domingo, 31 de agosto de 2025

LAS ANIMAS MILAGROSAS

Por: Miguel Godos Curay

Nuestros pueblos y villorrios están llenos de ánimas milagrosas que despiertan la devoción y la piedad de las gentes sencillas. Así en Chulucanas no hay feligrés que no haya colocado un cigarrillo encendido en el anónimo nicho de “la Turquita”. Una extraña gitana que murió cuando su tribu visitó la tierra de los mangos y los limones hace mucho tiempo. Camino a Huancabamba, en el kilómetro 55, está el soldadito desconocido al que los camioneros cada lunes colocan velas y flores. Otros le ofrendan tortas de canela y hasta aguardiente de caña. A él se encomiendan y le piden protección contra los salteadores que ahora abundan por los caminos de la sierra.

Mi padre, en Paita, arrojaba flores al mar porque sentía la presencia de los ahogaditos. Estaba convencido que lo acompañaban en la madrugada y marchaba seguro, por el largo trecho, hasta la zona industrial entre los grises farallones del puerto. Nunca enfrentó ningún percance al filo de la madrugada. Pero sus margaritas, que arrojaba al mar, eran infaltables todos los lunes. En Sullana, todas las tardes, es muy concurrida la peanita de Juan de Dios. Otro muerto milagroso que protege del infortunio a mototaxistas, vianderas y gente sencilla que ora ante él con envidiable fervor.

En Tumbes, entre las zarzas del camino a Zorritos está la tumba de “la chilenita” una mujer que fue encontrada muerta en el camino y en cuya blusa tenía como única seña el escudo de Chile. No había otra forma de identificarla. Aquí concurren los contrabandistas, comerciantes que vienen desde el Ecuador y hasta peloteros. Son personajes de leyenda que convocan un fervor profano y una confianza ciega en su intercesión. Se trata de un sincretismo y simbolismo al filo del cristianismo formal.

De los caminantes de la sierra aprendí a respetar los restos de animales muertos. Perros y caballos, cuya lealtad indoblegable, nos recuerda que la amistad es perdurable más allá de la muerte. A los perros hay que enterrarlos junto a un árbol al que con su carne sirvan de abono y su alma se consustancie con la naturaleza. Son criaturas de Dios y merecen respeto -me dijo un viejo arriero- que me transmitió un profundo cariño por los perros extintos que son distintos que los “perros muertos” de la mala fe y el avivato. Son almas que guían y protegen de eso estoy seguro.

Las cruces de cerro son también una bendición. Una crucesita en la punta del cerro salvó al pueblo de Morropón pues ahí una noche de tormenta calló un rayo cuyo impacto hubiese provocado destrucción en el pueblo. En el tablazo de Paita se venera con singular la devoción la “Cruz de Cisneros”. El tal Cisneros no fue ni un santo ni un fraile predicador del que se tenga memoria. Fabricio Cisneros fue un bandolero de la afamada Villa de Querecotillo que quedándole corto el camino tenía como escenarios de sus fechorías los caminos entre Macará y Tumbes.

Refiere López Albújar, en “Los Caballeros de Delito”, que andando Cisneros por Máncora le cayó en pleno cumpleaños a un tal Ruiz quien se defendió a balazos y logró capturarle. Conducido a Tangarará, el subprefecto de Paita Abelardo Garrido lo remitió a Paita custodiado por un capitán de gendarmes apellidado Matos quien no tuvo reparos en fusilarlo en pleno tablazo cerca al cementerio de Paita. Entregado el cuerpo a sus deudos éstos en represalia lo enterraron en el mismo lugar donde fue fusilado y en donde hoy se erige una capilla. Y por aquella tradición tan nuestra el que alguien fuera ladrón en vida no es impedimento para que más tarde se convierta en alma milagrosa en la muerte.

EL MACHISMO QUE AÚN NOS QUEDA



Chichera de Catacaos en el fotoóleo de don Manuel Quiroz. 

Por: Miguel Godos Curay

En Piura la violencia contra la mujer es de origen remoto pero está a la vuelta de la esquina. Durante la colonia los señores de los feudos adquirían negritas para el trabajo doméstico o para nanas de leche. No estaban exentas de abusos y excesos repudiables. La educación para las niñas fue un esfuerzo pionero de religiosas y normalistas que tuvieron que soportar la agresiva resistencia de muchos padres y hasta los caporales de las haciendas. Hemos alcanzado algunos logros pero aún hay que vencer la mezquina pretensión de funcionarios perversos para quienes una cara bonita es botín del que manda. El chantaje en todas sus formas. La deshonestidad desembozada.

