nada qué hacer. Alcaldes y regidores se dedican a joder”: Tumban pérgolas para hacerlas nuevamente, someten a dieta a Grau que era fornido y fuerte con onerosos presupuestos. Se despilfarra dinero en parques de las aguas en momentos críticos de stress hídrico. Se talan árboles para que se vea la placa. Se levantan tribunas para contemplar desfiles. 

Se hace y deshace con los dineros del erario sin resolver las urgentes necesidades de la ciudad. La siembra de cemento es un tumor canceroso de la urbe. Prima la decoración y la demolición en todas partes para ocultar los vergonzosos dispendios y descarados robos. Muñones de algarrobos, ficus y neem talados abundan en toda la ciudad. Aquí sólo aquí se cortan árboles para que se exhiban negocios con la complacencia municipal. Otrosí: San Miguel de Piura es la primera ciudad hispánica fundada en el Pacífico Sur. Antes que nosotros está Santo Domingo fundada por Bartolomé Colón el 5 de agosto de 1496. San Miguel de Piura se fundó por Pizarro en 1532. Notables piuranos amigos del Presidente Luis Miguel Sánchez Cerro en 1932 fijaron como fecha celebratoria el 15 de julio. Unos dicen porque era el cumpleaños del gestor de la iniciativa don Enrique del Carmen Ramos nacido el 15 de julio de 1866. 

Otrosí.  por un cálculo aproximado sin tener en cuenta la Pragmática de los diez días del año que dispuso el cambio del calendario juliano al gregoriano (1584). La fecha por un acuerdo de historiadores, que no consta en papel, se fijó el 15 de agosto que también conmemora la fundación definitiva de San Miguel de Villar en el sitio del Chilcal. En esta discutida materia como dicen los sechuranos: “En lo único que estamos de acuerdo es que no estamos de acuerdo”. 

 Faltan exactamente ocho años para conmemorar el medio milenio fundacional. Es probable que la pereza e indiferencia con la que actuamos no caiga en el inaudito recuerdo de los 450 años de Piura en donde a la Plaza Pizarro se le rebautizó como Plaza de las Tres Culturas (¿?). Se erigió la Paloma de la Paz obra de Víctor Delfín. Como reacción Juan Ricardo Olaechea erigió en la desaparecida Quinta Julia el monumento al burro. Hoy como ayer un monumento al asno es necesario. Sobre todo porque ha desaparecido del paisaje rural convertido en provisión de carne industrial para la elaboración de salchichas, chorizos y alimentos para gatos y perros. Dice el poeta Teodoro Garcés Negrón: “Quien trazó caminos / y soportó el rudo/trabajo del campo, / y siempre fue pobre,/ y siempre fue manso./no merece olvido/ del pueblo piurano. Lo que hizo el burro, /no lo hizo nunca/ningún diputado.” Un monumento al asno es un acto de soberana gratitud en una ciudad que se nutre del floro demagógico, la notoriedad y el mal gusto. 

RAE: 
Cojudo(a): 2. adj. malson. coloq. Méx. y Perú. Tonto, bobo. Sin.: tonto, bobo, estúpido, dundo, menso, maje, suato, mudo. 

Reconcomio: Desasosiego o agitación por una molestia moral o por un deseo persistente. Sin.:desasosiego, inquietud, angustia, nerviosismo, intranquilidad, preocupación, impaciencia, desconfianza, sospecha, recelo, concomio, concomimiento.

miércoles, 2 de octubre de 2024

A PROPÓSITO DEL PERIODISMO

Por: Miguel Godos Curay

El  1 de octubre se conmemora el día del periodista peruano. La fecha nos recuerda la aparición del Diario Curioso, Erudito, Económico y Comercial de Lima el 1° de octubre de 1790 editado por Jaime Bausate y Mesa  probable seudónimo de Francisco Antonio de Cabello y Mesa. Según se tiene noticia fue catedrático de Historia Literaria del Colegio Imperial de Madrid, editando por una temporada el Diario de Madrid.  Según Porras Barrenechea. Es la época de la Ilustración, España se inserta en este gran movimiento cultural europeo y lo traslada a sus colonias. Se reforman las universidades y se sienten en las aulas los vientos de la Enciclopedia. Es un momento inquietador e inquietante. Se lee clandestinamente a Montesquieu y Voltaire. Las prédicas liberales corrían de boca a oreja.

Poco a poco desaparece el oficio del vendedor de diarios, el canillita que
acompañaba nuestro despertar.


LA IRRUPCIÓN DEL CIBERPERIODISMO

El periodismo de proximidad de las redacciones se ha revitalizado con el ciberperiodismo, Los cibermedios irrumpieron en la década de los noventa del siglo XX ampliando la oferta informativa de proximidad y abriendo la participación ciudadana. Los cibermedios han ampliado las barreras de la proyección pública. No sólo nos informamos de lo que acontece a nuestro alrededor y en el mundo. De pronto las redacciones se despoblaron y los despachos informativos se deslocalizan gracias a Internet. Las empresas informativas enfrentan una crisis sin precedentes, los diarios impresos no funcionan hoy como medios publicitarios y las versiones digitales de los diarios tradicionales, pagadas por suscripción, no encuentran una eficaz respuesta de los lectores. La lectoría decrece todos los días.