El asesinato de la joven universitaria Xiomara Alejandra Huertas Santiago (18), victimada salvajemente en su entorno familiar próximo no debe quedar impune. Reportada como desaparecida movilizó al vecindario en su búsqueda. Posteriormente se produjo el hallazgo del cuerpo maniatado y enterrado en el corral de la casa de su tío y presunto asesino. Según el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables en lo que del año se han registrado 79 feminicidios en el Perú y 04 en Piura. Las denuncias de violencia contra la mujer superan ya las 5,540. Sería advertencia de una ola de agresión en el seno del hogar.

LA VIOLENCIA LESIONA LA DIGNIDAD DE LA PERSONA

Según las estadísticas del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables el año 2022 se reportaron 8 casos de tentativas de feminicidio, en el 2023: 9 casos, en el 2024:  9 casos. Las secuelas de violencia obligan a las víctimas a hospitalización por la gravedad de las lesiones. Sin embargo, la violencia psicológica crece explosivamente. Los casos de desaparición denunciados ante las autoridades policiales suman más de 9 en especial de jovencitas. Otra papa caliente es el embarazo adolescente de menores de 14 años. La situación se agrava por la resistencia en los hogares al sostenimiento de una nueva familia sin la posibilidad de una subsistencia digna y decorosa.

Preocupante es en Piura la trata de personas convertida en próspero e impune negocio favorecido por centenares de jovencitas migrantes que merodean a vista y paciencia de los vecinos establecimientos hoteleros en diversos sectores de la ciudad. Los casos Bello Horizonte, avenida Gulman, 18 de Mayo son las cerezas de la torta. La displicencia de las autoridades sectoriales del Mincetur, Municipalidades, Salud y Policía Nacional no enfrenta aún este problema cuyas aristas delincuenciales comprometen a pandillas promotoras del meretricio, a establecimientos hoteleros sin registros que favorecen el negocio carnal. “Cuando manda el billete nadie se mete” sostienen irritados vecinos atemorizados en la tierra de nadie. El VIH está también a la orden del día.

EL 50.2% DE PIURANAS SUFRE VIOLENCIA PSICOLÓGICA

A nivel nacional, la región Piura ocupa el puesto número 13 en violencia contra la mujer, mientras que el 50.2 por ciento de las piuranas sufren alguna forma de violencia psicológica, ya sea propiciada por su pareja, intrafamiliar, el espacio laboral, la escuela y la propia universidad según el registro del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.

A este cuadro desolador habría que puntualizar que el piurano es tradicionalmente machista, se nutre de la posesión excluyente de la mujer. Las hijas recién nacidas son chancletas. El espacio de la mujer casada se constriñe al trabajo del hogar junto a su prole. Las pocas posibilidades de socialización fuera del hogar se trasladan a los grupos parroquiales y grupos evangélicos cristianos. Antes predominaban las familias numerosas hoy se prefiere tener los hijos que se pueden mantener.

CASOS DE INCESTO ADVIERTEN  AGRESIÓN A MENORES

A pesar de los pesares aún el estupro es una institución perversa del machismo en los pueblos apartados. Los casos de incesto son también preocupantes en algunos asentamientos humanos y poblados de la sierra. De los ocho casos reportados las menores tenían menos de quince años. En el mundo rural  y campesino es visible la marginación social que aún impide a muchas niñas concurrir a las escuelas. Otro es el caso de padres irresponsables que entregan a sus hijas bajo la falsa promesa de brindarles buena educación que acaba en la esclavitud del trabajo doméstico, mal pagado y en condiciones inhumanas. Pese a todo existe hoy una actitud diferente frente al maltrato y el abuso.

Piura recuerda con generosidad al Padre Alberto Gallo, párroco de la Catedral que acogía semanalmente en la iglesia a muchas trabajadoras del hogar para el aprendizaje de costura, cocina y repostería al mismo tiempo instrucción para la defensa de sus derechos laborales. Por supuesto la iniciativa del Cura Gallo escaldaba en su conciencia a algunas feligresas maltratantes. Su magisterio dejó muchos frutos en esta ciudad de enredaderas y muchos prejuicios. Pese a que el Ministerio de Trabajo promueve el trato laboral justo y equitativo con acceso a la seguridad social, un horario y trato justo. Aún queda mucho por hacer. Muchas jovencitas que trabajan hoy en los grifos -hasta ayer oficio privativo de varones- lo que mayor temen es la agresión delincuencial.

LA MUJER TRABAJADORA ACTIVA LA ECONOMÍA REGIONAL

Centenares de mujeres trabajan en los mercados y servicios de transporte urbano iniciando su jornada muy temprano. Son un vigoroso resorte de la economía regional. Sin embargo, urge promover el buen trato. Los más deliciosos platos de la cocina piurana son fruto de su sazón. Otras son tejedoras de sombreros en Narihualá y  diligentes chicheras pendientes de sus tabernas en Catacaos, La Arena y Belisario. Oficio milenario ligado a la tierra y a la  faena agrícola.

La producción de chicha es un rito gozoso que preserva la tradición.  Grande es también el esfuerzo de las obreras municipales que limpian el rostro de la ciudad. Otras venden diarios a lo largo de la avenida Grau. En el esplendor de la cumbia también hay memorables intérpretes como Edita e Irma Guerrero que hicieron de  esos emocionados sanjuanitos letras de cumbias. Tienen su espacio y su lugar en el corazón del pueblo.  

MEMORIAL DE NATACHA

No es casual que en el habla urbana se discrimine con desprecio a las cholas, a las negras y a las   serranas. Por la década de 1970 se llamaba a las trabajadoras del hogar “Natachas” en alusión a la telenovela peruana emitida por Panamericana Televisión. Natacha Cervantes, una pollerona provinciana, al quedarse huérfana, gracias al padre Florencio consigue trabajo en Lima en casa de la familia Pereira. Raúl Pereira, uno de los hijos queda prendado del trato humano espontáneo de Natacha. La telenovela obtuvo elevados raitings hasta el final  y popularizó a Gustavo Rojo y Ofelia Lazo en los roles principales. La canción que popularizó la serie fue una creación de Raúl Vásquez que la interpretó junto a la Peña Ferrando en todo el Perú.  El guion exitoso fue escrito por el argentino Abel Santa Cruz.

EDUCACIÓN UNNA APUESTA DE LA JUVENTUD PIURANA

Es gracias a la educación que muchas jóvenes profesionales tienen acceso a los estudios universitarios y a una profesión liberal. Sin embargo, es necesario un mayor esfuerzo en favor de los derechos de la mujer. En los últimos reductos de la descascarada burguesía de la hacienda aún persisten estos distingos. Sin embargo, la lucha contra el mal trato a la mujer se mantiene en pie. Las mujeres profesionales en los campos del derecho, economía, ingeniería y la medicina. Las que forman parte del cuerpo policial y las Fuerzas Armadas tienen la buena fama de su integridad a toda prueba lo que es una buena señal. En general en el mundo universitario las mujeres obtienen mejores calificaciones que sus pares varones en los cursos de ciencias. Sus elecciones profesionales son muy precisas: educación,  enfermería, obstetricia, medicina, ingeniería, educación, comunicación y derecho. Hoy tienen voz propia y demandan y exigen respeto. Se puede afirmar categóricamente que los logros en la formación profesional de la mujer vislumbran un porvenir diferente en donde se revalore la vida y el respeto a los derechos humanos elementales.

Es de advertir que la Piura del siglo XVI era gobernada por las señoras Capullanas, llamadas así por su traje parecido al “capuz” o albornoz morisco con el que se vestían. Tenían mando y autoridad en sus curacazgos. Según los cronistas Reynaldo de Lizárraga y Martín de Murua era tal su poder  que podían elegir al marido de su preferencia y arrinconaban al aborrecido que lagrimaba con tristeza. Las señoras  Capullanas aparecen en muchos documentos sobre herencias y sucesiones durante el siglo XVII exigiendo se reconozcan sus derechos conforme al fuero castellano,

jueves, 28 de agosto de 2025

LAS ÍNSULAS EXTRAÑAS

Por: Miguel Godos Curay


Parece ser que el manual de la notoriedad y la figuración es el recetario de nuestros gobiernos locales donde nuestras autoridades aparecen para la exhibición y la reelección. A contrapelo desaparecen por arte de birlibirloque frente a sus responsabilidades. Por eso la censura ciudadana está por venir en las próximas elecciones. Nos recuerda el Drae que ínsula viene: Del lat. insŭla 'isla', 'casa aislada'. En su primera acepción: f. Lugar pequeño o gobierno de poca entidad, a semejanza del encomendado a Sancho en el Quijote. Esta es la forma visible de nuestros municipios: Islotes comedidos para  la temeridad de dilapidar recursos públicos, “gobiernos de poca entidad” para muchos ciudadanos; “buenos para nada” para otros y el afortunado tesoro de la corrupción y de la cutra para todos.

En buen romance mucho ruido y pocas nueces. Mucha cumbia sin resultados a la vista. Nuestra ciudad es muestra de ello no tiene ni pies ni cabeza. Nadie defiende a Piura de los arboricidios premeditados ni las demoliciones anunciadas. Ni los remedos del parque de las aguas en una urbe que se muere de sed.  Se recurre mucho al artificio, a la pólvora y la foto para el momento. A la estridencia de la cumbia, al pintarrajeo de los muros con el rostro de chicheros consumados. Al empapelamiento grotesco y chocarrero de toda la ciudad. Condecoras a los mejores por ser ejemplos, pero no pintas su faz para la admiración cívica de su ciudad.  