Diarios y revistas han visto debilitada su circulación a nivel mundial esto debe en buena cuenta a la masificación de las redes sociales internet. Los contenidos se desplazan por las redes a velocidad planetaria. Ni la aparición de la radio y la televisión han afectado tanto la circulación de los periódicos como Internet. Los diarios se han quedado sin los avisos clasificados que gota a gota eran un ingreso cotidiano. Hoy cualquier aviso citadino doméstico, una defunción, la venta de comida, productos de segundo uso y servicios de gasfitería, electricidad y clases de matemáticas virtuales se ofertan por las redes sociales. Sin contar la pornografía y la venta procaz de placer.

El cierre de los diarios, la mayor parte de ellos propiedad de grupos empresariales es inminente. Las versiones digitales por suscripción no generan los resultados esperados y la adicción de algunos medios a la publicidad del gobierno muerde su credibilidad e independencia. Ni las agrupaciones políticas  radicales de izquierda confían en la publicidad de sus tediosos avisos de reclamo en los diarios. Igual sucede con las encuestas electorales pagadas que se publican en las redes. Nadie  les cree.

Hoy cualquier avieso testigo de acontecimientos dotado de un celular se convierte en reportero con impredecibles resultados. Pues sus inusitados despachos se multiplican en segundos en las redes. No escapan  a esta impredecible ola informativa los políticos, la delincuencia y otros procedimientos perversos de atropello a la intimidad y dignidad humana. Todos hemos sido testigos de los apocalípticos bombardeos de Ucrania, la guerra de Israel y el atentado contra el candidato Trump. Lo mismo sucede con los incendios forestales a nivel planetario o la denuncia de la pesca predatoria del calamar gigante de los barcos factoría chinos en las costas del Perú. 

Hace algunas horas un guardacosta de la Armada Argentina después de advertir a un buque factoría chino su presencia en mar territorial fue hundido por efectuar pesca prohibida. En el Perú en donde el Ejecutivo proclama su regusto por el chaufa y la sopa sazonada con glutamato. Una medida drástica como esta tiene sabor de chancay. Y no pasa nada. Estas herramientas tecnológicas son empleadas también por delincuentes para el uso criminal, chantaje y amenazas. Las medidas restrictivas tal como aconteció tras el accidentado proceso electoral en Venezuela y la sanción judicial en Brasil. No han dado resultado.

EL ORIGEN DE LA DESVERGUENZA

La irrupción tecnológica tiene  como consecuencia la proliferación de comunicadores no periodistas despojados de ética sumergidos en el anonimato. Eluden su identidad en todo momento. Convierten en un chicle el uso correcto del idioma. Perforan la intimidad personal a discreción y fabrican endebles liderazgos de ineptos oportunistas con voracidad electoral. Conforman desvergonzadas pandillas que emergen  en el escenario sin el respeto elemental a las personas y la tranquilidad pública. 

Como describe Agustín de Hipona en las Confesiones, en cierta ocasión, robo unas peras del árbol de un vecino, no por sentir hambre o buscando obtener un beneficio del robo, sino para probar el fruto. En aquel entonces formaba parte de una pandilla, según recuerda, y después  de satisfacerse mordisqueando la cáscara y la pulpa de una de las peras las arrojó a los puercos. Y como nuevo integrante de la pandilla, se sintió, según refiere, “avergonzado de no sentir vergüenza”. Es lo que sucede  con muchos periodistas tentados por la obtención de beneficios de instituciones públicas y privadas.

Aún recordamos cuando un viejo amigo nos abrió su biblioteca para escoger y llevarme los libros que me pudieran interesar y aliviar su mudanza hacia la capital. Tratándose de ingeniería y construcción me detuve en algunos manuales de la Contraloría. Mi atención se concentró en un robusto volumen empastado en cuerina. Al abrir sus páginas descubrí que se trataba de viejas agendas bien escritas en las que constaban los “pedidos” de jefes de redacción y redactores de diarios y conductores de emisoras locales. Algunos con el recado escrito adjunto, otros con reclamos por los beneficios de la competencia. Los petitorios daban cuenta de materiales de construcción, volquetadas de piedra y arena, sanitarios, varillas de hierro y otros pedidos entregados a solicitud de parte por favores periodísticos.

Por supuesto se podían leer los nombres, en los que constaba día, fecha y hora  de la entrega. Me consumió el asombro de los pedidos de conocidos periodistas algunos ya difuntos. Incluso para celebrar el día del periodista. A cambio ofertaban  la página de sociales sin ninguna limitación. Anecdóticamente, hay que anotar que había pedidos expresos de omisión de eventos y actividades. Potentes pedradas de la burguesía pedestre. Tras la lectura sentí vergüenza ajena. El colmó se produjo más tarde en el ritual de homenaje a los periodistas en donde  escuché a uno de los beneficiarios, decir a boca de jarro: “el trabajo del periodista es tan sagrado como el del juez pues preserva la justicia y el bien común, o el del cura que guarda celosamente los secretos de confesión y no revela nunca las fuentes o la del maestro que enseña con lo que dice y hace o deje de hacer”. No tenía agua el coco.  

UN GENUINO TESORO DE BIBLIOTECA

Al preguntar a mi amigo sobre este valioso tesoro de biblioteca me respondió: “Es la salvaguarda de mi vínculo con la prensa durante la gestión”. Una especie de recetario doméstico con mucha mermelada. Legiones de periodistas y comunicadores comentan en todo momento su ejercicio profesional y distinguen con claridad entre los colegas “honestos” y “zanahorias y los “mermeleros”. Algo así como los mangos podridos del cajón. El mermelero no sirve con desinterés al bien común. Se sirve de su labor y saca provecho. Todo lo convierte en billete, desliza indiscretas facturas por servicios periodísticos en instituciones públicas y privadas. Simulan servicios publicitarios cuyo pago no ingresa a la caja de la empresa en la que trabajan. Va directo a sus bolsillos. El ingreso  de acuerdo a los portales de transparencia suma de modo intolerable. Es una forma de vida muelle pero altamente rentable pero al borde de la ética y deontología.

Otras ocasiones utilizan testaferros para disfrazar  de honestidad sus negociados. Sutilezas degenerativas de esta mala práctica son los chantajes de todo tipo utilizando los formatos de la Sunat.  La relación de mermeleros es numerosa y las mordidas de todo calibre. Muchos exhiben sin ambages su eventual fortuna. Sus logros inmobiliarios, su parque automotor, sus afortunados viajes placenteros, fotos indiscretas testimonios de sus vínculos indeseables y las múltiples caras de la indecencia.

Diez días que conmovieron al mundo un clásico del priodismo
de John Reed

De los tiempos de la composición en caliente con plomo hirviendo y el linotipo. Aún recuerdo la vieja historia del teniente gobernador denunciado por filiar ganado robado por abigeos. La denuncia publicada era un verdadero terremoto en la Prefectura en donde el solícito secretario le recomendó al agraviado: “vaya al diario y arregle inmediatamente con plata en el bolsillo”. Para cumplir esta diligencia recomendó  a conocidos redactores del tabloide de su confianza. La autoridad no tenía dinero para el arreglo por lo que optó por llevar  un hermoso gallo para  “pagar” su aclaración. Sin embargo, tras comprar durante tres días el diario no se publicó ningún desmentido. Por este motivo fue a reclamar le devolvieran su gallo. El redactor de marras que lo atendió le dijo: “aquí señor también se paga para que no salgan aclaraciones”.

Piura tiene tres diarios. La Hora, Correo y el quincenario El Tiempo. Los redactores pueden contarse con los dedos. Sumemos a los conductores de noticieros en radio y emisiones en televisión de escasa sintonía. Sin embargo, las legiones de periodistas son numerosas. Tienen más cargadores y sahumadores que la cofradía del Señor de los Milagros. Muchos de los egresados de las Escuelas de Comunicaciones acaban especializándose  en relaciones comunitarias, resolución de conflictos, relaciones institucionales, comercio digital, turismo y comunicación corporativa.

Otros incursionan en  comunicación institucional, consultoría en comunicación a eventuales candidatos, educación y docencia universitaria. Son contados los que ejercen el periodismo y redactan de manera impecable. Pocos los que incursionan en la producción editorial en publicaciones impresas o digitales. Reporteros hay muy buenos pero necesitan curtirse en la realidad. Los que incursionaron en radio con procesos judiciales ganados esperan qué poder embargar a la empresa que los contrató.

PRÁCTICAS PROFESIONALES EN EMPRESAS INFORMALES

Los practicantes sufren la inexistencia de empresas que puedan pagarles siquiera la movilidad para poder cubrir el traslado en su cobertura informativa. Casi la totalidad de las empresas incumplen la normativa y obligaciones de los dispositivos del Ministerio de Trabajo sobre prácticas lo que tampoco exigen las universidades donde se forman. Contamos con los dedos de la mano a los comunicadores serios que leen y escriben. Otros viven persuadidos que esta tarea cotidiana  es un oficio de difuntos. No de comunicadores con las neuronas vivas capaces de pensar, entender y expresarse de modo coherente.  

Muchos me han preguntado hasta la saciedad: ¿Por qué la democracia es un ingrediente imprescindible de las sociedades libres? No sabían que responderse. Otros, la mayoría, recurren a la IA para realizar las tareas del cuadro de comisiones. Respecto al autor de Diez días que estremecieron al mundo, periodista John Reed (1887-1920) no sabían nada debido a su formación despojada de cultura, historia y periodismo. Me dijeron que no veían  películas de Cowboys. Así estamos desolados.  