Somos el lejano oeste en donde por falta de autoridad nadie está libre de la agresión brutal de delito. Somos una ciudad invadida por pedigüeños que simulan limpiar los parabrisas en las intersecciones viales alentando la mendicidad de menores.  Cuando en la ciudad de los ciegos el tuerto es rey los problemas irresueltos se invisibilizan. El tuerto aparenta que te mira. En realidad mira la punta de su nariz.

El aspecto urbano de Piura es desolador. Sus monumentos históricos se desmoronan con la complacencia del Ministerio de Cultura. Poco queda del pasado y con el velo de las cortinas se cubre la lenidad de las instituciones. La Piura señorial a la que cantaban los bardos ya no existe. De la biblioteca nadie se acuerda. No se compran libros hace mucho tiempo esperanzados en donaciones que nunca llegan. Se dilapidan los dineros públicos en la capital de la cumbia y en la notoriedad pervertida antes de invertir en la cultura y la inteligencia. Esta crisis contagiosa corroe hasta nuestras instituciones en donde las renuncias colectivas son el hedor de lo mal con que se hacen las cosas.

La anomia nos consume. Esa indiferencia concesiva que admite y tolera la cutra y el robo es una vergüenza. Piura huele a caca y todos estamos contentos sonriendo para la foto en la plaza desarmada, sin bancas, con don Enrique López Albujar. Sin embargo, la procesión va por dentro. El caos del mercado central es la demostración visible del relajo de la autoridad. Ahí rejas, calles invadidas, el desorden son la evidencia de lo mal que se administra y los pocos esfuerzos por ordenar. Apena observar que lo poco bueno que se hizo se vino por los suelos por el desorden reinante y contagioso. Tapas de alcantarillas destrozadas por cebicherías ambulantes que ahí arrojan desperdicios y aguas servidas. Con espacios lotizados por la informalidad y las mafias que engordan en nuestro principal centro de abastos. Con semáforos de adorno que congestionan los accesos al extremo y que nadie respeta. Con drenes colmatados por falta de mantenimiento. Con desorden en todas las esquinas sólo es posible afirmar que la autoridad no existe.  En esta materia estamos hasta las huevas me dijo un asiduo concurrente a los puestos de venta de libros. Razón no le falta.

Un operativo inopinado de la Sunat, Enosa, Defensa Civil, Compañía de Bomberos, Dirección de Trabajo y la propia fiscalización municipal son urgentes y necesarios para acabar con la elusión fiscal que no da comprobantes de pago y contrata personal sin  ningún beneficio social; la tugurización de la informalidad que lotiza accesos y espacios libres y de modo irresponsable tolera y fomenta las conexiones eléctricas clandestinas que en cualquier momento provocan siniestros de dimensiones incalculables. El desorden empieza con furgones y mototaxis que invaden y bloquean los accesos. Comerciantes que salen de sus puestos y se apropian de la vía pública. A este problema se suma la congestión vehicular provocada por el desorden en la avenida Sánchez Cerro.

La avenida Sánchez Cerro desde la intersección con la avenida Sullana está sitiada por las casas comerciales y el comercio ambulatorio que han convertido la vía pública en estacionamiento privado de vehículos y motocicletas causa de la estrechez de la vía, congestión y desorden. La inmediata sanción del mal uso de zonas rígidas y ocupación indebida del espacio público la avenida Sánchez Cerro se descongestiona en un santiamén. Causa del desorden es la falta de autoridad municipal. Los supervisores municipales de tránsito hoy dedicados al webveo con su celular en mano. Sí solo registraran al vehículo o establecimiento infractor y reportaran a una central notificadora -foto a la vista- su tarea facilitaría el ordenamiento y se incrementarían las rentas municipales por cobro de multas e infracciones.

Piura, una ciudad cálida y apacible. Una región promesa tan grande y tan rica por su producción agrícola, minera y pesquera no puede continuar creciendo desordenadamente. Tampoco puede ser el escenario de las inciertas aventuras de políticos improvisados siete suelas y tramposos que buscan servirse del erario y a los que poco importa el bien común. Piura, con siete universidades debe ser el esplendor de las inteligencias, el cambio y la transformación social con dignidad y decencia. En donde es posible vivir en ciudades ordenadas, respetuosas del agua, la vida y el ambiente. Ciudades en donde las bestias no talen impunemente los algarrobos con la creencia infeliz que las mordeduras del cemento y el asfalto son progreso. No es así. Las severas lecciones del impacto ambiental apuntan a direcciones diferentes para preservar la calidad de vida y el bien común. Vendrán diluvios y los ríos anchurosos e indetenibles abrirán sus cauces ahí en donde la improvisación sentó sus reales. Entonces sólo nos quedará en la conciencia la certeza de vivir en la carencia y la necesidad teniendo todo.