El Diccionario de la Real Academia Española, que pocos consultan, ofrece dos acepciones del sustantivo: la primera, dice al tenor: “periodista es la persona que compone, escribe o edita un periódico” la segunda plenamente consciente, dice: “periodista es la persona que, profesionalmente, prepara o presenta las noticias en un periódico o en otro  medio de difusión”. Una característica esencial de su ejercicio profesional es la responsabilidad pública. Trabaja cara al público en favor del bien común. Antes subordinado al mandato del propietario cuyos intereses defendía.

Según el profesor Carlos Soria, entre los siglos XIX y XX, se producen tres factores que van a tener impacto sobre la profesión periodística: 1) el nacimiento de la empresa periodística (técnico); 2) atención del derecho a las actividades profesionales del periodista (jurídico) y 3) la preocupación del poder por controlar a los informadores profesionales (político). El periodista está al servicio de los intereses públicos y de la democracia. No está al servicio del poder, Por eso mantiene una posición firme frente a los abusos de poder, presiones, irregularidades de todo tipo, inmoralidad, incompetencia, corrupciones públicas incluyendo las de los propios periodistas. 

Por ello, requiere de medios veraces e independientes. Es preciso, anteponer el interés ciudadano a los intereses económicos. El ciudadano es el titular del derecho a la información y el periodista es un servidor de este derecho que corresponde a cada persona, derecho que se torna ineficaz cuando los periodistas no cumplen su labor. Así lo enuncia la Declaración Universal de los Derechos del Hombre (1948). El periodista, por eso, no puede sustraerse de la función pública de informar. 

Advierte el profesor Desantes:  "No es legítimo no informar utilizando cualquier argumento, le guste o no le guste, le interese o no le interese a él o a su empresa informativa. Hay una delegación tácita del público en el cumplimiento del derecho a la información. Y cuando el poder público pone impedimentos a la circulación de información legítima y necesaria está impidiendo que los ciudadanos ejercitan su derecho a la información". Esta responsabilidad es de obligado cumplimiento  tanto en las instituciones públicas y en las privadas. Por eso es injustificada la decisión delegatoria, una función indelegable del Ejecutivo. La de informar al país de sus logros, fracasos y desventuras. El muñeco del ventrílocuo, improvisa mucho, despierta la risa y el desencanto. El triste papel del impostor.

sábado, 28 de septiembre de 2024

LA EXTRAORDINARIA HISTORIA DE COLÁN

Por: Miguel Godos Curay

Colán, en algún recodo de su historia tuvo mayor población que Paita. El agua estaba cerca y posibilitaba la vida y el esplendor del comercio. Balsas y botes con las velas desplegadas daban vida a la bahía esmeralda. Cachemas, toyos y rayas son parte de una vieja crónica irrepetible y de un hato de recuerdos con sabor a brisa y sal. El “suco” de Colán rojo y sabroso es hoy parte de una leyenda. Los aparejos y artes de pesca son el testimonio de una vieja tradición marinera. Pocos conocen  que con Isabel Barreto de Mendaña, nacida en Lima en 1567, hija de portugueses. Casada en 1586 con Álvaro de Mendaña; adelantado de las Islas Salomón. Ella con muchas solteras de Colán partieron desde Paita el 16 de junio de 1595 hacia las Islas Salomón en busca de porvenir lo que  no era usual en ese tiempo. Le acompañaban tres de sus hermanos: Lorenzo, Luis y Diego y un sinfín  de peripecias.

Isabel Barreto de Mendaña partió de Paita a la Polinesia en 1595

Al morir su esposo el  18 de octubre de 1595 prosiguió con la expedición ocupando la gobernación de las tierras  recién descubiertas. Abandonando las Islas Salomón se dirigió a Manila. En mayo de 1596 se casó con Fernando de Castro, Caballero de la Orden de Santiago y sobrino del gobernador de Filipinas Gómez Pérez Dasmariñas. Posteriormente se dirigió en el navío San Jerónimo  a Acapulco (México)  en donde fue  “encomendera” de Guanaco y su marido fue propuesto como Gobernador de Filipinas. En 1607 ambos solicitaron permiso para retornar a España, retornando años después al Perú en donde Fernando de Castro fue designado gobernador de Castrovirreyna cargo que ocupó entre 1612 al 1620. Isabel Barretó murió en esta ciudad el  3 de septiembre de 1612 a los 45 años y después de haber dado prueba de un talante indomable. En su testamento firmado el 15 de julio dispuso que sus restos sean sepultados en el convento de Santa Clara en Lima, donde estaba profesa monja su hermana Petronila Barreto de Castro.  De no haberse cumplido su disposición testamentaria sus retos reposan aún en Castrovirreyna (Huancavelica). Isabel Barreto es considerada la primera mujer almirante de España.

Los mejores marineros de los que se tiene noticia eran de Colán sabían de memoria el calendario lunar de las mareas y la dirección de los vientos para navegar. Otras veces cultivaban sus huertas y cuatro o cinco meses al año extraían brea  en Amotape para calafatear navíos y mantener el fuego  que daba luz a los faros. No es extraño que con tal experiencia comerciaban sal y pescado salado en el golfo de Guayaquil. Pocos conocen que sacos con los más dulces camotes de Colán, fueron la despensa durante el destierro y el exilio del presidente don José de La Mar. La Mar fue depuesto por Gamarra en Piura el 7 de junio de 1829 y embarcado rumbo a Costa Rica la madrugada del 9. A Punta Arenas, Costa Rica llegó el 23 de junio y se dirigió inmediatamente a Cartago donde fijó residencia y murió el 11 de octubre de 1830  a los 54 años. Refieren las crónicas que los boniatos que trajo  consigo su excelencia fueron la semilla de los más sabrosos  camotes que s pudo saborear desde entonces.

Iglesia de San Lucas de Colán. La chirimía y el tamboril acompañan la danza tradicional
de el caballito en la festividad de Santiago Apóstol

Para el historiador José Antonio del Busto Duthurburu uno de los más valiosos tesoros de Colán es su Iglesia edificada sobre la explanada de la huaca en la que se veneraba el ídolo tutelar de la comunidad: el ñaupaquene.  La huaca se podía observar desde mar afuera, las terrazas y la rampa había sido labrada  con deleznables piedras amarillas porosas. Advierte del Busto que el altar mayor: “Es barroco, tallado con prolijidad, dorado sin excesoy policromado con gusto gracias a rojos y azules. El primer golpe de vista es imborrable y evoca el año 1700, unos más unos menos, pero siempre por allí. El tabernáculo se da entre los bultos de San Pedro y de San Pablo, y la hrnacina central se abre sobre él luce trilobulada en gracioso angelamiento. Hoy está allí la Virgen de la Merced, pero antaño debió pertenecer a la Virgen del Rosario. A cada lado del nicho central hay uno menor y vacío, marcando la separación  gruesas y doradas  columnas salomónicas”. Afirma del Busto que “Colán, nada más que por su retablo máximo, ocupa un sitial de honor en la  Historia del Arte Colonial Peruano”.

Más adelante anotará: “Se sale, pues, de la Iglesia de Colán con sentimiento raro. Por un lado es alegre  por el hallazgo de esculturas y retablos fuera de lo común, valiosísimos, dañados y mutilados, pero salvables más por otro invade al saliente visitante la tristeza producida por la incuria, la malversación en obras frívolas, la ignorancia de quienes pueden hacer algo y no tienen ojos para ver”. En conclusión el patrimonio cultural de Colán tiene que preservarse como un legado parte de un rico pasado vislumbrando porvenir.

Pero que noticias encontramos de Colán en el siglo XIX. De lo que da cuenta el médico y naturalista francés René Lesson en febrero de 1823. La población de Colán se encarga de la provisión de agua a Paita la que se conduce en cantaros dispuestos en balsas y se comercia diariamente. Los aguateros se proveen por  la facilidad del agua que mana de un puquio y la proximidad al río Chira. El dinamismo de la provisión de agua sostiene la economía diaria. Algunos comerciantes disponen de algunos negros que ocupan en el comercio de la sal y el beneficio de pescado. La falta de agua en Tacalá y Catacaos permite que algunos vecinos  migren y arrienden tierras para cultivo en Colán.

Danzante de el caballito en San Lucas de Colán

taño el repartimiento de Colán tuvo varios encomenderos por disposición del propio Pizarro entre ellos Andrés Durand muerto en 1549. Ese mismo año Baltasar de Carvajal figura con el repartimiento del Valle de Colán y el pueblo de pescadores de Yasila. En la relación de lenguas indígenas confeccionada por el Obispo Martínez de Compañón en 1783 figuran como idiomas distintos, el Sechura, el Colán y el Catacaos.

El Plan mandado a registrar por el Obispo Baltazar Jaime Martínez de Compañón contiene, 43 voces castellanas traducidas a las ocho lenguas que hablan los indios de la costa, sierra y montaña del Obispado de Trujillo (1783).  Aparecen el quechua, el sechura, el colán, la lengua de Catacaos con sus propios términos. Lo que evidencia la existencia de un lengua y habla propia, probablemente, extinguida con el paso del tiempo pero que puede ser punto de partida para investigaciones lingüísticas. El sabio trujillano Jorge Zevallos Quiñones, en 1947, reprodujo la tabla del obispo indicando que la lengua de Sechura era muy diferente de las que se hablaba en Catacaos y Colán. Estas lenguas, advierte el filólogo Carlos Arrizabalaga, desaparecieron durante las guerras de la independencia y la de Sechura, probablemente en la generación posterior, pues  ya no se hablaban a mediados del siglo XIX.

El Obispo de Trujillo Baltazar Jaime Martínez de Compañón

Parte de este repertorio hemos transcrito 21 para ilustración de los oyentes:

Lengua

castellana

(1783)

Lengua

Quichua

Lengua de Sechura en la Provincia de Piura

Lengua  de Colán en la Provincia de Piura

Lengua de Catacaos en la Provincia de Piura

Dios

Dios

Dioos

Tios

Thios

Hombre

Ccari

Succla

Yatadlam

Aszat

Mujer

Huammi

Cuctum

Pirn

Pichin

Alma

Alma

Almachi

Alma

Alma

Cuerpo

Veu

Cuerpocchi

Cuerpo

Cuerpo

Corazón

Sanco

Chusiupunma

Nessinim

Niesenichin

Carne

Aicha

Colt

Carne

Ccolt

Hueso

Tullu

Buño

Dladlapiram

Lalapechen

Padre

Yaya

Tachi

Mam

Patixi

Madre

Mama

Niña

Nun

Nichin

Hijo

Churi

Nosni

Hicum

Ycuchim

Hija

Vuanna

Nosni

Hicum

Ycuchim capuc

Hermano

Vauqui

Sicanni

Puam

Puachim

Hermana

Pana

Bapueni

Purum

Puruchim

Comer

Micui

Unuc

Agua

Aguachim

Beber

Vpiai

Tutuc

Cum

Conecue

Reír

Acci

Busuc

Chanar

Chanac

Llorar

Huaccai

Nic

Nar

Naracnacquirutin

Morir

Huanui

Lactuc

Dlacati

Lacatu

Gozo

Cusicui

Otmuc

Chagasin

Gozo

Dolor

Nanacui

Punuc

Masin

Masin

 

En 1718 el cacicazgo de Colán comprendía varios ayllus –sostiene la historiadora doña María Rostworowski- Colán, Camacho, Malacas, Nizama y Vitonera eran las parcialidades. Leguía y Martínez (1914) distingue entre Colán la antigua cercana al mar, La Capilla, o el nuevo Colán o San Lucas creado tras la destrucción del pueblo viejo, a consecuencia de dos incendios que lo arrasaron. El traslado del pueblo de pescadores a un asentamiento cerca de las chacras y sementeras guarda relación con el cambio de actividad económica.

Un episodio histórico es el acontecido el 10 de agosto de 1615, día de San Lorenzo en el que la apacible vida de Colán, fue amenazada por la presencia del corsario holandés Joris van Spilbergen quien después de asolar Huarmey se dirigió con el mismo propósito a Paita y Colán. Para entonces el Corregidor  Juan  de Andrade Colmenero, con gente de Piura y de Loja preparó la defensa del puerto. Como los piratas  no encontraron nada de importancia incendiaron el pueblo de Colán. Pero no se movieron de Paita. Sin contar con el coraje de la valerosa encomendera de Colán, doña Paula Piraldo de Andrade Herrera y Colmenero, que defendió con coraje el puerto rechazando al corsario.

Don Luis Antonio de Oviedo y Herrera Conde de la Granja le dedica épicos versos en el canto LXXXIX de su Poema a Santa Rosa de Lima:

 

“Sigo al Pyrata a Payta, que me llama

desde Colán su ilustre Encomendera

Doña Paula Piraldo, cuya Fama

Al puerto preservó de arder Hoguera,

en la ocasión: y sus elogios clama

con tal ponderación pluma extranjera.

que el Perú defraudara de esta gloria,

Si a la mía no honrara su Memoria.”

 

Personaje renombrado de Colán fue don Luis Yuncherre, un próspero comerciante de Colán que tenía hatos de cabras, comerciaba sal con Guayaquil por lo que pagaba fletes de balseros. Don Luis comerciaba de igual a igual con españoles. También vendía y compraba toyo seco y botijas de vino. Era tal su prosperidad económica que había adquirido siete casas en Paita las que tenía en arriendo. Al morir legó en su testamento 200 pesos al convento de La Merced de Paita y 600 pesos para la fábrica de la iglesia de Colán por haber sido mayordomo de las cofradías de Nuestra Señora de la Veracruz, Ánimas del Purgatorio y el Santísimo Sacramento. Según la costumbre tenía varias mujeres, tres de ellas fuera de Colán. Y durante las festividades vestía con elegancia a la usanza española. Sobre este personaje María Rostworowski  publicó valiosos documentos que obran en el Archivo Departamental de Piura.

MOROS Y CRISTIANOS UNA ANTIGUA CELEBRACIÓN MEDIEVAL

Otro aspecto relevante en la vida de Colán es la de ser en el Perú  uno de los contados  escenarios de la tradicional representación de Moros y Cristianos. Se trata de una antigua danza ritual del siglo XVI que sólo se conserva en Huamantanga, localidad a 3,300 metros de altura a 113 kilómetros al noreste de Lima; en la Comunidad de Anduy (Canta, Lima), en Pampacocha (Canta, Lima),en Cañete, en  Virú (Trujillo) y  en Colán.

La danza data del siglo XVI en España y se celebra actualmente en las serranías andaluzas y algunos pueblos de Aragón. Atravesando el Atlántico Moros y Cristianos  aún se celebra en Puebla (México), Guatemala, Paraguay, Cabo Verde en Brasil  y  Perú. La estudiosa Milena Cáceres Valderrama acopió y recogió valiosos testimonios de los movimientos y parlamentos de la danza. La historia original se remonta a la conquista del reino moro de Granada por los Reyes Católicos. Estos acontecimientos sirvieron de inspiración al joven Lope de Vega, que a fines del siglo XVI sentó las bases de la comedia española teatralizando el enfrentamiento de la cristiana Castilla y Granada el último reducto de la España árabe. Dando cuenta del doloroso exilio y apremios de  Boabdil el último soberano moro.

Estas representaciones teatrales en los atrios de las iglesias eran el complemento de las predicaciones de los curas doctrineros abordando la conversión de los moros, en  las poblaciones originarias de América. Cáceres Valderrama,  identifica en la danza: I) Momentos iniciales –objetivo, presagio y arenga- II) Centrales –la arenga, el reto y la guerra- y III) al final –victoria o derrota, enojo del rey-apoteosis del vencedor-bautizo de los moros sometidos- culminando con un festejo general. El caballo durante la  representación nos recuerda que se trata de una fiesta caballeresca. En la victoria resplandece la devoción a la Virgen y el triunfo de María qque no desoye a la cristiandad. Es probable, como señala el antropólogo mexicano Arturo Warman, que la representación de moros y cristianos haya dado origen a Moctezuma o danza de la conquista que se representaba durante la colonia en el atrio de la Iglesia de Amotape.

Los romances son poemas épico-líricos breves que se cantan acompañados de algún instrumento (chirimía o tamboril), en el marco de danzas corales, reuniones recreativas o de trabajo comunitario. La forma métrica del Romancero Castellano es una tirada de versos de dieciséis sílabas con asonancia monorrima, es decir, la misma versificación que los cantares de gesta medievales. Los romances más viejos datan, por lo general, del siglo XV; a lo más, alguno se remonta al siglo XIV. Los temas conservados desde el siglo VIII hasta el siglo XII incluyen al rey Rodrigo, a Carlomagno y sus Doce Pares, al Cid Campeador, al rey Alfonso VII y al rey Luis VII de Francia.

La Fiesta de Moros y Cristianos o La Danza de Moros y Cristianos o La Invención de Moros y Cristianos o La Relación de Moros y Cristianos, apelativos con el que se les conoce, aparecen en la Alta Edad Media, hacia el siglo XII. Las danzas de palos o juegos de cañas son bailes rústicos que se ejecutaban con unos palos en la mano simulando espadas, con las cuales unos y otros hacen un ruido concertado al compás del instrumento. Las danzas de espadas y palos, así como los juegos de cañas, aparecen relacionados con las comparsas de la danza de moros y cristianos.

Según  el medievalista don Ramón Menéndez Pidal: “El trasmisor es, a la vez, repetidor y autor, porque al recitar el romance lo siente suyo y, lejos de tomarlo en forma pasiva, lo incorpora a su propia imaginación y lo reproduce añadiendo un matiz propio. Por eso Menéndez Pidal denomina Autor-Legión al creador de la «Poesía Tradicional».” Mejor dicho los versos de los parlamentos se rehacen en cada repetición.

La Danza de Moros y Cristianos se festeja en el pueblo de San Lucas de Colán, de la provincia de Paita, en el departamento de Piura, los días 24, 25, 26 y 27 de octubre de cada año en honor de la Virgen de las Mercedes. El tercer día por la tarde tiene lugar la representación, según el documentado testimonio de Rogger Ravines.

En la obra aparecen los siguientes personajes:

Moros

Cristianos

Barba Roja, Rey Moro

(Primer Capitán de Nizama

Bernardo del Carpio,Emperador Cristiano

Primer Capitán de Colán

Mustafá Rey Moro

(Primer Capitán de Camacho)

Segismundo, Emperador Cristiano

(Primer Capitán de Huaura

Solimán, Embajador

(Segundo Capitán de Nizama)

Segismundo II, Embajador

(Segundo Capitán de Colán)

Sortibrán, Embajador

(Segundo Capitán de Camacho)

Regner, Embajador

(Segundo Capitán de Huaura)

                                                    Arzobispo

 

Cuarenta a sesenta personajes secundarios o «compañeros» conforman la tropa de los cuatro capitanes. Refiere el autor el argumento de la obra: La batalla se inicia cuando Barba Roja envía a Solimán a la tienda de Bernardo del Carpio. Entonces los capitanes moros y cristianos se encaminan hacia el centro de la plaza iniciándose pequeños diálogos entre Bernardo del Carpio y Barba Roja, Segismundo y Mustafá. Se produce un choque cuerpo a cuerpo entre los cuatro capitanes, quedando derrotados los moros. La lucha se generaliza entre las cuatro caballerías. Derrotados, los moros se rinden. Barba Roja y Mustafá piden ser bautizados, siguiéndoles su tropa. En el Bautizo, Bernardo del Carpio, padrino de Barba Roja, le impone el nombre de José Mercedes, mientras que Mustafá, ahijado de Segismundo, recibe el de Manuel del Sacramento. [...]

Al finalizar el bautizo se cumple la procesión de Florida (Procesión del bautismo). Moros y Cristianos a pie giran por una vez alrededor de la plaza, después de lo cual montan sus caballos y vuelven a tomar su emplazamiento inicial en las mismas esquinas. Finaliza la representación cuando moros y cristianos galopan alrededor de la plaza arrojando los «parabienes», contenidos en los pequeños líos que portan en el brazo izquierdo. Como se observa, algunos personajes (Solimán, Bernardo y Arzobispo) son similares a los de El Cerco de Roma por el  Rey Desiderio de Luis Vélez de Guevara. Asimismo, vemos representadas en la pieza cuatro localidades con sus ejércitos: Nizama, Colán, Camacho y Huaura.

¿Cómo es que la danza de Moros y Cristianos reivindique a Barbarroja un pirata? Jeireddin Barbarroja fue uno de los más importantes corsarios musulmanes del siglo XVI. Fue responsable de una flota pirata que asoló el Mar Mediterráneo durante toda su vida. Junto con sus hermanos atacó los puertos más ricos del Mediterráneo siguiendo órdenes del Sultán Turco Souleiman o del Rey Francés Francisco I. Este corsario musulmán nació en Lesbos en 1475 y murió en 1518 combatiendo contra los españoles que trataban de reconquistar la ciudad de Tremecén, Argelia. Hoy se puede visitar su tumba en el cementerio de Besiktas de la capital turca.

Bernardo del Carpio fue un héroe legendario de la edad media española. Hijo del matrimonio de Ximena, infanta y hermana del rey Alfonso II de Asturias, y del Conde de Saldaña, Sancho Díaz. Según la Crónica General de España nació en el 794. Bernardo, es criado en la Corte bajo la protección de su tío el rey Alfonso II sin saber la suerte de sus padres: su padre prisionero en el Castillo de Luna en León y la madre encerrada en un convento. Dedicado a guerrear recupera el castillo del Carpio cerca a Salamanca el que devuelve al Rey Alfonso a cambio de la libertad de sus padres. Se historia que intervino con valentía y arrojo en la Segunda Batalla de Roncesvalles en el año 808 y junto con los pastores vascos  derrotaron a Roldán y a los Doce Pares de Francia.

BAÑOS DE ARENA PARA LOS PECADORES

La proximidad de Colán a La Bocana del Chira donde abundaba la zarzaparrilla lo convirtió en un balneario popular en donde los afectados por el mal gálico, mal venéreo se sumergían en los lodos curativos y posteriormente tomaban baños de arena caliente para sanarse. Por este motivo advierte Federico Blume Corbacho: “Los que se van a Piura, por lo general lo ocultan o lo disimulan, alegando negocios de algodón o de cueros de chivo. Los baños son allá de arena y nada tienen de aristocráticos ni de agradables. Un regreso de Piura no se luce ni se publica; es un secreto de familia”.

Federico Blume Corbacho (19.04.1863) fue hijo de Federico Blume y Othon, el ingeniero constructor del ferrocarril Paita-Piura. En 1879 editó en Paita el periodiquito “La Jaiba” en el que satirizaba las costumbres porteñas. A los 16, este año, fue testigo de la inmersión en la bahía de Paita del submarino fabricado por su padre. El primero de Sudamérica. Blume Othon lo ofreció al Gobierno de Prado, quien envió a Paita al Transporte “La Limeña” para llevar el aparato al Callao. La idea era fabricar un submarino más grande dotado de torpedos de potencia para perforar el casco de las naves chilenas. El proyecto se  abandonó tras la caída de Arica y la derrota del ejército del sur. Tenaz en sus proyectos, Blume puso en operación el submarino fabricado en Paita el que finalmente fue hundido frente al muelle de fleteros en el Callao. De aquí lo sacaron los chilenos. Parte del casco de este primer sumergible se conserva en Museo Naval de Talcahuano.

El viento danza cada tarde. El sol de Colán reverbera como una mandarina en el horizonte. La luna es de Paita pero el sol es de Colán. Los candiles de los botes están apagados. La Macaria moja sus pies en la orillas de La esmeralda. Las cuatrimotos remueven la arena. Se curan “picaduras” de rayas dice un cartel. Pero ni el ají, ni el limón conjuran la desolada tristeza del corazón.